CAPÍTULO 1

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Una corbata iba a ser demasiado, pero un moño se vería ridículo en una fiesta donde todos estarían borrachos, bueno, tal vez nadie le preste atención a mi vestimenta, ¿o sí?

—No sé de moda, pero te ves ridículo.

Fiddleford McGucket, o como le llamaba de cariño por ser mi mejor amigo y compañero de investigaciones, Fidd, se acercó con las manos en la cintura, con intenciones de seguir juzgándome, pero al verlo, solté una carcajada.

—¿Y qué te hace pensar que shorts de mezclilla con tenis y calcetines a media pantorrilla se ven bien?

—¿Es mucho estilo para irnos a embriagar? Rayos.

Media hora después salimos de nuestro departamento cerca de la universidad, pero no con las ropas que estábamos usando, sino con unos simples jeans (los razgamos para estar en "onda" según internet), y yo una playera gris oscuro, Fidd decidió usar una playera roja de manga larga que desde un inicio ya traía puesta.

Nos sentíamos nerviosos, pues era la primera vez que salíamos de fiesta, ya que nuestra prioridad siempre fue la investigación y la robótica. 

Me hubiera gustado que nuestra primera fiesta fuera normal, con alumnos o profesores del campus, pero debido a que Fidd diseñó una pistola que borraba la memoria de corto plazo, pero con efecto permanente y captó la atención de un reconocido científico llamado Rick, se vió obligado a aceptar la invitación de éste a probar el arma en una fiesta.

—Creí que no vendrían —sonrió el señor Rick, entregándonos un vaso con contenido efervescente color rosa neón—. Ahora beban, es de bienvenida —eructó e hizo una seña para que lo siguiéramos.

Intercambié miradas con Fidd, asentimos y en un conteo del uno al tres bebimos esa cosa. Yo, Stanford Filbrick Pines, a mis veinticuatro años, había estado bajo por primera vez bajo los efectos del alcohol o lo que sea que fuera lo que acababa de ingerir.

Regresé mi vista a Fidd y, antes de que pudiera hacerle un análisis visual, sujetó mi mano y, con una sonrisa, preguntó:

—¿También sientes lo mismo?

—Se siente extrañamente bien, ¿verdad? —respondí.

—Espero no hacer ninguna estupidez por culpa de esto —se rio.

Imité su gesto y regresé mi vista al frente, luego alrededor. Música genérica para ambiente, criaturas extrañamente con apariencia humana bebiendo, bailando y divirtiéndose por todas partes, ¿ya estábamos en otra dimensión o mi visión se distorsionó por el trago?

Nos detuvimos frente a una puerta negra de madera con letras mal pintadas que decía "NO ENTRE SI NO ESTÁ DROGADO"

Volví a ver a mi compañero, luego al señor Rick con cierto grado de ansiedad, ¿lo que bebimos era una droga?

—Tranquilos, es para que, si alguien no invitado entra, confunda lo que ve aquí con alucinaciones provocadas por estar hasta el culo de drogas —se tiró una carcajada—. Ah, y puse droga en sus bebidas.

—¿Qué?

—Es una maldita fiesta, diviértanse idiotas —eructó tras tomar de una botella plateada que sacó de su bata.

Abrió la puerta y al instante se pudo percibir el olor a tabaco y ¿cannabis? Demonios, Fidd, ¿en qué nos metimos? Miré a mi alrededor con algo de pesadez y noté que había criaturas extrañas mezcladas entre humanos, ¿por qué? ¿qué eran? 

De pronto nos subimos a una especie de escenario no tan alto, donde Rick tomó el micrófono.

—¿Alguien quiere borrarse la memoria? Estos chicos pueden hacerlo, ¡vengan, hijos de perra!

En cuestión de segundos una ola de personas y no personas nos rodeaba en busca de un disparo de amnesia. Aunque Fidd fue el inventor, me suplicó que me hiciera cargo.

Uno a uno les disparé en medio de la frente, uno a uno iban cayendo al suelo, ¿estaban bien? no podía dejar de disparar para hacer un análisis debido a que así como me deshacía de uno, se sumaban tres y como Fidd estaba asustado detrás de mí, tenía que protegerlo. 

No fue sino hasta que un peculiar sujeto con un parche en el ojo apareció a mi lado, rodeándome el cuello con su brazo izquierdo y con el derecho dirigiendo mi puntería hacia la bola estilo disco que no había notado, descubrí su idea. 

Le disparé a la bola disco, donde sus decenas de espejos reflejaron el rayo y así pude acabar con la ola de sujetos desesperados por borrarse la memoria. Sólo hizo falta apretar el gatillo tres veces.

Miré al sujeto y le sonreí por tan brillante idea mientras guardaba el arma.

—Stan Ford Pines, mucho gusto —estreché mi mano.

—Bill Cipher. Oh, seis dedos —con ambas manos inspeccionó mi mano derecha.

—Sí... —dí un paso hacia atrás, zafándome de su agarre. Miré a Fidd y puse mi mano sobre su hombro—. Él es el invetor de...

—Él no me interesa, sólo tú, pero nos puede acompañar esta noche —me sonrió sin mostrar los dientes.

Qué grosero. No supe qué expresión hice, pero su sonrisa se esfumó. 

—Nosotros ya nos íbamos —me acomodé los lentes y me di media vuelta.

Camino a la salida, Fidd no dejaba de tambalearse. Tal vez su delgado cuerpo no toleró bien lo que sea que tomamos, así que dejé que apoyara casi todo su peso en mí. 

Al llegar a su habitación, gritó horrorizado al ver mis manos.

—¡Viejo, tienes seis dedos!

Me tiré una carcajada.

—Por la mañana te sentirás mejor... espero.

Le quité la camisa, limpié suavemente con alcohol su hombro derecho e inyecté una pequeña dosis de Lorazepam*, luego le dí a beber agua y me dirigí a mi habitación. Yo no estaba grave, sí sentía un efecto relajante, pero nada alucinante.

Traté de dormir, pero cada vez que cerraba los ojos, la silueta de un rectángulo dorado parecía tatuada dentro de mis párpados, ¿era un efecto secundario? En primer lugar, ¿qué demonios bebí? La duda no me dejaba tranquilo, así que bajé al laboratorio a realizarme pruebas y por un café negro.

Lorazepam*: medicamento que sirve para tratar la ansiedad, convulsiones y agitación.

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Holi, regresé con un nuevo proyecto jiji espero lo disfruten, aunque eso es un hecho, aquí la pregunta es, ¿están list@s? 

¿Puedo poseerte? [BILL x STAN FORD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora