Un océano de vidas

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11: Pasando una nueva página en la vida
Momentos antes

Waterwheel Town, al suroeste de la plaza Gyoncorde

Ahora en un lugar diferente, el visitante humano del Reino Ryugu, Jiraiya, fue visto nuevamente leyendo un artículo de periódico mientras estaba sentado afuera de la terraza de un café, tomando un café.

Bueno, él estaba tratando de disfrutarlo pero también estaba gruñendo mientras lidiaba con el regalo de la noche anterior que había recibido del Mermaid Café donde fue: su ojo derecho morado que todavía estaba un poco tragado.

Y no estaba sentado solo, ya que ahora estaba acompañado por uno de sus invocados con el que se había hecho amigo como su invocador del contrato del Sapo, Fukasaku, un pequeño sapo verde, que tenía cabello gris que delataba su vejez, especialmente sus cejas muy gruesas y pequeña perilla, con ojos amarillos con círculos negros alrededor de ellos.

"Deberías empezar a aprender a tener cuidado con el alcohol, muchacho Jiraiya".

—Por favor, maestro Fukasaku, ahora no —suplicó Jiraiya, todavía irritado por lo sucedido—. Simplemente bajé la guardia cuando ese gorila me golpeó.

—Aun así, veo que ese gorila te ha dado un buen puñetazo. —Fukasaku señaló la herida obvia, un poco de humor había en el viejo sapo hoy—. En serio, muchacho Jiraiya, no estás empezando a envejecer, ¿verdad?

—No me hables de tu edad —comentó Jiraiya—. Sinceramente, incluso después de todos estos años, todavía me sorprende que tengas ochocientos años.

Dado que el sapo tenía más de ochocientos años, el pequeño animal encontró el humor apropiado, ya que había sido el mentor de Jiraiya durante mucho tiempo. Desde que Jiraiya era un niño, él era el principal poseedor del contrato de invocación de sapos y solo a unos pocos se les dio la oportunidad de obtener permiso para trabajar junto a los Grandes Sapos.

Incluso cuando el Gran Sabio Sapo predijo su llegada, Jiraiya era solo una parte de la predicción del Anciano sobre el Niño de la Profecía que sucedería en su vida, lo que el Sannin entendió enormemente cuál sería su responsabilidad sobre sus hombros.

Aun así, ahora era un momento incierto, ya que él tenía una misión propia. Jiraiya había estado viajando por todas partes para buscar a alguien a quien tenía que estar buscando.

—Aun así, me gustaría tener una vida útil como la tuya —suspiró Jiraiya mientras lo deseaba—. Porque si tengo que encontrar al hijo de Minato y Kushina en este vasto mundo, posiblemente me llevará siglos encontrarlo. Si no, décadas que no tengo.

Para más información, desde que hizo el horrible descubrimiento en los laboratorios de Orochimaru durante la invasión de Otogakure, se había propuesto como misión personal localizar y recuperar al hijo de su estudiante.

"Ha pasado casi una década desde que sucedió, muchacho Jiraiya", afirmó Fukasaku, que no quería hacerlo, pero aun así decidió contárselo a su estudiante. "No quiero desanimarte, pero debes enfrentar la realidad de que podría ser imposible encontrarlo".

"He estado recordándome esa perspectiva durante los últimos años". Jiraiya admitió haber tenido esos pensamientos, pero contraatacó. "Pero no puedo simplemente rendirme ahora. No después de lo que pasó anoche..."

Fukasaku vio que Jiraiya estaba siendo diferente cuando dijo eso, todavía guardando algo de esa culpa dentro de él, lo cual el viejo sapo podía entender pero deseaba haberlo dejado ir.

¡A la plaza, ahora!

Al escuchar esa orden, Jiraiya y Fukasaku dirigieron su atención hacia el camino, viendo a muchos de los soldados del país nadando hacia arriba, con armas y todo, aparentemente apurados.