CAPITULO 10

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Sophia

Después de terminar la charla con mi abuela salgo de su habitación y me voy a la mía, abro la puerta y al entrar me encuentro a Nicholas sin camiseta, está sentado en el borde de la cama con su celular en la mano, cierro la puerta y le pongo pestillo. Nick levanta la vista de su celular para darme un repaso.
— Lindo pijama.
— Creo que sería aún mejor si me lo quitarás.- digo acercándome, me quitó las pantuflas y desabrochó los primeros botones de la blusa.
— A mi también me parece.

Cuando despierto estoy apoyada en el pecho de Nicholas, ambos estamos desnudos y por mi parte demasiado cansada, no sé que hora es Pero no creo que sea muy temprano, después del oral que me hizo Nicholas y de mi grito al correrme Dalyan vino y nos dijo que a menos que quisiéramos que creyeran que Nick o me estaba matando o me estaba cogiendo que intentaramos hacer silencio, Nicholas no me dió tregua hasta las cuatro de la madrugada y dudo que en cuanto despierte no vuelva a follarme, porque desde aquí veo su pene erecto.
Intento levantarme Pero la mano de Nick que me rodea la cintura no me lo permite, en vez de soltarme me sujeta con más fuerza. Levanto mi cabeza y veo que empieza a abrir los ojos. Veo sus ojos azules aún adormecidos y no puedo evitar sentirme bien, sentirme tranquila. Sentirme segura.
— Buenos dias- digo dándole un corto beso en los labios.
— Buenos días, ¿A dónde planeabas ir?- pregunta enfadado.
— Al baño- digo con voz cansina.

Suelto un suspiro y me voy al baño, antes de entrar busco mi celular con la mirada y lo encuentro en el escritorio, lo cojo y no tengo batería, conecto mi cargador y me siento en la silla sintiendo dolor en mis partes. Hago una mueca y enciendo mi móvil, tengo algunos mensajes de Mariana y Jacob.

Jacob ;)
Emocionada por tu cumple?
¿Que tal todo princesa?

Sonrió, hace algunos días no hablamos y me alegra que siga al pendiente de mi. Tanto él como Dalyan estuvieron en la mansión Morgan dándome compañía mientras Esteban tenía viajes.

Yo
¿Cuando me has visto emocionada por cumplir años?
Estoy bien, Esteban llegó ayer en la mañana y mi abuela en la noche y todo ha ido bien, Christian también está aquí, se podría decir que arreglamos las cosas y nos pedimos perdón mutuamente.

