LOCURAS

12 1 0
                                    

Llevo bastante rato pensando ene lo que me dijo Adam y tengo dos opciones: guardarle fidelidad a León sabiendo que él no hará lo mismo o vivir mi vida y disfrutar de lo que me ofrece Adam. Creo que tengo muy claro lo que haré, ni una cosa ni la otra, en cuanto tenga oportunidad me liaré con alguno pero no con Adam.

Conozco a Adam desde hace cuatro años y sé como es así que no pienso tener nada con él, prefiero salir sola de noche a las fiesta del pueblo y acabar follando en el baño de algun bar con un desconocido. 

Estoy tan tranquila leyendo después de la cena cuando viene mi madre a la habitación.

- Cariño voy a salir a la Fonda con Judith a tomar algo y a hablar tranquilas.

- Vale mami, que vaya muy  bien - le respondo.

La idea de que mi madre se vaya junto a la madre de Adam no me gusta nada, esta es la oportunidad que estaba esperando Adam pero confio que con su amigo el moreno que por fin se como se llama, Nacho, no querrá hacer nada.

Pero, como no, estoy equivocada y a los dos segundos de que nuestras madres hayan salido por la puerta ya me ha enviado un WhatsApp.

"Hey mami, ni tu madre ni la mía están en casa. ¿Me paso por tu habitación y hacemos travesuras?"

"Anda... dejate de tonterías ya y déjame en paz", le respondo. Sé que no me dejara en paz, lo conozco y también sé que ha leído mi contestación y no le ha gustado nada.

Ha pasado media hora y pienso que por lo menos hoy no intentará nada más pero, otra vez, me equivoco. Ha venido hasta mi habitación y ha entrado sin llamar a la puerta ni avisar.

- Hay una cosa llamada educación ¿sabes?- le digo de mala gana.

- Sí, lo sé. También hay unas personas llamadas aguafiestas y tu eres una de ellas- me contesta del mismo humor que estoy yo.

Entiendo que no este contento pero no que esté enfadado, yo no le di esperanzas de que pasaría nada. Antaño tuvimos algo, yo lo desvirgué, pero no porque las cosas pasen una vez tienen que volver a pasar.

- Bueno ¿que quieres?- le pregunto.

- Ya lo sabes- me responde.

Empieza a sacarse la camiseta dejando ver su torso perfecto y yo no sé que haré si me besa o si me toca.

 ¡Maldición! Se ha sentado en la cama y ahora me mira fijamente con su mirada verde. Siento que ardo y él lo sabe, es entonces cuando me besa y yo me rindo a él. Soy débil, lo sé y me encanta.

En este momento me da igual lo que pase mañana o si no pasa nada, ahora solo quiero disfrutar de lo que me puede ofrecer Adam y olvidarme de todo o de si quiero más o no. 


Sigo deseando másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora