Aidan sabía exactamente lo que vendría a continuación. Tanta valentía demostrada hace un par de minutos atrás significaba una oleada de dudas y preguntas que atormentarían su cabeza por las próximas horas, o quizás los próximos días. Tal vez incluso semanas. Estaba distraído del presente, demasiado ocupado con sus pensamientos.
Si pudiera escribirlos con pluma sobre un papel, seguramente llenaría doce tomos de ellos. Ojalá le dieran una moneda por cada pensamiento intrusivo que se atraviesa frente a sus ojos. Probablemente sería millonario.
Adam cerró despacio la puerta del departamento tras de sí. El viaje de regreso a casa resultó bastante silencioso, casi rasgando la incomodidad. La afonía dió lugar para que su mente formulase preguntas que probablemente tendrían que esperar por una respuesta.
- Pareces... más animado... - Fué lo primero que se le ocurrío decir, tratando de romper el silencio que había permanecido entre los dos.
- ¿Hm? - Aidan parpadeó varias veces, alzando la barbilla para mirarlo a los ojos. - Si... - Sonrió. - Un... un poquito...
- ¿Un poquito? - Adam esbozó una sonrisa con ternura y despeinó su cabello con su mano. - ¿Quieres hablar... sobre lo que pasó ésta mañana? - Preguntó con cautela, mientras dejaba el abrigo que traía puesto sobre el perchero a su derecha.
Aidan sintió el corazón darle un vuelco al interior de su pecho. Había olvidado por completo... ese momento.
- Yo... - Tragó en seco, un poco nervioso. - Lo... lo siento... - Fué lo primero que consiguió decir, apenado.
- ¿Por qué te disculpas? - Adam lo miró con el ceño fruncido.
- Lo... lo que quiero decir es que... - Suspiró. - No pude controlar mis emociones y simplemente me desbordé... - Apartó la mirada avergonzado. - Quisiera... no hablar de ello... por el momento...
- Lo entiendo. - Adam lo miró con atención. No, no lo hacía, pero, ¿Qué más podía hacer? Tampoco pensaba obligarlo. - No pretendo forzarte a que abras ese cajón, pero...
- Descuida. - Aidan esbozó una sonrisa sincera. - Lo que trato de decir es que, antes de... antes de verbalizarlo, quisiera primero... poner en orden mis pensamientos, ¿Sabes?, hay... hay veces en las que... ni siquiera puedo comprenderme a mi mismo y... me cuesta mucho expresarme tal cual lo necesito...
- Está bien. - Adam se inclinó para estrecharlo entre sus brazos. - Solo... no quiero que pienses que estás solo en ésto, ¿Sí? - Aidan lo miró con una sonrisa, asintiendo con la cabeza lentamente. - Bien.
- Gracias... - Murmuró, escondiendo su rostro debajo de su pecho.
- ¿Entonces? - Adam despeinó su cabello juguetonamente. - ¿Qué tal te fué?
- Creo... que estuvo bien... - Su mirada viajó a través de sus hombros, observando su mandíbula hasta que sus ojos se encontraron con sus pupilas grises. - Solo... se trataron temas de la organización de la titulación y... todo eso...
- Tranquilo. - Adam acunó sus mejillas entre sus dedos. - Un evento como éste puede parecer intimidante, pero... es por lo que te has esforzado tanto durante todo éste tiempo. Debes estar muy orgulloso, Aidan. - Sonrió con dulzura.
- Si... eso creo... - Murmuró sin soltarse de su abrazo.
- No te preocupes por lo que vendrá después. - Adam depositó un pequeño beso en su cabello. - Vive tu presente de tal forma que tu futuro se construya solo. - Sus ojos escudriñaban su rostro mientras hablaba. - Aidan, tienes mucho potencial, eres muy inteligente y creo que eres muy capaz de adaptarte al cambio. Lo disfrutarás mucho, ya verás.
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ADAM [ Romance Gay +18 ] (BL)
RomanceAdam es un hombre serio, fuerte e intimidante. Desde la muerte de su esposa, su vida se ha reducido a la oficina, y a las noches dentro del bar Nuit Folle, donde bebe hasta olvidar quién es. Aidan es un chico alegre. Quizá demasiado, es pequeño, ind...