Final

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Después de haber presenciado todas las cosas de aquel lugar, Miércoles Addams estaba ahora descansando. Se hallaba tumbada, recuperando un poco las fuerzas y tratando de saber cómo podría usar mejor sus poderes pues apenas había podido emplearlo. Por su parte, Enid estaba escuchando música y Tn algunos hechizos y conjuros que pudiesen usarse contra aquella sombra y Eluana.

La tranquilidad del lugar se vio destruida por la sombra, un día, una mañana...el cielo se oscureció y todo se volvió frío...como si la vida dejase de existir. Pero la cosa más extraña era que salvo ellos tres, el resto de alumnos, profesores y trabajadores del lugar, no se podían mover, estaban congelados en el tiempo. Miraron sus relojes y los minutos no transcurrían ni las agujas del reloj se movían.

—Esto es demasiado raro—dijo la pelinegra mientras avanzaban por todos los pasillos de la academia.

Todos tenían la cara del preciso momento donde se habían quedado de esa manera. Enid estaba aterrada por todo ello y no dejaba de arrimarse a ambos.

—Tic...tac...Miércoles Addams—resonó una voz por los pasillos.

—Eluana...—susurró Tn al ver como la mujer aparecía, aún se le apreciaba marcas en la cara.

—Mi señor estará contento de matarte...a fin de cuentas eres lo único que se interpone entre el mundo de los vivos y el de los muertos—dijo tras dar unos pasos.

Ella sacó un cuchilo, amenazadora, pero a medida que se acercaba, Tn notó algo.

—Ahora eres vulnerable—dijo de golpe sorprendiendo a las chicas—en este espacio congelado del tiempo puedes manifestarte y eso...pero a cambio, podemos golpearte físicamente y sin necesidad de lanzar conjuros ni nada.

—Como de costumbre...tu percepción es correcta...—se mordió el labio molesta, pues ahora el factor sorpresa se había perdido.

Enid dio un paso al frente y se despojó de los ropajes ante la mirada de Tn. Miércoles le exigió que dejase de mirar. Y de pronto, ella se convirtió en una feroz loba.

—Yo me hago cargo—dijo firme y confiada la chica—va a pagar por todo el daño que nos ha hecho.

—Miércoles, detecto una energía muy oscura no muy lejos de aquí—le dijo antes de mirar en una dirección—ni siquiera trata de ocultar su presencia.

—Si, yo también siento algo...¡Enid te dejamos esto a ti! —exclamó la pelinegra antes de que ambos echasen a correr en esa dirección.

La loba asintió y pronto empezó la pelea entre ambas chicas. Eluana no era precisamente tan débil como aparentaba en un principio pues se defendió bien a pesar de que Enid estuviera en su forma de loba. Había recibido un poco de poder de su señor para poder hacer frente a la amenaza.

Enid lanzaba zarpazos mientras que ésta se agachaba y luego golpeaba, aunque la piel de la loba era muy resistente.

—Eres más fuerte de lo que imaginaba...creí que eras la más débil del grupo—comentó apartándose de un golpe de ella.

—Lo soy, pero somos muy fuertes—replicó en un tono grave ella.

Mientras la pelea continuaba, los dos corrían en dirección a la sombra. A medida que se iban acercando, el lugar se iba volviendo más frío, sin apenas vida y con un ambiente tenebroso que helaba la sangre.

Hasta que llegaron a una puerta.

—Se encuentra aquí—comentó ella—¿preparado? —él asintió.

Abrieron la puerta y entraron con decisión. Allí, una gran sala vacía salvo por la presencia de una figura, un hombre que aparentaba tener ochenta años.

La debilidad de Miércoles-Miércoles x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora