Habían pasado ya dos días desde la fiesta en casa de la familia Wilson y desde que Sophie había sido atacada. En un primer momento la gente había pensado que se trataba de un accidente y de que la muchacha se había caído por las escaleras pero no era así, ya que la gente que había estado justo al lado del primer peldaño de la escalera la había visto bajar muy despacio mientras se tambaleaba de un lado a otro agarrándose fuerte al pasamanos de color dorado de la escalera de mármol. Una vez llegó al último escalón se desplomó y entonces saltaron todas las alarmas. No se sabe el tiempo que pasó hasta que llegó la ambulancia, pero Caleb y sus amigos desaparecieron del lugar de inmediato, al igual que la gran mayoría de los allí presentes. Charles se quedó junto a Elizabeth. Mientras Sophie yacía en el suelo inconsciente a la par que un reguero de sangre circulaba justo por debajo de su nuca, Charles se había puesto en cuclillas junto a Eli. Había posado una mano sobre su hombro mientras le daba algún que otro apretón cariñoso. Ella no le veía la cara porque estaba demasiado centrada en su amiga, pero Charles destilaba preocupación, lo sentía. Se quedó tan ensimismada viendo cómo la cara de Sophie se ponía pálida, que no se percató del momento exacto en que la mano de Charles había abandonado su hombro. Ni siquiera se dió cuenta de cuándo había sido el momento exacto en el que se había marchado.
Cuando el equipo de emergencias llegó, les pidieron a todos que se apartasen, incluso a sus padres. No tardaron mucho en comenzar a presionar sobre la herida sangrante de la cabeza y a cogerle una vía y ponerle sueros intravenosos para estabilizarla. Eli mantuvo sus manos unidas, la una con la otra, entrelazándolas, rogando por la vida de la chica que había sido su amiga durante toda la vida.
Finalmente, la acostaron en una camilla y se la llevaron al hospital. Katherine, su madre, también había estado con ella durante todo el tiempo. Eli ni siquiera sabía si ella había visto a Charles a su lado en algún momento pero eso no importó demasiado ante tal situación. Su madre la trajo a casa de inmediato y a los pocos minutos de atravesar la puerta se dispuso a llamar a los padres de Sophie.
<<Se encuentra estable y fuera de peligro. Al parecer le han golpeado en la cabeza con un objeto muy pesado. No corre peligro y mañana le darán el alta y podremos irnos a casa. No se sabe quién ha sido y tampoco tienen a ningún sospechoso>>, relató su madre al teléfono.
El despertador de la mesilla sonó bien fuerte esa mañana. Si no hubiese sido por el dolor de cabeza que le bajaba por la frente en dirección al ojo derecho, hubiese jurado que aquel trasto se había tragado un altavoz. Estiró el brazo con muchísimo esfuerzo para pararlo e irguiéndose hacia adelante en la cama. Tenía los ojos muy hinchados y unas ojeras que le llegaban hasta la mandíbula. Desde lo ocurrido el Viernes, había pasado un fin de semana fatídico encerrada en casa. Ni siquiera había podido hablar con Sophie por teléfono porque aún se encontraba con muchos dolores de cabeza y mareos por el golpe, pero aún así, no dejó de llamar a su madre dos o tres veces al día. Ahora todo el pueblo se encontraba de los nervios por el escándalo, pero más que por eso, se encontraban todos de los nervios porque ni siquiera había ni un sospechoso. Claro, ¿qué sospechoso iba a haber? Un incidente en casa de unas familias más ricachonas y acaudaladas del pueblo, ¿a quién iban a acusar? Seguro que la policía daría carpetazo al asunto alegando que Sophie se habría golpeado y fin de la historia. Pero había algo raro y extraño, podía sentirlo. No se demoró mucho en vestirse y aplicarse un poco de maquillaje. No quería que su madre comenzase a hacer preguntas sobre si se encontraba bien o no. Apenas le dijo nada durante el desayuno, ya que ella sabía perfectamente lo preocupada que se encontraba por Sophie.
Notó la mirada triste de su madre clavada antes de salir por la puerta de casa en dirección al instituto. Cuando llegó y cruzó la puerta de clase, no pudo evitar sentir una punzada en el estómago. Se sentía muy sola al ver el asiento vacío al lado del suyo. Decidió que pasaría la mañana lo mejor que pudiese y al acabar se iría a casa corriendo para llamarla y ver si ya estaba en condiciones de hablar. Se encontraba distraída en sus pensamientos cuando vió unos libros caer en el pupitre de Sophie.
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KINGS OF EUROPE { ALMAS OSCURAS I } 🖤
VampireElla, una chica de lo más normal, en cuya vida no hay cabida para nada extraordinario, no espera que el mundo se torne un lugar oscuro y peligroso. Cuando ellos llegan a su vida, todo cambia radicalmente cuando se da cuenta de que está atrapada en l...