𝟑. 𝑴𝒆𝒏𝒕𝒂

9. Mark

- Vamos, nena. Bebe esto por mí, por favor. No quiero que vuelvas al hospital, cariño. Si no te hidratamos, vas a necesitar una inyección intravenosa.

Doblé la esquina para ver a mi omega, que estaba muy embarazado, sentado en la cama de Danielle, sosteniéndola en un brazo e intentando que bebiera un pedialyte con la otra. La pobre niña era piel y huesos, sus mejillas tan huecas y tan pálidas que las pocas pecas resaltaban. Su cabello largo y jengibre ya se había caído y todos nos habíamos afeitado la cabeza en solidaridad. Cada miembro de nuestro círculo familiar adoptivo era calvo. Si pudiéramos quitarle parte de su dolor, sería aún mejor.

Danielle graznó entre sus labios secos: - No puedo, papá. Me pone enferma.

Justo con eso, Haechan dejó el pedialyte y le llevó una caja de jugo de manzana a los labios, la pajita doblada y lista para usar - Prueba el jugo de manzana, cariño. No te enfermó esta mañana.
¿Recuerdas?

Danielle gimió y una sola lágrima cayó de su ojo enrojecido e inyectado en sangre - Estoy de acuerdo... - ella se relajó y Haechan dejó caer el jugo de manzana sobre la cama mientras intentaba despertarla. Entré y tomé el control rápidamente.

- ¿Cuánto tiempo ha estado así, cariño? - hablé con cuidado, sin querer sonar nada crítico. Haechan tomó todo personalmente estos días, mi
pobre hombre. Yo simplemente necesitaba saber cuál era la línea de tiempo, porque ella se ve bastante deshidratada.

- Ella era capaz de mantener un poco de caldo y el jugo a la hora del almuerzo, entonces la deje tomar una siesta. Ella durmió toda la tarde. Traté de despertarla y lo logre ahora y obtener algo de líquido en su interior, pero ella está demasiado débil. Yo Debería haberte llamado, ¿verdad? Estaba aquí, durmiendo con ella. No tenía ni idea - se inquietó, mirándome miserablemente.

- Haechan. Tenemos una hija muy enferma. No hay nada bueno o malo, todo es prueba y error. Lo que funciona hoy, puede que no funcione
mañana. Y tú hiciste lo correcto. Tú la atendiste, luego descansaste con la primera regla de la prestación de cuidados es mantenerse fuerte. No
puedes darle nada a Dani, si estás agotado. También tienes ocho meses de embarazo. Esos bebés te sacan mucho.

- ¿Tenemos que llevarla? - parecía tan vulnerable, me rompía el corazón.

- Me temo que sí, cariño. Necesita hidratarse y necesita cuidados más concentrados de los que podemos brindarle aquí. Hemos aguantado el mayor tiempo posible, pero creo que es hora.

- ¿Debería vestirla?

-No, bebé. Lo siento. Estoy llamando a la ambulancia. Yo no quiero otro transporte con ella de esta manera. No me gusta la forma en que su
respiración se ha cambiado desde que estoy aquí.
Saqué mi teléfono y llamé, mientras Haechan mecía el cuerpo inconsciente de Danielle en su pecho y lloró.

Después de que tenía la ambulancia en camino, suavemente aparté a Danielle de los brazos de su
papá. Ahuecando la barbilla, recibí su atención - Haechan, necesito que llames a Jaemin o Ten, necesitas a alguien que te lleve al hospital. Voy a ir en la ambulancia con Danielle. Quiero vigilar de cercasus signos vitales, y si ella se despierta, no será tan aterrador si estoy allí. ¿Puedes hacer eso por mí?

Haechan asintió y tomó su teléfono - Desearía que Felix estuviera aquí. Él podría ayudarme a mantener la calma. Él es mágico de esa manera.

Felix se había ido hace unas semanas, diciendo que lo necesitaban en casa, pero que volvería antes de que los bebés llegaran. Nos había asegurado que la señorita Danielle estaría bien, pero estaríamos pasando por algunos momentos difíciles. Haechan había bromeado más tarde que Felix se había ido convenientemente antes de que todos nos afeitáramos la cabeza.