El campamento estaba en silencio, con una tensión palpable en el aire. Los hermanos se preparaban para la confrontación final, cada uno afinando sus habilidades y fortificando sus defensas. A pesar de la unidad que habían mostrado, las tensiones subyacentes comenzaban a aflorar.
Samuel y Tomas salieron del campamento para hablar en privado. La tensión entre ellos había ido en aumento desde su regreso del templo.
"Tenemos que hablar, Tomas," dijo Samuel, deteniéndose a cierta distancia del campamento. "No podemos seguir ignorando esto."
Tomas lo miró con una mezcla de preocupación y exasperación. "¿De qué hablas, Samuel? Estamos en medio de una crisis, no tenemos tiempo para discusiones."
"Precisamente por eso," replicó Samuel. "Tus decisiones están poniendo a todos en peligro. Estás siendo imprudente."
"¿Imprudente?" Tomas se acercó a Samuel, su mirada intensa. "Estoy haciendo lo que tengo que hacer para proteger a todos. No puedo darme el lujo de dudar ahora."
Samuel sacudió la cabeza. "No se trata de dudar, Tomas. Se trata de pensar en las consecuencias. Ya hemos perdido demasiado."
"¡No me hables de pérdidas!" exclamó Tomas, su voz llena de furia contenida. "He sacrificado más de lo que puedes imaginar. Cada decisión que tomo es para proteger a nuestra familia."
"¿Protegernos?" Samuel replicó, alzando la voz. "Nos estás llevando al borde de la destrucción. No puedes cargar con todo tú solo."
La discusión se intensificó, y ambos comenzaron a usar sus poderes. Tomas invocó un anillo de fuego a su alrededor, mientras Samuel utilizaba su poder de manipulación para intentar calmarlo.
"¡Detente, Tomas! No es así como resolveremos esto," gritó Samuel, tratando de razonar con él.
Sara llegó corriendo, alarmada por la pelea. Usando sus poderes de ilusión, logró confundir a ambos para detener la confrontación. "¡Basta ya!" gritó, su voz resonando con autoridad. "Esto no nos llevará a ninguna parte."
Pero Tomas, cegado por la ira, no podía ser detenido. "Si pierdo a mi familia, será por tu culpa," dijo, sus ojos ardiendo con una intensidad feroz. En un arrebato de poder, se envolvió en un tornado de fuego y desapareció en un instante.
Samuel, aún conmocionado por la desaparición de Tomas, cayó de rodillas. "¿Qué hemos hecho?"
Sara se arrodilló junto a él, colocando una mano en su hombro. "Lo encontraremos, Samuel. Pero tenemos que mantenernos unidos. Solo así podremos vencer al verdadero enemigo."
Todos los hermanos salieron del campamento alarmados por los gritos y el destello del tornado de fuego. Se acercaron rápidamente a Samuel y Sara, con expresiones de preocupación y confusión.
"¿Qué ha pasado?" preguntó Saul, observando a Samuel aún de rodillas.
Samuel, con la voz quebrada, intentó explicar. "Tomas y yo... discutimos. Las cosas se salieron de control y él... desapareció en un tornado de fuego."
"¡¿Qué?!" exclamó Jhossan, mirando incrédulo a Samuel. "¿Cómo pudo suceder esto?"
Sara intervino, tratando de mantener la calma. "Intenté detenerlos con mis ilusiones, pero Tomas estaba demasiado furioso. Dijo que si perdía a su familia, sería culpa de Samuel, y luego se envolvió en un tornado de fuego y desapareció."
"Esto no puede estar pasando," dijo Gabriel, frunciendo el ceño. "Estamos en medio de una crisis y ahora nuestro líder se ha ido."
"Tenemos que encontrarlo," dijo Maria, su voz firme. "No podemos permitir que se pierda en su ira."
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Reinos ocultos el renacer de la magia
RandomSamuel y Sara A. se embarcan en una nueva aventura a través de los Reinos Ocultos, enfrentando desafíos inimaginables y desentrañando secretos antiguos. Con la magia renacida y reinos en guerra, el destino del mundo pende de un hilo. ¿Podrán nuestro...