El Príncipe De Los Zoras, El Rey Dorphan, Mipha Y La Armadura Zora

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Narrador omnisciente:

Los días transcurrieron mientras cabalgaban en dirección a la región Zora. Durante el trayecto, Link les comentó que necesitaba obtener el mapa de la zona para guiarlos con precisión y evitar perderse en el camino. Les indicó que lo esperaran cerca del Puente Inogo. Sin embargo, había un pequeño problema: el puente había sido tomado por Lizalfos, quienes lo habían convertido en una base improvisada. Algunos nadaban en el río, mientras otros patrullaban el puente mismo.

Con cautela, intentaron avanzar, pero uno de los Lizalfos, que parecía estar de guardia, los divisó y lanzó un grito de alerta utilizando lo que parecía una trompeta hecha de piedra o el cuerno de un Bokoblin. En cuestión de segundos, un grupo de Lizalfos se abalanzó sobre ellos, iniciando una feroz batalla.

El combate fue intenso. Algunos Lizalfos lograron propinar cortes y golpes, mientras que otros, desde el agua, les atacaban con sus lenguas o lanzando poderosos chorros de agua. Faren se centró en los enemigos que estaban en el agua, mientras Nahia y tú la cubrían, manteniendo a raya a los que se encontraban en el puente. Con esfuerzo y coordinación, lograron derrotar a los Lizalfos y continuaron su camino.

Al llegar al puente, divisaron a Link hablando con un Zora de porte majestuoso, mucho más alto y corpulento que él o cualquiera de ustedes. Su presencia imponía respeto, y parecía que la conversación entre ellos era de gran importancia.

Pov Tn:

Al acercarnos, vi el alivio en los ojos de Link. Parecía haberse preocupado al llegar antes que nosotras, probablemente temiendo lo peor. Afortunadamente, estábamos bien... o al menos, relativamente. Aunque teníamos algunos cortes y golpes en los brazos, nada grave. Link abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera hablar, el Zora lo interrumpió con su imponente voz.

—Deben ser Tn, Nahia y Faren —dijo el Zora con un tono amable, dirigiéndose hacia nosotras—. Link me dijo que no podía irse sin ustedes. Soy Sidon, príncipe de los Zora, un gusto conocerlas. —Nos ofreció una sonrisa cortés, pero rápidamente su expresión se tornó seria—. Ahora, volviendo a lo importante —su tono se volvió más grave—. Como ya habrán notado, la lluvia es intensa, lo que hace imposible subir a la región Zora por las montañas. Tendrán que tomar el camino largo...

Nos observó con atención antes de acercarse y entregarnos una pequeña botella con un líquido amarillo a cada una.

—Estas son pociones para resistir los golpes eléctricos. Hay lizalfos armados con arcos y flechas eléctricas. No duran mucho, pero espero que sea suficiente para que lleguen a salvo a la región.

Con una última mirada seria, Sidon dio un salto hacia atrás, cayendo en el agua con tal gracia que solo nos salpicó un poco.

—Los estaré esperando en la región. —Y con eso, se sumergió, nadando velozmente hasta desaparecer bajo las aguas.

Nos quedamos en silencio por un momento, mirándonos entre nosotras. Finalmente, asentimos y bebimos las pociones, sintiendo el líquido recorrer nuestras gargantas. Sabíamos que el peligro estaba por venir, así que retomamos el camino, esta vez con más cautela.

Mientras avanzábamos, nos encontramos con varios lizalfos y monstruos que acechaban en el agua, lanzándonos piedras enormes desde las profundidades. Aunque logramos esquivarlos, el ambiente se tornaba cada vez más tenso. Llegamos a un claro lleno de árboles, pero algo en la tranquilidad del lugar se sentía extraño. Caminamos en silencio, nuestros sentidos en alerta.

De repente, un zumbido rompió el silencio. Una flecha eléctrica pasó a pocos centímetros del rostro de Link. Faren se detuvo de golpe y se agachó para tomar la flecha que había quedado clavada en el suelo.

Un Amor ExtrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora