ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 2

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El viento frío de la noche roza mi rostro mientras camino por las calles desiertas

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El viento frío de la noche roza mi rostro mientras camino por las calles desiertas. No es una caminata cualquiera; cada paso que doy, me acerca más a mi objetivo principal. Mis pensamientos están enfocados en la misión, en completar la lista roja sin errores. Pero hoy, algo está fuera de lugar.

Me llaman Blade.

No es mi verdadero nombre, claro, pero en este mundo, los nombres verdaderos son un lujo que no podemos permitirnos. He estado en esto durante más tiempo del que me gustaría recordar. Mi vida, antes de convertirme en un asesino profesional, es una serie de recuerdos borrosos y dolorosos.

Tenía 15 años y estaba en la calle, peleando por sobrevivir. Mi madre había muerto un año antes y mi padre estaba en prisión. No tenía a nadie que me cuide, que me proteja. Luché por cada migaja de pan, sin embargo, aprendí rápidamente que la única forma de seguir adelante era siendo más rápido, más fuerte y más letal que los demás.

Un día, un hombre se acercó a mí. Era alto, con ojos fríos y una sonrisa que me heló la sangre. Me ofreció una oportunidad para unirme a una organización que me daría un propósito, un hogar, y me dijo que me enseñaría a defenderme y a ser alguien.

No sabía que era la Orden de la Garra Negra, pero pronto lo descubrí. Me entrenaron para ser un asesino, para ser una herramienta. Me enseñaron a matar sin remordimientos, sin emociones.

Luego de tanto tiempo, los años de entrenamiento me transforman en lo que soy hoy.

Cada misión completada, cada nombre tachado de la lista roja, ha sido un paso más hacia la perfección. Pero también ha sido un recordatorio constante de lo que he perdido: mi humanidad.

Recuerdo bien a la primera persona que asesiné. Era un político corrupto, alguien que había vendido su alma por poder. No sentí remordimiento al acabar con él, solo una satisfacción fría y calculada. Con cada asesinato, Blade se convierte y Reed Ross desaparece.

Meto mis manos en los bolsillos de mi chaqueta mientras avanzo hacia el café. Este sitio escondido en el callejón es perfecto para mantener reuniones discretas, lejos de miradas curiosas. El café está situado en la parte más oscura de la ciudad, dónde las sombras parecen envolver cada rincón. La fachada es antigua, con ladrillos desgastados por el tiempo y un cartel medio roto que apenas se puede leer.

A pesar de su apariencia descuidada, el interior está sorprendentemente bien cuidado, con mesas de madera pulida y lámparas tenues que crean un ambiente cálido y acogedor. Al entrar, me acomodo en una mesa apartada y espero con impaciencia.

A los pocos minutos, un hombre hace su aparición. Lleva una chaqueta gris y gafas de sol, un atuendo que le permite pasar desapercibido.

Se sienta frente a mí con una expresión grave.

―Blade. ―su tono es bajo y urgente. ―Tenemos problemas.

No puedo evitar tensarme al escuchar la palabra "problemas". Su presencia y la manera en que lo dice, ya me indica que la situación es bastante seria.

ʀᴇᴅ ʟɪꜱᴛ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora