Capítulo 1

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"El cuerpo de cazadores de demonios queda disuelto " luego de esas palabras ambos ex pilares se miraron uno al otro. Se les ofreció quedarse en la mansión Ubuyashiki, cada uno podría permanecer en su finca. Tomioka fue el primero en aceptar, después de todo no tenía a dónde ir, ni nadie que lo esperara en otro sitio. Hizo una reverencia en forma de agradecimiento. Sanemi hizo lo mismo, sin saber que ambos habían pensado casi lo mismo.

Se pusieron de pie para retirarse. Era extraña está sensación. Todo tan vacío, tan silencioso y solitario. Incluso para Tomioka era una sensación que por momentos llegaba a abrumarlo. Ya no estarían más las risas de Kanroji, los gritos de Uzui, las plegarias de Gyomei, incluso los insultos de Obanai le hacían falta. Al recordar al  último supuso que Shinazugawa los extrañaba mucho más ya que era más cercano a todos ellos de lo que algunas vez el lo fue, la ausencia de todos ellos debe ser más duro para el albino.

Si tan solo Shinazugawa no lo odiara tanto podría intentar ser más cercano a él y de cierta manera aminorar un poco su soledad. Lástima que no tuviera el valor de proponerlo aunque lo más seguro es que reciba insultos de parte del otro. Si tan solo Uzui estuviera aquí podría intervenir entre ellos pero había decidido irse juntos a sus tres esposas a vivir una vida normal y tranquila en las afueras de un pueblo lejano. Sinceramente se alegro por el, realmente era el único que tenía por quién vivir, ojalá fuera muy feliz.

Entro en su finca, caminando hacia la cocina. Se prepararía un té y después tomaría un baño. No lo sabe, todo le resulta extraño, todavía espera que entre su cuervo con recado de alguna misión. No dirá que extraña la presencia de esos seres despreciables pero acostumbrarse a esta vida será un poco más difícil de lo que pensó.

Bebió de su té un pequeño sorbo, dejando que el líquido caliente se deslizara por su garganta. El silencio le resulta cómodo, está acostumbrado a este. Se pregunto si Shinazugawa se encuentra bien. Siguió saboreando su té hasta terminarlo, miro por la ventana, si no se equivoca deben ser las cinco de la tarde , pensó que era demasiado temprano para irse a la cama.

Salió a caminar un rato, dándose cuenta casi de inmediato del error de su desición. Tanto silencio donde antes había voces . Sería mucho más difícil acostumbrarse a una paz que no creyó vivir.

No sabe por cuanto tiempo camino y mientras lo hacía la idea de encontrar nuevos pasatiempos no sonaba tan descabellada. El sol se oculto así que se dispuso a volver a casa.

Las semanas avanzaron. Volviéndose pesadas por la rutina de cada día. Tomioka pensó en plantar algunas flores en su jardín y al mismo tiempo cuidar del jardín de Mitsuri. Salió al pueblo, solo para llenarse de los ruidos de las personas, quién diría que lo que antes le molestaba ahora le daban una cierta calma, sobre todos las risas inocentes de los niños, le recordaba a aquella época donde sabito se reía de el por ser un "pequeño llorón ".

Justo ahora venía llegando de hacer sus compras, trajo pescado, frutas, arroz y algunos cosas para comer después . A lo lejos vio la figura de Shinazugawa, recargado en un árbol con los ojos cerrados. Desde la reunión donde se les informo la disolución del cuerpo de cazadores que no lo ha visto. No sabe si saludar o pasar de largo. Mientras sus pensamientos divagan de uno a otro sobre lo que debería o no hacer es el otro quien nota su presencia y quién habla primero al ver al azabache parado observándolo.

-¿Que mierda me miras ? - la gruesa voz llega a los oídos del azabache trayendolo de vuelta - pareces idiota ahí parado - Tomioka está a punto de disculparse pero de nuevo el otro habla primero - esto es jodidamente extraño - Tomioka observa al otro sentarse frente al árbol donde antes estaba recargado . Sanemi golpea el suelo a su lado como una invitación al otro para sentarse a su lado, el pelinegro duda - siéntate, maldita sea - gruñe y Tomioka obedece.

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