Preferí no decirle nada sobre Dalyan, sabía que tanto él como ella estaban enamorados mutuamente Pero no podían estar juntos, no se sentían listos para estar juntos cuando Jacob vivía en Londres y Dalyan en Barcelona, cosa que no era así siempre, pero a veces eso no importaba, no sentían que se hicieran especial bien el uno al otro.
Cosas malas de tener una mejor amiga y un mejor amigo que son ex: no puedes mencionar al otro si hablas con uno de ellos.
Me levanto volviendo a hacer una mueca generada por el dolor de mis partes, caminó hasta el baño y me meto directamente en la ducha, sé que Nicholas quiere seguir y no voy a negar que yo también quiero Pero la verdad es que ya faltamos a clases hoy por no haber dormido, olvidamos poner la alarma y a decir verdad lo olvide también porque estaba demasiado cansada emocionalmente para recordar que hoy es viernes y no sábado como creí en un comienzo.
Lo bueno, mis padres. Mejor dicho Mike había informado a la escuela por temas familiares y no era mentira, todo había quedado para último minuto, cosas de la gala que no había organizado principalmente porque no quería que llegara el día de que Christian llegara, pero ya que la crisis está superada es hora de hacerme las siguientes preguntas: ¿Qué peinado quería para mañana? ¿Qué vestido usaría? ¿Tenía un vestido lo suficientemente espléndido para la ocasión debía ir de compras? ¿Dalyan ya tendría vestido? Y si no, ¿Tenía yo un vestido para prestarle? Salí de la ducha envolviendome en un albornoz y me fui al armario, saque unos shorts vaqueros color negro con un blusa de tiras rosa claro que me llegaba por encima del ombligo, saque un sujetar blanco a juego las bragas de encaje. Me vestí y saqué unas sandías blancas con tacón, me las calcé y salí.
En ese momento escuché la puerta de mi habitación abrirse y Nick entró cerrando detrás de él.
— Que hermosa- dijo al verme. Le sonreí y me senté en el puf del tocador aplicándome un poco de rimel en las pestañas, y brillo en los labios.
— ¿Te enfadas si seguimos está noche?- pregunté inocente.
— No, se que tienes que ver cosas con respecto a la gala, mi padre me ha escrito, que no avisó a la escuela de qué faltaría para que me quedo contigo, debo ir a con el a ver el traje y esperar a que mi madre y Dahiana se prueben sus vestidos.
— Yo debo ver quien me va a peinar, posiblemente mi madre haya contratado un equipo que peine. A todas las mujeres que hay en la casa Pero por lo que pueda suceder debo ver eso y que me haré en el cabello, que maquillaje quiero , que vestido me pondré o si es mejor ir a comprar uno…
Nick sonrió al ver que tenía un largo día por delante, además estaba segura de que Dalyan a pesar de tener toda una semana iba a hacerme ir de compras.
— Tranquila, tal vez podamos vernos en la tarde ¿Te parece?
— Si.
— ¿Tienes carrera hoy?
— No lo creo, de ser así Mariana me habría avisado.
— Ok, dejaré estos por aquí, para que no suceda lo mismo de esta mañana- dice dejando una caja de condones sobre mi mesita de noche.
— Eso me parece bastante bien.
Me acerco a él y le doy un beso en la boca.
— Los adultos ya están abajo, los ví cuando volví, iré a ver si mi hermana está despierta o haciendo lo que yo quisiera.- no puedo evitar poner una sonrisa burlona por eso, si supiera que yo tengo iguales o más ganas que él.
Sale de la habitación y yo voy tras él, después de llamar a la puerta Dahiana la abre, tiene el cabello recogido en una coleta alta y lleva la misma ropa de ayer.
— Vámonos si no quieres que nuestros padres nos maten.
Ella hace una mueca pero sale y comienza a caminar en dirección a la escalera, Dahiana no es alguien a la que le gusten las mañanas así que no recibir un saludo por su parte no es nada nuevo. Entro a la habitación en la que se está quedando Esteban, la puerta que da al baño se abre y él sale con una toalla alrededor de la cadera, mi hermano es un chico alto y musculoso, la fantasía de cualquier chica sin contar contar que es una estrella de pop y con algunos éxitos de Reguetón.
— ¿Ya se fueron?
— Si.
— ¿Cómo estás?
— No lo sé.- me sincero, estaba vuelta un remolino de sensaciones diferentes que no paraba de dar vueltas a mi alrededor.
— ¿Pesadillas?- pregunta mientras saca del armario ropa. Sale de mi campo de visión para vestirse.
— No, cuando duermo con Nick no tengo pesadillas…
— Solo sexo- dice terminando por mi.
— Si, no es por eso, es extraño… no sé cómo decirlo… hace un rato me ha hablado Jacob, y al decir todo lo que pasó ayer sentí que… que no me había dado cuenta de todo lo que las cosas habían cambiado en un solo día, mejor dicho, en una sola tarde- tomé aire y lo solté lentamente— Se podría decir que arregle las cosas con Christian, hablé con mi abuela, Dalyan esta aqui, tu estas aqui, mama y Elliott están aquí, mi padres se comportan como mis padres por muy difícil que eso sea de creer, cojo con Nicholas olvidando todo lo que en algun momento llegue a sentir por elnsumple hecho de que se acercaran un poco más de lo normal a mi, pero cuando estoy sola, o mejor dicho cuando no estoy con él y las pesadillas aparecen es como volver al punto de inicio, al punto donde no quiero que nadie se me acerque y siento asco de mi misma y por  mucho que ustedes me digan que no es mi culpa y no me debo sentirme así, tengo miedo. Tengo miedo de todas y cada una de las cosas que he dicho, tengo miedo a que todo vuelva pasar o que un día al igual que hace meses no tenga las fuerzas suficientes para levantarme de la cama e ir al instituto, tengo miedo de que lo que tengo con Nicholas acabe y yo quede destruida sabiendo que si acabamos es por mi culpa, que yo fui la que lo dejó porque no quería que soportara todos mis demonios, tengo miedo de que cuando baje en un momento Christian diga que no arreglamos nada y que yo tuve toda la culpa de perder a nuestro bebe, que mis padres digan que todo es mentira y que siguen odiandomentanto como deses el primer dia, que mi abuela mendiga que si que está enfadada y que no debí ser tan irresponsavle comonpara dejarme embarazar, que tampoco debi ser tan idiota de alejarme de la puerta donde habia guardias que podian protegermen de cualquier amenaza- para este punto las lágrimas caen sin cesar por mis mejillas y no puedo ver con claridad, Esteban me abraza pero esto no hace que deje de llorar porque en verdad tengo mucho miedo. Miedo a quedarme sola porque la gente se cansé de mí o porque yo los aparté para que no sufran junto a mi.
—Sé que nada ha sido fácil desde lo que pasó Soph, pero estamos contigo y no nos vamos a ir, sé que crees que en algún momento nos vamos a cansar pero no es verdad, claro que no es verdad, mi madre es tu madre porque ella quiere serlo porque te ama y adora tanto como a mi o hasta más, eres mi hermana y si tus padres no te quieren recuerda que no te han hecho falta en 17 años, que no los has necesitado en 17 años y que puedes vivir sin ellos en tu vida. Y si Nicholas se aleja de ti yo me encargaré de darle una paliza y que se de cuenta que dejó ir a lo mejor que le pudo pasar en toda su vida.
Me limpio las lágrimas con el dorso de la mano y dejo caer mi cabeza en su hombro.
—Te amo lo sabes ¿Verdad?- le digo.
—Claro que lo sé y yo también te amo a ti peque.-Hago una mueca por como me llamo haciendo que se ría. — No te preocupes por lo que puede llegar a pasar en el futuro, céntrate en el presente y deja que todo siga su rumbo, si algo sucede sabes que nos tienes a mis padres y a mi para ayudarte, para acompañarte y estar contigo, pase lo que pase, sea con tus padres, con Nicholas o si ahora a Christian se le ocurre ser un gilipollas ten por seguro que le parto la cara y lo mando a la mierda.
— Gracias.
Ambos nos levantamos, salimos de la habitación y entramos a la mía, voy al baño y me lavo la cara. Cuando salgo me vuelvo a aplicar rimel y un poco de gloss en los labios. Salimos y bajamos las escaleras.
— ¿Irán a comprar vestidos a última hora?- pregunta Esteban burlón ya que sabe que Dalyan y yo siempre dejamos todo para última hora y horas antes de los eventos estamos buscando vestidos para la ocasión desesperadas.
— Debí ver si tengo algún vestido y preguntarle a Dalyan si ella trae alguno, en caso de no, ver que tenga vestidos para ambas o ir de compras.
— De las compras no te salvas y lo sabes, que se queda una semana pero ni se va a esperar al lunes para ir en busca de todos los outfits como dice ella que quiere, no, perdón. “Necesita” comprar- dijo haciendo comillas con los dedos, pongo los ojos en blanco y llegamos al comedor donde están todos desayunando, y cuando me refiero a todos es que tanto Christian como Dalyan también están desayunando.
—Buenos días- decimos Esteban y yo al tiempo, tomamos asiento uno al lado del otro, quedó al lado de Dalyan a la que le doy un pico en la mejilla.
— ¿Durmieron bien?- pregunta Mara (la madre de Christian) provocando que me atragante con el agua, si supiera que apenas dormí cuatro horas y fui la última en despertar.
— De maravilla- digo, medio mintiendo y diciendo la verdad a la vez, las horas que dormí en verdad fueron maravillosas, dormí como un bebé, de resto me cogieron sin parar mientras me tapaban la boca para que no nos escucharán.
— ¿Y tú Esteban?
— También- dice con una sonrisa.
No puedo evitar sonreír porque se nota que durmieron menos que Nick y yo, Dahiana podía haber follado toda la noche y aún así tener un carácter de mierda en la mañana si no había dormido, Esteban me lo había dicho ayer para que no me lo tomara personal cuando no me dirigiera la palabra en la mañana.
— ¿Qué les parece si vamos de compras?- pregunta mi madre hacia todas las mujeres de la mesa.
— Es buena idea, no tengo vestido para mañana- dice Dalyan confirmando mi hipótesis.
— A mi me gustaría ver si encuentro uno mejor, he traído uno para la ocasión Pero creo que no me quedará bien con los zapatos que traje.- dice Diane.
— Yo no estoy segura de tener un vestido para la ocasión así que me apunto.- digo con pocas ganas. Esteban me da un breve apretón en la pierna intentando darme ánimo.
— Yo no tengo traje así que iré con ustedes.- dice Christian, no me sorprendí ante su confesión lo conocía lo suficiente para saber que odiaba los trajes y que tenía que comprar uno siempre porque no soportaba tener uno en su armario y después de usarlo lo tiraba o donaba, o en cualquier otra ocasión en el armario de Esteban.
— Como si fuera extraño- digo más para mí que para los demás.
— ¡Alguien que me conoce!- dice feliz— siendote sincero creí que ya lo habías olvidado.
— Lo último en olvidar son los fetiches raros de las personas Christian.
— O lo que te une a ellos- dice.
Una sensación de tristeza me invade, ¿Por qué estoy tan sensible hoy?
Siento que los ojos empiezan a picarme, me levanto.
— Se me ha quitado el apetito.- digo y salgo del comedor, subo corriendo las escaleras y me encierro.
¡Joder!
Todo me tiene vuelta mierda, estoy que lloro por todo y Christian hace comentarios innecesarios.
Siento algunas lágrimas salir de mis ojos, me tiró en la cama donde aún están todas las sábanas revueltas, no me quito las sandalias. Solo hundo la cabeza en la almohada y lloro sin cesar.
No sé cuánto tiempo me quedo así Pero creo que me quedo dormida, el sonido de alguien tocando a mi puerta es el causante de que despierte.
— Pase- digo mientras me incorporo en la cama, me sorprendo al ver a Christian entrar en mi habitación.
— Después de una larga discusión con Dalyan y Esteban he logrado que me dejen venir a verte, Diane vino hace un rato y dijo que estaba dormida- dice mientras se acerca con cuidado a la cama.— ¿Puedo sentarme?
— Adelante.
— Perdón, sé que no debí decir eso, fui un idiota.
— Eres idiota- digo con calma.
— Wow gracias, tu eres la chica perfecta. El ser más perfecto sobre la tierra- dice enojado.
— Ibas tan bien hace un momento- digo con voz cansina.— Si no tienes más que decir ahí está la puerta- sigo señalando. Me levanto de la cama y me veo en el espejo de cuerpo completo del armario, estaba despedida y tenía los ojos hinchados de tanto llorar.
Me acercó al tocador y me peino un poco.
— Lo siento, es que no pensé antes de hablar.
— No es extraño en ti- digo con veneno.
— Eso fue un golpe bajo por muy verdad que pueda ser Sophia.
— Tu no debías decir eso, lo hiciste, la cagaste y ahora tratas de arreglarlo, acepto tus disculpas, ahora vete de mi habitación.
— No quiero irme hasta que me digas que esto no cambiará lo que pasó ayer.- me dice con arrepentimiento.
— Christian no puedes estar metiendo el dedo en la herida y esperar que sane- le digo la verdad— sé que muy posiblemente tu no entiendes todo lo que tuve que sufrir Pero eso no hace que puedas burlarte, mucho menos en mis narices.
— A mi también me dolió ¿Crees que saber que después de que te eche de mi casa desaparecieras y horas después llamaras a Esteban pidiéndole que vaya a buscarte, que le digas que te violaron y estás sangrando no me dolió? Estaba. Estoy enamora de ti, porque no Sophia, yo a ti no he podido olvidarte, ¿Crees que no tuve rabia? ¿Que no quería ir y matar con mis propias manos a los hijos de puta que te hicieron eso? ¿Crees que enterarme de que habías perdido al bebé del que me había enterado horas antes que existía no me dolió? ¡También era mío! ¡No tienes derecho a decirme que no me dolió porque no permitiste que Esteban me dejara entrar a verte! ¡No me contestaste las llamadas por meses! ¡¿Cómo podrías saber si me dolió?! No podías saberlo, porque solo te importa lo que estabas sintiendo tu misma- dice y las lágrimas vuelven a salir de mis ojos.
— ¡Me importaba lo que yo sentía porque me sentía como una mierda! ¡Me sentía sucia! ¡Tenía pesadillas cada vez que me quedaba dormida! Despertaba llorando y gritando. ¡Todos estaban al pendiente de mi y no me dejaban solas en ningún momento por miedo a que hiciera algo contra mi misma! Y no sabes cuánto tiempo eso pasó por mi cabeza, no sabes cuántas veces mientras iban a por mi almuerzo abría el balcón e iba hasta la baranda y miraba hacia abajo, esperando que algo que diera el suficiente valor para tirarme. ¡Para mí es muy fácil decir que no te dolió, Pero para ti es muy fácil decir que yo solo pensaba en lo que yo misma sentía!- sollozo y Christian me mira sin entender nada de lo que acabo de decir, porque era al primero al que le decía eso, era el primero al que le decía que pensamientos suicidas habían pasado por mi cabeza en muchas ocasiones— Lárgate- le dije y abrí la puerta— Y durante el tiempo que te quedes en esta casa no quiero que me vuelvas a dirigir la palabra Christian, te quiero lejos de mi, no me importa que sigas enamorado de mi como dices, no me importa, porque quieras o no entenderlo, yo ya no puedo volver a confiar en ti, no puedo volver a llamarte amigo, no puedo volver a darte un abrazo y darte buenos deseos como lo hice ayer, porque quieras o no, yo estoy con Nicholas y lo estoy porque lo quiero, porque me siento segura con él y me ha reído muchas veces que no me dejara sola, no como tu que en cuanto te dije que estaba embarazada, cosas que claramente nos iba a complicar la vida me echaste de tu casa. Porque tuviste los suficientes huevos para no usar condón pero no para responder por lo que hizo el no haberlo usado.- no se mueve, solo me mira como si no creyera todo lo que le estoy diciendo así que me acerco a él y lo empujó, él comienza a caminar y cuando está fuera de mi habitación se gira como si fuera a decir algo, Pero ya es demasiado tarde, le cierro la puerta en la cara y le pongo pestillo. Intento respirar por mucho que sienta un nudo inmenso en la garganta. Me siento en el suelto con la espalda pegada a la puerta y las rodillas pegadas al pecho.
Escondo la cara en mis rodillas y dejo que las lágrimas salgan, no sé cuánto tiempo paso así, solo que creo quedarme dormida de nuevo en algún momento, siento golpes al otro lado de la puerta y me levanto, abro y me encuentro con Dalyan del otro lado.
— ¿Que hizo el idiota?- pregunta entrando y abrazándome— Si quieres que vaya a golpearlo solo debes decirlo- dice separándose de mi y reparando un poco en mi cara.
— Con que no se me acerque más estoy bien.
— ¿Quieres que vayamos de compras? Las señoras no tardarán es irsen.
— No consigo nada quedándome encerrada ¿Verdad?

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