Capítulo 31❤️‍🔥

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Los reveses del pecado.

«Todo gran afán por la búsqueda de la riqueza, el placer, o el honor, no puede existir sin el pecado.»
-Desiderius Erasmus.

***


(T/n) estaba agotada. Apenas había dormido en días. Quizás en semanas. Había regresado de Las Vegas destrozada física y mentalmente, y desde las dos semanas que habían precedido a aquel momento el descanso había sido casi inexistente.

Se sentó en la mesa de su despacho con la cabeza entre las manos. Su nueva mesa de despacho, en las oficinas de Blue Night, colocada en una diminuta esquina. Había decidido seguir trabajando desde la oficina, a pesar del hecho de que Jungkook lo había estado haciendo desde casa, porque comúnmente se pasaba la mitad del día encargándose de las cosas que la nueva secretaria de Jenkins todavía no sabía hacer y que temía- no llegara quizás a saber hacer nunca.

Justo en aquel momento, la chica nueva, Collete, aparecía por la esquinala fotocopiadora está otra vez atascada. Y el reportero del que te hablé antes ha llamado otra vez preguntando por Jenkins, y no estoy segura de que me crea cuando le digo que no está aquí en este momento.

(T/n) se limitó a suspirar. Después arregló la fotocopiadora. Y le explicó a Collete que simplemente siguiera mintiéndole al reportero, explicándole que «no importa si te cree o no». Por supuesto, ella nunca había tenido que mentir diciendo que Jenkins no estaba en la oficina, todo aquello habia empezado solo hacía dos semanas, desde que había saltado la noticia del despido de Jungkook. Pero a diferencia de ella, no pensaba que a Collete le importara mucho mentir, lo único era que no se le daba muy bien hacerlo.

Cuando regresó a su propia mesa, contempló cómo ocuparse del resto del día, sin contar con las futuras interrupciones de Collete. Rápidamente supo que tener un trabajo tan poco organizado hacía fácil aplazar las cosas menos deseables.

Como volver a llamar al nuevo manager de los Blush. Supuso que había sido muy inteligente de su parte contratar a uno, pero ¿por qué tenían que ir y elegir a un tirador tan fuerte como Tommy Max, el chico más duro de todos Los Ángeles? Había sido un incordio para ella durante toda la semana, reclamando cosas que ella ni siquiera sabía cómo solucionar.

También tenía un mensaje en su mesa de Malcolm Barstow, que había heredado de Jungkook y que no se alegraba en absoluto de que él ya no estuviera allí. Amenazaba con irse una vez que le cumpliera el contrato y ella no tenía ni idea de cómo convencerlo para que no lo hiciera, especialmente ahora que era lo suficientemente grande como para irse con una discográfica más importante si quería.

Una vez había pensado que ser representante de A&R le daría la sensación de ser importante, de sentirse segura. ¡Ya! Todo lo que le había dado aquello eran dolores de cabeza. Y además, un corazón roto.

Era extraño, solo había estado con Jungkook una semana, pero no podía acostumbrarse a dormir sin él otra vez. La cama le había parecido muy solitaria cuando su matrimonio con Namjoon se había roto, pero aquello era diferente. Era más una necesidad profunda, más que un sencillo sentimiento de soledad.
No había visto ni había oído hablar de Jungkook desde la noche en la que, cubierta de lágrimas, había abandonado su habitación. Y odiaba - simplemente odiaba- saber que él pensaba que era un tipo tan desagradable de persona. El tipo de persona conspiradora y manipuladora. Aunque el negocio del espectáculo estaba lleno de aquellas personas, así que bajo las circunstancias, no podía culparlo de ello.

Solamente deseaba... bueno, no estaba segura de qué era exactamente lo que deseaba.

Si no hubiera aceptado los planes de Jenkins desde el principio, nunca hubiera llegado a conocer a Jungkook. Y si hubiera sido honesta con él en algún momento durante la semana que habían pasado juntos, las cosas hubieran sido completamente diferentes. Él no se hubiera enamorado de ella, de eso estaba segura.

Pecado en las vegas +18- Jeon Jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora