Cap 16

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Daelyra avanza por los pasillos de la fortaleza, decidida en su misión. La conversación con la Reina Alicent había sido tensa, pero no pudo dejar que eso la distrajera. La presencia de su tío Viserys siempre le daba una mezcla de tranquilidad y respeto.

Finalmente llega a la sala donde Viserys se encuentra reposando. El ambiente está en calma, con la luz de las velas parpadeando suavemente y el silencio roto solo por el ocasional crujido de la madera.

Daelyra se acerca con paso firme y respira profundamente antes de entrar. Con una inclinación respetuosa, se dirige a su tío.

—Tío Viserys, ¿cómo se encuentra hoy? —pregunta con una mezcla de preocupación y respeto.

Viserys, que estaba sumido en sus pensamientos, levanta la vista y sonríe levemente al ver a su sobrina.

—Daelyra, qué gusto verte. Estoy bien, solo cansado. ¿Qué te trae por aquí?

—Quería saludar a mi rey tío favorito —respondió Daelyra con una sonrisa forzada, tratando de mantener un tono ligero.

Viserys se rió, claramente complacido.

—Me alegra oír eso de mi sobrina consentida —dijo con una sonrisa cálida.

Daelyra apretó los dientes, cuestionando en su mente por qué, si era su sobrina favorita, la había mandado lejos de su padre. Sin embargo, mantuvo su actitud de respeto.

—Espero que todo esté bien en el reino. ¿Cómo te encuentras tú? —preguntó Daelyra, intentando cambiar el enfoque de la conversación.

Viserys la observó con interés, notando la sutil preocupación en su tono.

—Estoy bien, solo cansado. Es un momento complicado, como siempre —dijo Viserys con un suspiro.

Daelyra asintió, con la intención de ofrecer un poco de consuelo.

—Entiendo. Si necesitas algo o si hay algo en lo que pueda ayudar, no dudes en decírmelo.

Viserys le sonrió agradecido.

—Gracias, Daelyra. Lo tendré en cuenta.

Ambos continuaron conversando, cada uno tratando de mantener la conversación en un tono ligero mientras ocultaban sus verdaderas preocupaciones.

Ellos estaban hablando tranquilamente cuando la puerta se abrió de repente. Celaya, la nieta de Viserys y prima de Daelyra, entró en la sala con una expresión vivaz.

—¡Tío Viserys, Daelyra! —exclamó Celaya con entusiasmo—. No sabía que estabais aquí.

Daelyra, que estaba disfrutando del momento con su tío, no pudo evitar voltear los ojos en un gesto de resignación. La interrupción de Celaya siempre tenía el efecto de romper la calma.

Viserys, sonriendo con afecto hacia su nieta, le hizo un gesto para que se acercara.

—Hola, Celaya. Qué agradable sorpresa. ¿Qué te trae por aquí? —dijo Viserys.

Celaya se acercó y se sentó cerca, aún llena de energía.

—Solo quería ver cómo estabais. ¿De qué estáis hablando? —preguntó Celaya.

Daelyra, tratando de ocultar su molestia, respondió con cortesía.

—Nada en particular, solo poniéndonos al día —dijo Daelyra, susurrando para sí misma.

Viserys, notando el gesto de Daelyra, decidió redirigir la conversación.

—Entonces, Celaya, cuéntanos, ¿cómo van las cosas contigo? ¿Alguna novedad interesante? —dijo Viserys.

CORONA DE FUEGO [AEMOND TARGARYEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora