Un momento de Alivio

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—Ya estamos lejos—Expresó Lestat—¿Estás bien chéri?

—Deje de decirme así.

Louis de un suspiro, relajo los hombros y llevó su mano a su frente que estaba empezando a doler.

-San Louis- Expresó el alfa con tono preocupado al notar como los pies del omega temblaban, y este entrecerró los ojos por los primeros indicios de dolor, que aunque no fueran fuertes estos eran molestos.

—No, la verdad no sin embargo, gracias, no creo haber podido controlarme, hubiera sido vergonzoso

—¿Para ti o tu marido ?

—Ambos— expresó el omega—No lo entendería, al menos en su posición no, sobre todo un alfa blanco.

Tras esas palabras un silencio incómodo se extendió por un par de minutos, con Louis mirando de forma acusatoria al alfa. Lestat se mantenía con semblante reflexivo.

—Se que su matrimonio fue algo atípico, también como decidieron que fuera su matrimonio cuando podrían haberse mudado a otro estado y hacer oficial lo vuestro, Daniel y usted viajaron hasta Francia aprovechando el oficio de marido para hacerlo oficial.No le tomó como amante como muchos pensaron que ocurriría

— Ha estado metiendo sus narices donde no debe señor Lioncourt—.Expreso Louis con un ligero gruñido- No debe importarle si mi marido es un beta varon blanco y yo un omega masculino de piel oscura, no es asunto suyo.

—Solamente muestro interés por la hermosa criatura que tengo delante.Pero si me permite excusarse la gente habla mas de lo que debería, cuentan que su matrimonio fue inusual y yo siento nuevo en estas tierras más de uno sobre todo Anderson se ha acercado a mi a advertirme que me cuidara del esposo del señor Molloy. Y se porque, su belleza, su dulce corazon, la alma que posee es demaciado, creo que Tom Anderson quería ahuyentar la competencia, mala jugada eres tan deslumbrante que sería imposible rechazar tu luz.

—Debe detenerse antes que su corazón sea destrozado señor Lioncourt. No tendré piedad.

—Valdría la pena si tu eres quien lo destrozara —agarro la mano de Louis y lo llevó a su rostro y depositó un beso en este, Louis se estremeció al tacto,sin embargo no arrebató su mano como las tantas veces que lo había hecho, sino que posó su otra mano sobre la de Lestat y pego su frente a la del rubio quedandose alli unos largos minutos, con los ojos cerrados.

—Debe parar se lo suplico— Pidió Louis que sintió el cálido tacto del alfa posarse en sus mejillas que ardían al contacto.

—No puedo mon chéri, no si se trata de ti.

La Resistencia y Negación del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora