𝟑. 𝑴𝒆𝒏𝒕𝒂

4. Haechan

Después de que se fuera Papi caliente, canalicé mi irritación llamando al hospital preguntándo por Taemin, el jefe del departamento de voluntarios para el que trabajaba en mis deberes caritativos. Tenía un acuerdo permanente para estar informado de los niños admitidos en el hospital que no tenían a nadie para visitarlos. Me había enojado tanto cuando supe de la pobre Danielle. Aunque, la idea de que Papi alfa caliente tuviera una debilidad por un niño enfermo casi me hizo querer invitarlo a la cena.

Quiero decir que si esa fuera mi hija, nunca lo haría. No estoy allí. Nada bueno consistía en desenterrar viejas cosas. Mientras tocaba con los
dedos el mostrador y esperaba que me conectaran con Taemin, el timbre de la puerta tintineó y entró un pequeño duende rubio familiar. Solo tardó medio segundo, si es que eso, antes de que lo colocara.

— ¡Felix! ¡Haechan lo no reconoció sin ese brillo dorado, fuera de la jaula y vistido con ropas reales! Dale a Haechan un momento y Haechan será todo tuyo.

Su voz sorprendentemente musical caía sobre mí, calmando mis plumas erizadas con su belleza — Tómate tu tiempo, Chanie, solo vine a verte, amigo mío.

Taemin se puso al teléfono en ese momento y después de que le arranqué de nuevo, se había comprometido a investigar qué había pasado. ¡Resultó que la niña había estado allí por dos semanas! ¿Y con un diagnóstico de cáncer? Ese pobre bebé — Está bien, Taemin. Lo que está hecho está hecho. Pon el nombre de Haechan como un visitante aprobado y hazle saber a la trabajadora social que la casa de Haechan todavía está aprobada para ser de acogida. Haechan estará encantado de criar al pajarito roto. Contáctame con la trabajadora social.

Taemin felizmente aceptó ayudarme. Tenía la sensación de que estoera debido a que los servicios sociales no le habían encontrado una colocación y el hospital quería liberarla cuando su médico firmara el alta de ella. No importa. Me saldría con la mía. Me dije que un poco de dinero y mucho encanto tenían formas de abrir puertas.

—¿Qué fue eso, Chanie? — miré al tipo de aspecto élfico, sonriendo a su pequeña nariz puntiaguda y sus grandes ojos almendrados. Siento todo lo que es sagrado, me recordó al chico de los dibujos
animados de los elfos Keebler. Todo lo que necesitaba era el atuendo. Lo que me recordó... Necesito otro elfo para la fiesta de los niños mañana por la noche y un Santa también.

— Ese fue el hospital. Haechan es voluntario allí en el ala de los niños y Haechan acaba de enterarse de que hay una niña enferma allí sin familia. Haechan quiere ver si Haechan puede adoptar a la señorita Danielle. Haechan ya está aprobado por el estado para intervenir en casos extremos, lo que definitivamente encaja a la señorita Danielle. Haechan solo tiene que esperar que el trabajador social lo haga posible rápidamente.

— Estoy seguro de que va a ocurrir muy pronto —sonrió a sabiendas, con un brillo en el ojo — De hecho, podría suceder así — Félix chasqueólos dedos y mi celular sonó. Me quedé mirando la pantalla y mi mandíbulase abrió.

— ¡Santo guacamole! ¡Haecham sabe que esto es solo una coincidencia, pero el trabajador social está llamando! ¡Espera! — pulsé la tecla de respuesta y levanté el teléfono hacia mi oreja cuando escuché a Feliz murmurar algo acerca de que no existían las coincidencias.

Lo desconecté y atendí la llamada. Minyeon, la trabajadora social del caso ¡ni siquiera había hablado con Taemin! Ella acababa de llamarme por su propia voluntad. Cuando le conté sobre mi conversación con Taemin, nos reímos de lo pequeño que era el mundo. Hice los arreglos para
encontrarla en el hospital en una hora para ocuparme del papeleo y conocer a la señorita Danielle. Después de terminar la llamada, me volví para encontrar a Felix haciendo una parada de manos contra la pared. Tenía los ojos cerrados y que parecía como si estuviera meditando o algo así. Negué con la cabeza y llamé a Taemin para darle las buenas noticias.