III

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Capítulo tres

Leannen

Ataque
12:49

Las turbulencias harán que vomité, es imposible volar tranquilamente en una tormenta como está. Veinticuatro horas han pasado desde que salimos de Cuba, me parece irral que él este tan tranquilo en un momento como este; el Quin Jet puede sufrir algunos problemas. Me es imposible no tener miedo en estos momentos, el corazón me martilla con fuerza dentro del pecho, los recuerdos de mis operativos anteriores son como una película dentro de mi cabeza. Mi cerebro es como un CD rayado con esos recuerdos.

Aferrarme a las cuerdas del cinturón no ayudan en nada, cada vez se sacude con más violencia. La pantalla del Ipad me muestra las coordenadas junto con él radar; 4Km al norte y el radar solo muestra fallas de interferencia. Estamos dando la vuelta para rodear la fuerte tormenta, si seguimos a este paso habrá daños en las turbinas y los motores.

El ambiente es tenso.

Me siento tensa, mi cuerpo se siente rígido y por alguna extraña razón siento miradas sobre mi. Camila está más tranquila que yo en estos momentos, sus brazos y piernas cruzadas con los ojos cerrados; me gustaría tener su tranquilidad.

Aunque estoy pendiente al aparato en mis manos, no puedo evitar mirar a mi alrededor, los soldados aún permanecen con los chalecos puestos y las armas en mano contra su pecho.

Lo normal al subir a un Quin Jet tan avanzado con este es dejar las armas en su lugar, es extraño el que no la hayan dejado de lado y sobre todo el extraño comportamiento de la teniente que no ha dejado de mirar a todos lados.

Sorprendentemente Alessandro es el primer en actuar al levantarse para ir a la cabina de control.

Me va a dar jaqueca

El movimiento se calma, la tormenta nunca trae nada nuevo. Se me revolvió el estómago con tantas sacudidas, todos se quitan el cinturón respirando con fuerza, se están asfixiando con los cascos pero aún así no se los quitan. El radar estaba teniendo interferencia por la tormenta pero...

—¡Evasión, maniobras de evasión! —logro gritar. La nave da un giro de 90° provocando que todos salgan de sus asientos.

El repentino movimiento me saca de las manos el Ipad.

—¡Nos atacan! —la voz queda a medio camino. El cañón del arma está en medio de mis cejas.

Fue tan rápido que no lo ví venir, solo pude cerrar los ojos por el movimiento y al volver a abrirlos ya lo tenía frente a mi.

—Vaya —Alessandro es el primero en hablar —. Ya se habían tardado ¿No crees?

¡No tiene el cinturón de seguridad!

¿Entonces como? Su movimiento le saca el arma de la mano al sujeto que saca una glok de su espalda para disparar. Alessandro lo derriba de un solo golpe contra el suelo, se coloca sobre él colocando el arma entre ceja y ceja. El Quin Jet vuelve a sacudirse con más violencia, sin perder tiempo logro esquivar el ataque para tomar el maletin, se me atraviesan pateandolo hacia la escotilla cerrada, empieza un combate entre los dos para ver quien logra tomarlo.

La navaja pasa frente a mi nariz, logro correrme hacia atrás y su sangre me recorre por la mejilla con gotas saliendo de su cuello abierto por Camila quien sangra por la frente. Nos están atacando desde arriba, los disparos empiezan atravesando parte de la nave. El GPS muestra una nave justo detrás de nosotros, si nos siguen disparando terminarán averiando uno de los alerones y todos terminaremos en una explosión contra el suelo.

—¡Ve a la cabina! —Alessandro grita quitándome al sujeto de encima.

Arrastrando me sobre mi trasero logro corre a la cabina, el repentino ataque del piloto me sorprende, el otro está muerto con una bala en la cabeza.

CARICIAS PELIGROSAS: Red De Mentira Y PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora