𝑬𝒑𝒊𝒇𝒂𝒏í𝒂

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La joven asintió con suavidad, manteniendo la compostura, aunque la pregunta la había tomado por sorpresa

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La joven asintió con suavidad, manteniendo la compostura, aunque la pregunta la había tomado por sorpresa.

—Así es —respondió, su mirada fija en los ojos del hombre mayor—. Lo aprendí un año después de la muerte de mi abuelo. —Hizo una pausa, dejando que sus palabras flotaran en el aire tenso de la habitación. Sin embargo, me gustaría cambiar de tema. Dimitri mencionó que usted sabe cosas importantes sobre él —añadió, firme, aún inquieta por lo que había oído del moreno antes de llegar.

El hombre la observó en silencio durante unos instantes, como si evaluara cada palabra con cautela. Sus ojos, fríos y enigmáticos, no dejaban de escrutarla, mientras el joven rubio seguía atento la conversación, sabiendo que lo que se iba a revelar podría cambiar todo.

—Sí—confirmó el hombre mayor, con voz templada—, pero antes necesito asegurarme de que realmente eres quien dices ser. —Se recostó lentamente en su silla, sin apartar la mirada de la joven, aguardando alguna acción o respuesta que validara su identidad.

La joven asintió con una serenidad medida. Sabía que ya no había mucho más que perder si revelaba su verdadera apariencia. Aun así, antes de hacerlo, decidió preguntar:

—"Antes de continuar, ¿me diría su nombre?"—inquirió suavemente, manteniendo la mirada en él.

El joven rubio, que había estado a su lado hasta ese momento, retrocedió unos pasos y se situó junto a Dimitri, atento a cada gesto y palabra, como si entendiera que lo que estaba por suceder sería crucial.

De repente, el hombre mayor soltó una carcajada profunda, resonante, que descolocó momentáneamente a los presentes. Dimitri y el rubio se mantuvieron serios, aunque era evidente que les costaba no sonreír.

La joven, sin embargo, permaneció impasible. No emitió sonido alguno, manteniendo su mirada fija en el hombre mayor, esperando su respuesta con calma.

—Alexander Sergeyev, pero puedes llamarme Sasha —respondió finalmente con un leve tono de entusiasmo, como si la serenidad de la joven lo hubiera impresionado.

Al oír ese nombre, la mente de la joven quedó momentáneamente en blanco. "Sasha Sergeyev"... Un nombre que había quedado sepultado en sus recuerdos, pero que ahora despertaba en su memoria, trayendo consigo imágenes y emociones de un pasado que creía haber dejado atrás.

Sin dudarlo más, deshizo su habilidad de ocultación, dejando que su apariencia real emergiera. Ante los ojos atentos de los presentes, su cuerpo y su rostro se transformaron en los de una joven de apenas catorce años, con una piel pálida como la nieve y un cabello albino que caía suavemente sobre sus hombros. Aunque aún mantenía la misma esencia, había en ella una fragilidad que contrastaba con la intensidad de su presencia, una pureza que no había mostrado en mucho tiempo.

✞ঔৣDₑₛᵢdₑᵣᵢᵤₘঔৣ✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora