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Guardó rápidamente su celular al observar a aquel tipo acercársele. De cierta manera se le hacía conocido, pero no lograba recordar de donde. Era un tipo alto, uno innecesariamente alto a su parecer. Tenía una camiseta blanca junto a unos vaqueros grises, sus brazos gruesos llenos de tinta negra, su ceja izquierda acompañada de un aro y su cabello negro que contrastaba con su pálida piel. Atractivo, pero con pinta de matón.
Phuwin trató de disimular sus nervios por el repentino acercamiento, volteando su rostro hacia la cancha de básquetbol que había en aquel patio. Poco duró su intento de distracción cuando el chico que había visto, habló dirigiéndose a él.
—Hey — saludó. Su voz ocasionó cosquillas en Phuwin, quien un tanto desorientado, asintió haciéndole saber al hombre a su frente que tenía su atención.
— Phuwin ¿cierto? — preguntó el desconocido, haciendo que Phuwin se tensase al escuchar su gruesa voz pronunciar su nombre. Se limitó nuevamente a asentir, dándole la razón —. Mira, soy Dunk un amigo de Joong. Se que él ahora está con su novio y tengo entendido que es tu compañero de cuarto ¿podrías decirme dónde queda tu habitación? Es realmente importante que hable con él ahora.
Al terminar de escuchar aquello, Phuwin regresó y prestó atención. Se había perdido un poco al observar los hermosos labios levemente carnosos de aquel tipo moverse. Su voz era tan tranquila y asfixiante a la vez, que sentía que trataba de arrullarlo. Podía tener una apariencia un tanto terrorífica, pero su manera de hablar y su rostro contrastaban fuertemente con esta.
