Byun Baekhyun nunca fue un chico cualquiera, recordó Chanyeol. En su juventud el hermano de su mejor amigo tenía un crush con él y se lo hizo saber en diferentes ocasiones mientras que él, aunque le costase admitirlo, también le gustaba ese tipo de atención genuina viniendo de él. Sabía que el Baekhyun que el conoció alguna vez no era el mismo hombre que le miraba curioso. Se preguntó si le recordaría y si su presencia y la de su hija le incomodarían.
Chanyeol y Yuna habían asistido a la barbacoa en casa de los Byun el sábado por la mañana. El alto vestía ropas informales mientras que la pequeña Yuna parecía que iría a una fiesta de lo hermosa que se veía. La coleta perfecta recogida hacia atrás y el vestido pulcramente planchado le recordaba a los inicios del alto en la paternidad cuando el cabello de su hija quedaba hecho un desastre sin remedio. Perdió la cuenta de cuantos tutoriales había visto para peinarla de una manera diferente todos los días mas las horas con una de las muñecas de Yuna había surtido efecto y ahora su princesa lucía su hermoso cabello recogido a la perfección.
Junghwan abrió la puerta emocionado por ver a su sobrina y ahijada dejando a Chanyeol entrar a casa de los Byun con un poco de vergüenza. Miró la casa familiar con inesperada nostalgia. Aquel hogar gigante y acogedor le había abierto las puertas y más nunca se las había cerrado. Fueron ellos los primeros en enterarse de que sería padre y los primeros en felicitarlo siempre.
- ¿Chanyeol? - susurró Baekhyun restregándose los ojos sin creer lo que veía - ¿Eres tú?
Se acababa de levantar, notó el más alto. Su cabello disparaba para todas las direcciones y los rastrojos de baba en su mejilla derecha le delataban. Chanyeol se sorprendió que, aún todo hecho un desastre, su belleza exuberante resaltaba. Baekhyun tenía una altura relativamente normal. Sus cabellos recién teñidos de rubio contrastaban su piel blanquecina besada por el frío, los ojos cafés que siempre estaban detrás de gafas de montura redonda le observaban sorprendidos y curiosos además de los preciosos labios rosados que siempre se abultaban cuando el menor deseaba algo y no quería admitirlo. El pijama negro de osos pandas pequeños le hicieron arquear la ceja pero, prefirió no decir nada y responder a sus preguntas.
- Junghwan me invitó a la barbacoa – respondió ante el chico confundido – Y si, estoy de vuelta.
¿Por qué se sentía así? Su estómago saltó ante la brillante sonrisa que recibió. Baekhyun hizo una corta reverencia emocionada continuando con su camino hacia la cocina. Extrañado, se dirigió a la parte trasera del hogar huyendo de la sensación rara que aquel chico le causaba. Era la primera vez en años que él accedía a la barbacoa por dos razones. La primera era que cuando se convirtió en padre abandonó todas las cosas que no se relacionaban con la paternidad exceptuando el basquet que le daba de comer. La segunda era aquella rosa que le miraba con ojos de cachorro como si él fuera la luna en un cielo azulado. Alejó sus pensamientos del hombrecito y se dejó abrazar por Yeji, la madre de los Byun. Seo Yeji era una mujer tan fuerte que acogió al más alto cuando los caminos de sus hijos se vieron cruzados con el suyo. La mujer era tan maternal, tan dulce y tan suave que él se preguntó si en la vida pasada aquella señora no había sido parte de su familia.
- Mi gigante favorito – el apodó de Yeji hacia él resonó en su interior - ¿Te has estado alimentando bien? ¿Hace cuánto que volviste? ¿Cómo se ha acostumbrado Yuna?
- Mamá, deja que Chanyeol respire – protestó Junghwan con Yuna en brazos divertida – Yuna, dile hola a tu abuela.
La pequeña saludó tímidamente y lanzó un beso con una sonrisa. Yeji guiñó un ojo feliz del intercambio y continuó en su interrogatorio hacia el alto. Una cerveza fue puesta en sus manos y, aunque sabía que no debía porqué tenía que conducir, supuso que compartir una sería lo normal. La familia juntó las mesas y Yeji con ayuda de una de sus empleadas sirvió la mesa a todos.
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Rosas para Baekhyun (ChanBaek)
RomanceAy, la juventud. La etapa más hermosa de la vida y a la vez, la más compleja. Cuando eres joven sales a beber y a bailar, te emborrachas con los amigos, te enamoras por primera vez y te rompen el corazón en un millón de veces. Y cada uno de esos mo...