Strawberries & Cigarettes

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Una tarde calurosa de la primavera de sus 17 años , Kageyama había recibido un regalo de su madre. Era una historieta que a Tobio le gustaba observar de niño pero nunca pudo leer.

No se tardó más de un día en terminar de leerlo, quedó completamente pensativo ante la obra que acababa de leer.

"La enfermedad Hanahaki, biológicamente imposible. Todo por un amor incorrespondido o no reciproco...que tontería".

Pero en el fondo le aterraba que algo así le pasara. Llevaba 1 año de relación con Hinata y constantemente temía por su futuro juntos. Recordó lo que había pasado un día antes en la escuela.

Estaban en los bebederos en una pausa en el entrenamiento, hablando y en cierto momento regalándose pruebas de amor. A Kageyama le gustaban los labios de su novio, le gustaba la forma en la que cerraba los ojos y se alzaba en puntitas para colocaba sus manos en el cuello de Tobio, le gustaba sonrojarse al verlo sonreír en cualquier momento, le gustaba el sentimiento de estar enamorado de él.

No fue hasta que escucharon los pasos de alguien viniendo a rellenar su bote cuando Shoyo empujo a su contrario y se alejo lo mas que pudo fingiendo estar tomando agua. Era Ennoshita quien los saludó y platicó con Hinata. Kageyama observó como ambos se iban platicando para adentro del gimnasio. Hinata solo le regalo una mirada de perdón.

No era la primera vez que pasaba algo así. Pese que su relación fuera algo un tanto obvia, a Hinata no le gustaba que los vieran de otra forma. Su única discución hasta ese momento había sido por esa razón.

- No te gusta que nos vean juntos, ¿verdad? - Preguntó Tobio. Estaban en el balcón de su habitación, sus padres habían salido y estaban solos. Entonces Kageyama pudo prender su cigarrillo y darle una pequeña bocanada.

- ....No es eso. - Contestó mirando la fresa que estaba a punto de comer-.

- Yo les voy a decir de lo nuestro, Hinata. A algunos del equipo, no es como si no fuera suficientemente obvio. - Dijo dandole unos golpecitos a la colilla de su cigarro-

- No quiero que piensen que soy raro... -

- No eres raro, eres mi novio. - Ambos se voltearon a ver y a Hinata se le aguaron los ojos.

- Tch -Chistó- Deja de fumar mejor, no sé por que lo empezaste a hacer. -Hinata le arrebato su cigarro y lo apagó en el cenicero.-

Una vez volteó, dejó un beso en los labios de su novio.

- Sabes a fresa hoy. - Y ambos rieron, el amargado de Kageyama estaba riendo.


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Kageyama recordaba esto 10 años después observando su cigarro y unas fresas tiradas injustamente en la calle. Todo era diferente tantos años después, él tenía 27 años y estaba esperando a Hinata, quien tenía 28, afuera del Karasuno para dar un paseo a pie hasta la residencia donde se quedaban los alumnos del Nekoma (quienes se habían ido antes).

-Kageyama, vamos?- Llegó de la nada.

-Sí...vamos. - 


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