Tendrán que detener el mundo para dejar de sentir. Hinata y kageyama superan la historia de un amor que tuvo que parar hace años. Pero,¿Lo harán juntos o viviendo el duelo cada quien por su cuenta?
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Esta historia es re...
En la vida llegan momentos que deseas evitar a toda costa, un momento en el que te das cuenta de las respuestas de los pensamientos que no te dejan dormir. Ese instante en el que se dio cuenta de todo y solo pudo preguntarse a si mismo:
¨¿Me acaba de ignorar?¨
Pues ese momento llegó de imprevisto para Kageyama.
Los años en la preparatoria son los que más disfrutas en tu vida, conoces a los amigos que tendrás el resto de tu vida y encontraras tu vocación; o eso es lo que plantean los adultos ante la idea de un pasado lejano.
Para Tobio no fue muy diferente, siendo una persona un tanto limitada a la hora de socializar, pudo rodearse de los amigos perfectos para él. Y no solo eso, también de un enano que sería la razón de las mariposas en su estomago.
Primero no lo entendía bien, no sabia por qué le gustaba estar con él siempre, o por qué a la hora de pensar en su mayor pasión (el voleibol) Hinata cruzaba por sus pensamientos para detenerlos y hacer que su corazón latiera un poco más rápido. Se convencía de que no sabia las respuestas a sus preguntas y cortaba el hilo de pensamiento. Esa era la rutina diaria una y otra vez.
Hasta que un día sucedió.
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Era viernes por la tarde, justo cuando el sol se empezaba a ocultar y el club estaba un poco vacío el dúo problemático aprovechó para entrenar y estar listos para el siguiente partido. Shoyo no había logrado rematar los pases de Kageyama por más veces que intentaran y eso era bastante frustrante para el pequeño.
-¡Uno más!-gritó hinata levantándose del piso-.
-Es inútil, ya lo hemos hecho por más de una hora.-exclamó Tobio en un tono más calmado de lo habitual debido a su cansancio y respiración agitada-.
-Dijiste que me darías los pases que yo quisiera.-Dijo Hinata frustrado-
-¡Ya detente!, ¡No te pasaré ni uno más hasta que me escuches!-Gritó Kageyama enojado, mirando fijamente a su amigo-.
Los pocos del equipo que estaban ahí se detuvieron al escuchar la pelea, preocupados y atentos por si la situación escalaba a un conflicto más serio. Se aliviaron un poco al notar que el pelinaranja no contestó ante la provocación de su compañero y en lugar de continuar la discusión salió corriendo hacía los baños con lagrimas que luchaban por no salir de sus ojos y una mirada de furia y enojo ante la situación.
Entonces Tobio sintió los primeros indicios de la sensación que ha sentido últimamente cuando piensa en su compañero.
-Oye, kageyama creo que tal vez...-Habló el mayor Sugawara para invitarlo a que se calmara y no hiciera una locura-.
Sin embargo con su poca habilidad para expresar sus sentimientos en palabras, agarro su bote de agua vacío y salió del lugar en dirección a donde se encontraba Hinata. Los mayores solo pudieron suspirar.
-¿No deberíamos meternos?-Se preocupó Yamaguchi-.
-Déjalos, tienen que arreglar sus conflictos ellos mismos.-Lo detuvo Asahi un tanto preocupado-.
No era mentira que estos últimos días su conexión había estado deteriorada y gracias a eso no lograran hacer los ataques que eran cosa suya. Pero algo estaba diferente, las reacciones de ambos eran más calmadas, en ciertos momentos más explosivas, pero viniendo de la bomba de rabia que es Tobio cuando juega, parecía una persona completamente diferente.Por esa razón Azumane decidió no meterse en lo que sea que les estuviese pasando.
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Kageyama llegó corriendo y observó a su ¨amigo¨ sentado, recargado en la esquina de los largos bebederos de agua y se tranquilizo un poco. Se acerco a rellenar su bote de agua (la excusa perfecta para estar cerca de su contrario y tratar de entender sus actitudes de hoy). Hinata se levanto y camino hacía él.
-Si quieres que te coloque el balón tienes que dejar de...- Tobio se detuvo al ver que Shoyo lo pasó de largo secándose las lagrimas sin dirigirle ni la palabra ni una simple mirada.-
¨¿Me acaba de ignorar?¨
Su corazón parecía ir a mil por segundo mientras sentía como el agua fría derramaba de su bote y tocaba su muñeca. Fue entonces que se dio cuenta de algo que había estado evadiendo desde hace tiempo.
Hinata no era solo su compañero, no se empeñaba en pasar tanto tiempo con él para mejorar en el voleibol y mucho menos para ¨molestarlo¨.
Era por que Hinata le gustaba, Kageyama de verdad sentía algo por él.
-Idiota, ¡espera!-Tobio había soltado el bote y lo había dejado tirado solo para seguir a el pequeño y detenerlo con un agarre de muñeca-.
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