XIV

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Pansy Parkinson

Las manos de Emily son rápidas, y me deja en total descubierto cuando logra desabrochar el último botón de mi camisa, muerde su labio inferior con deseo al ver la tela negra que cubre mis pechos.

Me sentía agitada por la serie de besos que acabábamos de tener, por lo tanto mi pecho se mueve al ritmo de mi respiración.

Emily no tarda mucho en volver a besarme y deja una de sus manos en mi pecho izquierdo, mientras que con la otra se apodera de mi cuello atrayéndome lo más posible a ella, yo trato de mantenerme en su cintura y recordando lo bien que se siente trato de mover sus caderas de atrás hacia adelante, ganándome así un jadeo de su parte.

Al parecer ambas teníamos el deseo de unirnos lo más posible, nuestras pieles se llamaban con ansías. Ella se separa de mis labios solo para verme y sonríe con lujuria.

Desabrocha mi corpiño, dejando libre mis senos y se baja de mi regado, posando sus rodillas en el suelo, toma las mías atrayéndome más a ella y besa cada uno de mis muslos con suavidad.

Mientras lo hace no quita sus ojos de los míos, y eh de admitir que ese acto me éxito más de lo que me gustaría admitir.

Me tumbo en la cama al sentir las yemas calientes de sus dedos en mi muslo derecho, pareciera que juega conmigo, me ve como si estuviese impaciente pero hace las cosas lentamente, como si la pasión por mí aumentara al verme con ganas de que se meta dentro de mi.

Y antes de poder verla siento como uno de sus dedos llega a la cinta de mis bragas y con un cuidado que me quemaba las baja lentamente, dejándome así solo con la falda puesta.

Ella tira mi prenda sin dejarme ver donde termina, pero no me concentro en eso ya que me pierdo al sentir su dedo en aquel botón débil de mi zona. Ella solo necesitaba moverse un poco para darme el placer que quería. Si llegaba a bajar un poco más ella podría entrar con facilidad, ya que sentía la humedad en mi entrepierna.

Su mano libre hace presión en una de mis piernas, como si se quisiera asegurar que no las cerraría.

-No las cerrare, tenlo por seguro- le dije mientras la miraba.

-Esa no es la razón por la que lo hago.

-¿Ah no, entonces cual...?

Mi pregunta es interrumpida por un fuerte jadeo que sale de mi boca sin yo siquiera autorizarlo.

Emily había tomado el valor suficiente para adentrarse en mí y moverse como si fuese un templo, la delicadeza con la que movía sus dedos ahí dentro era como si cada parte de mí fuese de cristal, uno fino, que al tener contacto con el fuego que ella me traía se quebraría.

-Espero esto responda a tu pregunta- susurro delicadamente en mi oído.

En ese instante sentí como metía más dedos dentro de mi, comenzaba a moverse con agilidad y rapidez, logro sentir como mi espalda se arquea de placer al sentir el pulgar de Emily moverse en mi botón mágico.

Un gemido fuerte se escapa de mi boca y en ese instante siento como su cuerpo se hace espacio entre mis piernas, sus dedos se mueven rápidamente dentro de mí logrando sacar más gemidos de mi boca.

Sentir su mirada en mi cuerpo es algo raramente excitante, me mira como si fuera una gacela en busca de su presa, el contacto visual se corta cuando ella se acerca más a mi y la busco con necesidad pero la pierdo por completo cuando siento como besa mi oído.

Baja sus besos con desesperación hacia el resto del costado de mi cuello, sentir como se humedece el lugar a la vez que mi zona inferior también lo hace es algo que la ayuda a llevarme al punto máximo, y lo sé cuando siento la famosa corriente recorrerme toda la espalda.

Ámame sin miedo || Pansy Parkinson ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora