Sophia
La gala ha sido todo un éxito, todos estaban más que “felices” al saber que las tres mejores firmas de abogados del mundo se habían fusionado en una sola empresa, MM&M. Monterrey, Montgomery y Morgan, teniendo a los mejores abogados a su disposición por una muy buena suma de dinero que para ellos no eran más que un par de dólares, lo sé, también se supone que para mí solo son eso cuando son miles de dólares en verdad, pero a diferencia de los demás yo sé que cada una de las personas que han trabajado tanto para las firmas, las empresas y hoteles de mi familia, la familia Monterrey se han esforzado para que cada uno de esos dólares llegarán a las cuentas de mi abuela y que me llegarán a mi una cantidad cada mes.
La gala fue igual a todas en las que he estado, mi abuela, junto con los padres de Nicholas y con los Morgan presentaron la empresa y la abrieron oficialmente. Mis padres son quienes llevan el manejo de la parte de la firma que nos pertenece, más no reciben más que el sueldo que recibe cualquier empleado ya que las ganancias van directamente a la cuenta de mi abuela.
No negare que en algún momento de la noche termine con Nicholas en los baños después de que nos ganará la calentura y no razonaramos mucho a la hora entrar en uno de los cubículos.
Si tú abuela se enterara…
Eso no pasará, o bueno eso espero.
Después de la gala cada uno para su casa, los Montgomery querían estar en familia así que yo volví con mi abuela y Dalyan en la limusina en la que había llegado ella ya que por nada del mundo se subiría al mismo vehículo que mi la zorra de mi mamá como le dice ella. Sé que se ve mal que yo no la defienda pero ¿Que puedo decir…? Mi madre no me habló en toda mi vida y ni siquiera me dió una sola mirada en casi 17 años, desde mi punto de vista también es una zorra.
Me levanto estirando todo el cuerpo poniéndome de puntitas en intentando alcanzar el techo con las manos, me encanta hacer esto apenas despierto después de una noche larga, son las 10 de la mañana y anoche llegamos a las tres de la madrugada, además me desperté con pesadillas a eso de las cinco y tuve que llamar a Esteban para que viniera, sabía que Dalyan estaba muerta después de la noche que había tenido, a demás de que después de una llamada de la que no quiso hablar empezará a verse extraña.
Esteban sigue profundamente dormido, es normal después de que lo despertara y no pudiera volver a dormir hasta que pare de vomitar.
Entró en el baño, hice pis y cepillo mis dientes, salgo de la habitación y bajó las escaleras anoche me puse una pijama decente para dormir, consiste en: camiseta gris con unos shorts blancos.
Llegó a la cocina donde encuentro a mi abuela en un vestido blanco, largo cruzado generando un escote en v no muy pronunciado pero que le queda de maravilla.
— Buenos días- digo sentándome junto a ella en la barra.
— Buenos días- dice dándome una mirada.— después de irte a tu cuarto recibí una llamada ¿Sabes que me dijeron?- niego con la cabeza— Unos chicos de unos 17 años se metieron en uno de los cubículos para tener sexo- sus palabras hacen que me atragante con el agua que me había pasado hace un momento Sarah.
— No me lo puedo creer- digo sin mirarla— Los chicos en estos días no saben controlarse.
— Sé que fueron tu y Nicholas- y con eso sí que me atraganto. Toso mientras mi abuela me da unos golpecitos en la espalda.— La próxima vez al menos podrías peinarte bien antes de salir e ir a verme.
— Abuela en serio lo siento, no sé en qué momento llegamos ahí.
— No voy a darte un sermón Sophia, ya en pocas palabras eres una mujer, tienes la madurez necesaria como para poder llamarte así, sé que has aprendido de los errores que has cometido en el pasado, errores de los que no hemos hablado y de los que no hablaremos si tú no quieres, solamente intenta no hacer nada de lo que en un futuro no puedas arrepentirte.
— No lo haré.
— Ok, confío en ti. Ahora, escuché voces en tu habitación temprano ¿Ocurrió algo?- pregunta mirando hacia la piscina que se ve desde aquí.
— Esteban, fue a mi habitación en la mañana, no me sentía bien- digo sin más mientras termino de beber el agua que queda en el vaso— Dame fresas por favor- le digo a Sarah.
— Debes empezar a comer algo además de frutas y vegetales, por eso te sentías mal esta mañana, comer un poco de proteína no te matara- dice mi abuela.
— Te puedo asegurar que estoy comiendo bien abue, lo de esta mañana no tenía nada que ver- digo mientras pinchó una de las fresas con el tenedor y me la llevo a la boca.
— Ok, Mike me llevará en la noche al aeropuerto, me gustaría que pasáramos el día juntas ¿Te parece?- pregunta con ilusión.
¿Cómo le puedo decir que no? Pero ¿Cómo voy a dejar a Dalyan sola?
Tiene a Esteban.
Había olvidado que esos dos ya se soportan y los Montgomery quieren pasar el día en familia así que sin novios de sus hijos en la mesa.
— Me encantaría.
— Aquí estás- dice Esteban a mis espaldas— Me asusté cuando no te vi- me da un beso en la cabeza y uno en la mejilla a mi abuela— Buenos días Elena ¿Cómo amaneces?- pregunta.
— Bien Esteban, hablando con mi nieta.
— Eso me parece muy bien- dice sentándose a mi lado.— ¿Tú cómo sigues?- pregunta robándome una fresa.
— Bien- contestó dándole una sonrisa.
— Nicholas y Dahiana tienen prohibido vernos hoy ¿Verdad?
