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2016

Karina se sentía tan poco emocionada por el inicio de su penúltimo año de preparatoria. Al parecer sería un año en el que el estudio con sus compañeros se le dificultaría muchísimo, y es que recién en su primer día al ver la clase de alumnos que quedaron en su curso le daban ganas de quemarse las pestañas, a propósito. Habían ubicado nada menos que a los wanna be influencers y los wanna be atletas con ella, lo que era equivalente a adolescentes descerebrados y superficiales. Sus amigos, por otro lado, su pequeño pero animado grupo de amigos desde que entró en la secundaria Yeonjun, Jaemin, Giselle y Yeji habían tocado con ella también, y Karina estaba emocionada por ello... Por supuesto que lo estaba, pero, ninguno de ellos tenía un índice mayor a una B-, los quería con todo su corazón, claro, aunque no lo suficiente como para permitirse reducir su índice académico, y justo en estos últimos dos años que su futuro dependía de ello. Lo cual tampoco estaba mal aceptarlo, pues, los chicos eran conscientes de los delirios de grandeza de su amiga y ninguno se atrevía a refutarlo, entendían que era importante para ella, y comprendían que ellos no eran los mejores estudiantes del curso, a ninguno le ofendía, tan solo era la realidad.

Además, la peor parte de la selección de estudiantes le arrojó a Ning Yizhuo y su séquito de ridículos lame suelas. Yizhuo, o Ningning como pedía a todos que la llamasen era una especie de Queen B desde que tiene memoria. La ha conocido toda la vida y nunca había tenido indicios de querer comportarse diferente, siempre con complejos de mandamás y actitudes incoherentes, como si ella fuese una raza superior o algo así. Karina odiaba a los niños ricos. Siempre con la intención de pasar por encima de los demás.

Entre los lame botas, estaba Winter Kim, la mano derecha y mejor amiga de Ningning, una chica castaña y delgada de lindos ojos avellana, sonrisa de ensueño y la peor personalidad que un ser humano con tanto potencial atractivo podría tener. Nunca habían sido compañeras de clase, tan solo la veía como una chica linda, de lejos, y terrible de cerca. Karina estaba 100% al tanto de que sería el año más infernal de su vida.

Un día, dos semanas después del inicio del curso, comenzaron los problemas. Ella estaba tranquila en su asiento, realizando la actividad que dejó el profesor de su primera clase de la mañana, tenía tiempo de sobra y no quería llevar tarea a la casa, cuando de pronto sintió que susurraban su nombre a sus espaldas. Justo dos puestos detrás de ella se sentaba Winter, que al parecer había decidido que la pelinegra sería su nueva víctima.

"Yu, ¿Podrían cerrar el hocico? ¿O solo saben hablar estupideces?" Refiriéndose a sus amigos, pero nombrándola a ella con su tono más venenoso, o sea el usual. Karina suspiró y soltó su lápiz con rabia sobre su libreta, la cerró y giró su cuerpo para confrontar a la castaña.

"¿Acaso tú ves que yo estoy participando? ¿Qué tal si se los dices a ellos directamente, no te parece?" '¿O no te dan las capacidades?' pensó para sus adentros. Ni loca se lo decía en voz alta. Winter bufó con burla y elevó la ceja, acercándose hasta ella.

"Ya estás participando, querida." La retó. Karina contó hasta cinco mentalmente y enderezó su posición, miró a sus amigos con una expresión de súplica y ellos ya sabían que le pediría. Sin rechistar, se levantaron en silencio y salieron del aula de clases. Odiaba tener que ceder ante las peticiones ensimismadas de la castaña. Había 35 personas en aquel salón, y sus amigos solo producían con suerte el 5% del ruido. De eso se encargaban los wanna be atletas, siempre comportándose como neandertales dentro y fuera de clases, gritando, corriendo y saltando solo porque sí.

El semestre avanzaba y el comportamiento de Winter hacia ella empeoraba, ni siquiera entendía porque, antes de ese año jamás se habían hablado, y que Karina recuerde, ella era lo suficientemente homosexual como para intentar quitarle a su novio, que era uno de los chicos de último año, entre los más populares y ricos del instituto, Mark Lee, jugador de fútbol con un futuro prometedor y una cartera incluso más interesante. Entonces la pelinegra no entendía la necesidad de aquella chica de sacarla de sus casillas. Ella no quería quitarle el novio. Tampoco quería robarse a su mejor amiga. Y la verdad, tampoco deseaba su vida. 'Aunque sus autos son geniales.' Imaginaba Karina, muy a sus adentros, la imaginaba en sus autos, cada semana traía uno diferente. La hacía verse solo un poco genial.

It Was Always You (Winrina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora