Ella, una chica de lo más normal, en cuya vida no hay cabida para nada extraordinario, no espera que el mundo se torne un lugar oscuro y peligroso. Cuando ellos llegan a su vida, todo cambia radicalmente cuando se da cuenta de que está atrapada en l...
Queridos lectores y lectoras, a lo largo de la historia os encontraréis múltiples canciones, que serán las que reflejarán todo lo plasmado en cada capítulo. Sin más preámbulos, bienvenidos/as a ésta humilde pero fantástica historia. 💖
El despertador sonaba demasiado temprano esa mañana. La pelirroja de ojos oscuros abrió un ojo muy despacio puesto que algunos rayos de sol habían comenzado a colarse por la ventana. Miró el despertador de reojo.. las 6:30 de la mañana. Hora de levantarse.
—¿Liz? -La llamaba su madre desde la cocina-
— Voooy. -Le contestó con premura-
Se levantó de un salto y de muy pero que muy mal humor. Corría el 12 de Septiembre y el último curso del instituto daba comienzo hoy. Si todo iba bien, acabaría el año y se marcharía a la ciudad a la universidad. Su familia y ella vivían en Český Krumlov, un pueblo que se encontraba a unas casi tres horas de Praga, la capital de República Checa.
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Su padre, al parecer, era natural de Praga. Se marchó cuando ella era muy pequeña y nunca lo conoció. Su madre era natural de Český Krumlov. Se conocieron mientras ambos estudiaban en Londres, se casaron y decidieron mudarse aquí. Los primeros años de casados estuvieron viviendo en la capital, en Praga, pero decidieron que el estrés de vivir en una gran ciudad era demasiado y decidieron mudarse a un lugar más tranquilo. Hasta que él se fue.
—¡ELIZABETH EVANS! -Su madre le estaba gritando de nuevo-
Más le valía arreglarse rápido y bajar pronto.. su madre, Katherine, siempre la llamaba Liz, pero cuando se enfadaba, la llamaba por su nombre completo: Elizabeth. Y en ese momento tenía claro que debía darse prisa con lo que sea que estuviese haciendo. Se vistió rápido, eligiendo una camiseta de manga corta negra y unos vaqueros. Arregló su melena pelirroja y se apresuró a bajar a tomar el desayuno.
—¡Ya era hora! -Le reprendió su madre en cuanto entró por la puerta de la cocina-
—Lo siento, mamá.. -Le respondió poniendo los ojos en blanco-
No lo iba negar, se sentía un poco cansada al tener que madrugar tanto después del largo verano. Katherine ya le había servido el desayuno, unas ricas tortitas y un zumo de naranja.
—Ya sé que no tienes ganas de empezar las clases pero éste es el último año.. -Notó cierta melancolía en las palabras de su madre, le daba pena que se marchase a la universidad ya que no la vería por casa todos los días y no tenía más hermanos ni hermanas-
—Tranquila, que aquí todavía queda instituto para rato.. -Agitó una mano como quitándole importancia-
Su madre esbozó una media sonrisa pero seguía expresando el mismo gesto de tristeza. Al cabo de un rato llamaron al timbre y Elizabeth se levantó corriendo ya que probablemente se tratase de Sophie.. su mejor y única amiga desde que eran pequeñas. Terminó de desayunar, cogió su mochila y se fue rápidamente hacia la puerta, abriéndola de par en par.
