Victoria D.
Ya ha transcurrido cerca de un mes y cada vez el tiempo se me hace más corto. No puedo creer que en menos de un mes vaya a ser la esposa de Valentino. Tengo a Liz a mi lado y ella al igual que yo comparte mi dicha, a su manera claro, sin dejar de darle su toque acido como de costumbre.
- Me casare con Ethan algún día por supuesto, mas no en unos meses, ósea, le dije que sí para no arruinar ese momento, aun mantengo esos planes a futuro, uno que espero sea el más lejano posible.
Es una completa loca, se ve que Ethan debe amarla mucho para soportarla tanto. Entre ambas escogemos el diseño de mi vestido para la ceremonia, quiero algo sencillo pero elegante a la vez, así que opto por uno de los diseños de corte recto con incrustaciones de pedrería en la parte superior.
- Estas completamente segura que en un mes ese vestido te quedará – comenta con cierto doble sentido.
La miro furiosa después de su comentario de doble intención. Estoy harta que todo el mundo especule que voy a casarme porque estoy embarazada.
- Perdón, sabes que solo quiero sacarte de quicio – al menos sus disculpas hacen que mis ganas de aventarle la revista en la cara se vayan.
- Y créeme que lo estas logrando – respondo mientras nos tumbamos en la cama riendo a carcajadas.
- ¡Sabes que es lo mejor de que no estés embarazada! – su energía me asusta.
- No lo digas por favor – digo yo al imaginármelo.
- Así es perra, ¡dilo! – insiste para que lo haga.
- ¿Despedida de soltera? – respondo agobiada por lo que eso puede llevar.
- ¡¡¡Si!!! – asiente completamente eufórica.
Eso sería una locura, además yo no quiero algo como eso, no lo creo necesario.
- Definitivamente no Liz, no habrá ninguna despedida de soltera – decreto al descubrir su idea de celebración.
- No le hacemos daño a nadie con mirar – arrugo los ojos frente a sus desatinos.
Al escuchar el sonido característico de un auto salgo por mi balcón como una loca enamorada y desesperada por ver al hombre que ama. Como quisiera que esos poderes volvieran a mí y saltar desde aquí sin terminar fracturándome un hueso para antes de la boda.
- Ya entiendo, el novio llego, es hora de que la mejor amiga se vaya – ambas salimos para recibir a Tino.
Al bajar las escaleras lo encuentro sentado en el sofá de la sala, mi papá para nada lo deja dar un paso más allá y menos lo dejaría entrar en mi habitación.
- Hola pequitas – se saludan en la entrada – por cierto, Grazia te envía esto – le entrega un sobre con los diseños para los vestidos de las damas de honor.
- Solo dile a tu hermana, que no pienso usar nada rosa o en tonos pastel, así que deje de ser tan ridícula, y una cosa más – añade antes de salir por la puerta – yo voy primero en la fila y ella segunda, ya se decidió en el ensayo.
Esto se ha vuelto una pesadilla, sé que sus intenciones son buenas pero, tener a ambas compitiendo por quien era la mejor dama de honor se ha vuelto insostenible y para Tino también lo era, así que no me sorprendería que en cualquier momento mande al diablo a alguna de las dos.
- Es mejor no hacerles caso – repito para olvidarnos de las disputas de aquellas dos.
- Me van a volver loco – dice acostando su cabeza sobre mis piernas, lo acaricio tiernamente y dejo un beso en sus labios.

ESTÁS LEYENDO
Mi Luna de Plata - Pasión
Teen FictionLa vida no ha sido facil para Vasco, alejado de su propia familia ha crecido con los ideales de destruir a esta a toda costa. Las cosas no saldran como él lo esperaba y sin querer terminara enredado en la polemica familia Dalmazzi de quien ya hemos...