Mojada | FayeYoko

Seducción I

Pov Faye 🖤

El verano había empezado y con ello también mi graduación. La noche del festejo quizá me pasé de copas y como consecuencia terminé chocando mi auto contra un muro, por suerte resultó solo con una gran abolladura del auto y yo con esguince. Como castigo correccional, según las palabras de mi madre, tendría que pasarlo con la tía Rosé. ¿Por qué podría ser un castigo ir con tía Rosé? bueno simple y sencillamente por el hecho de que ella es nada más y nada menos que la madre superiora del convento "Nueva Esperanza".

Su congregación todos los veranos organiza un campamento juvenil cuyo objetivo era orientar, ayudar y enseñar a jóvenes a llevar o mejorar su estilo de vida de forma sana y correcta según los lineamientos de su Dios y de la sociedad.

Es estúpido que mis padres aún sigan imponiéndome castigos a mi edad. No puedo esperar a iniciar la universidad y vivir independiente de mis padres, aunque era consciente de que no me lo dejarían tan sencillo, la condición fue que tenía que asistir al campamento para que ellos pudieran aceptar mi emancipación parcial. Suspiré pesadamente cuando vislumbré el enorme portón de la entrada al lugar. Este verano sería "toda una experiencia" "nótese mi sarcasmo" y uno de los más largos de mi existencia.

Después de estacionar el auto, me dirigí a la entrada principal donde se encontraba tía Rosé, me acerqué a ella para saludarla, hacia un tiempo no la veía. Por su puesto su saludo fue frívolo como lo esperaba, cualquiera que piense en una religiosa quizá probablemente idealice a una mujer dulce, amable y bondadosa, bueno ella debía ser una de las excepciones.

Después del seco saludo me dio instrucciones de donde debía alojarme y sin más siguió recibiendo a los demás recién llegadas.

En mi recorrido pude ver que se habían designado secciones para cada grupo aproximadamente de entre diez y quince personas. Mi sección era una de las más alejadas y extrañamente era de un grupo pequeño de seis incluyendo a la religiosa que estaría a cargo según la lista pegada en la puerta de la cabaña.

Fui la primera en llegar, así que tomé ventaja y di un recorrido a la cabaña. El lugar tenía dos habitaciones y un baño en la segunda planta, mientras que en la planta baja había una habitación, un baño, una sencilla sala de estar y una pequeña cocina. Indecisa sobre cómo sería la distribución de los cuartos me senté a esperar que llegaran los demás, diez minutos después estaban entrando las que debían ser mis compañeras de sección.

Una delgada y atractiva chica de grandes, pero muy expresivos ojos rasgados y melena castaña, se acercó a mí.

―Tu debes ser Faye, la sobrina de la superiora Rosé ¿es así? ―asentí.

―Un gusto, señorita...

―Yoko, soy la hermana Yoko. Y... yo estaré a cargo de ustedes mientras se encuentren aquí, ellas serán tus compañeras, estas son Engfa, Freen, Love y Lingling ―las nombró una por una, mientras yo las observaba con moderada indiferencia.

Al terminar las presentaciones la hermana Yoko nos indicó cual sería nuestra habitación. Engfa y Freen en un cuarto, mientras que Love y Lingling en el otro disponible de la planta de arriba y eso me dejaba a mí para compartir habitación con la hermana Yoko. Genial. Eso significaba que estaría más vigilada de lo que en realidad esperaba.

El día pasó monótono, entre anticuadas actividades grupales e individuales charlas de las cuales la mayor parte estuve divagando en mis pensamientos y una cena de bienvenida. Agradecí no haberme encontrado de nuevo con mi tía, no habría sabido qué decirle.

Los demás días que pasaron no fueron muy diferentes al primero, agregando que mi actitud apática no ayudaba a relacionarme del todo bien con mis compañeras, excepto por Engfa, era la única con la que creía que valía la pena charlar.