— Verdad, nuestros suegros no nos quieren acerca el día de hoy- digo haciendo un puchero— Hablando de ellos ¿Has visto mi móvil?
— ¿Dónde lo dejaste después de llamarme?
— No estaba en el baño…- digo pensativa— tampoco en la cama, ni en la mesita de noche.
— Tal vez en tu escritorio- dice mientras me roba otra fresa.
Me como la última y me levanto dándole un beso a ambos en las mejillas y subo a mi habitación, cuando entro y encuentro el móvil en el escritorio tal como me había dicho Esteban. No tengo mensajes de Nicholas, uno de Jacob y otro de Mariana los cuales ignoro por el momento, llamando a Nicholas.
— Hola preciosa- dice al otro lado de la línea.
— Hola ¿Cómo estás?
— Bien, desayunando con mis padres y Dahiana ¿Qué tal tu?
— Bien- digo— he hablado un rato con mi abuela y pasaré el día con ella, se va está noche.
— Wow, pensé que iba a quedarse más tiempo, lo siento Nena, sé que querías pasar más tiempo con ella.
— Es mejor así, ella tiene que volver a sus asuntos, a las empresas y todo eso y yo no quiero hablar de…- me callo al sentir algo caliente salir de mi nariz— Mierda- masculló yendo al baño por pañuelos.
— ¿Sucede algo?
— Nada importante- digo con la nariz tapada.
— Tu voz no me dice que sea nada.
— Solo se me vino la sangre, es por el calor.- digo quitándome el papel y tirándolo a la basura.
— ¿Segura de que estás bien?- pregunta preocupado.
— Si, estoy bien Nick, disfruta con tu familia, no quiero que tus padres me odien por robarles a su hijo tanto tiempo- digo.
— Soph, si es por mis padres ellos entenderán, ¿Quieres que vaya a verte?
— Estoy bien, no te voy a pedir que vengas una pequeña gota de sangre- digo y recuerdo que la regla debe de bajarme mañana— Mierda- digo otra vez.
— Sophia me estás asustando.- dice al otro lado de la línea.
— No es nada, solo recordé una cosa, nada importante- digo tranquila.
— Ocurre algo, lo sé por tu voz.
— Solo estoy cansada Nick.
— ¿Pesadillas?- pregunta.
— Pesadillas, vómito y llamar a Esteban para no estar sola- digo resignada, si no le decía lo que ocurría no le iba a dejar en paz.
— Soph…
— Cariño no te iba a llamar para que vinieras a las cinco de la mañana por algo a lo que me he acostumbrado por muy duro que te resulte entenderlo, tenía a Esteban a tres habitaciones de distancia…
— Lo entiendo, pero no quiero que me dejes por fuera de todo y no me digas que te sientes mal, o que te sentías mal, ayer estabas extraña, no me quisiste decir porque y no quise hacer que te estresaras por mi al estar preguntando…
— Nick, estoy bien ¿Ok? He vivido con esto durante siete meses y en los últimos cuatro años menos me levanto casi a diario de la cama, pudo con esto, al menos por ahora puedo con esto.- le digo, Pero en realidad, también necesitaba decirlo en voz alta para creerlo yo misma.
— Está bien, pero quiero que sepas que no estás sola, no te voy a dejar sola.- y eso que acaba de decir hace que las lágrimas salgan de mis ojos.
— Eres tan lindo. ¿Por qué eres tan lindo?- pregunto con un hilo de voz.
— ¿Estás llorando?- y siento que está sonriendo.
— Son las hormonas- me quejo.
— ¿Que?- pregunta sorprendido.— Sophia… ¿Estás…? No eso es imposible ¿Verdad?- pregunta asustado y no entiendo el por qué.
— ¿Que es imposible?- pregunto.
— Sabes que iré a verte.- y cuelga antes de que pueda decirle que no es necesario.
Me tiró a la cama y no intento enviarle mensajes porque en realidad si quiero verlo, quiero que venga y me abrace, que me deje apoyar mi cabeza en su pecho y poder dormir como solo logro hacerlo cuando lo tengo a mi lado.
15 minutos después la puerta de mi habitación se habré dándole paso a un Nicholas preocupado.
— ¿Es lo que estoy pensando?- pregunta mirandome directamente a los ojos.
— Nick, no sé que es lo que estás pensando- digo con una pequeña sonrisa burlona— Pero si lo que piensas es que tengo la regla o me va a bajar la regla, lo último es lo correcto- digo poniéndome de pie, el suelta un suspiro y me sonríe.
— Si… eso creía.
— No es verdad, cuando dije que eran las hormonas creíste que… bueno, que estaba…- no soy capaz de decirlo.
— Nos hemos protegido la probabilidad era de un 1%.
— Es cierto.
Me acerco a él y lo abrazo, el me corresponde sin dudar y me da un beso en la coronilla.
— ¿Estás bien?.
— Contigo aquí. Perfecta.
— ¿Te levantaste hace poco?- pregunta mirando mi pijama.
— Hace una media hora creo.
— ¿Estás cansada?- pregunta pasando un mechón de cabello tras mi oreja.
— Si- digo mirándolo y haciendo un puchero, quiero que se quede y me deje dormir sobre su pecho al menos un rato.
— ¿Quieres dormir un rato?
— Ok- digo con una pequeña sonrisa Nick se acerca a la cama y se quita los zapatos, me subo a la cama desde los pies y gateo hasta llegar a él, pongo mi cabeza en su pecho y cierro los ojos.
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Aprender A Vivir Mi Vida
RomanceEsta es una historia sobre una chica, que sufre por que su familia no la quiere, por lo que ha pasado en su vida, por lo que quiere para su futuro, porque quiere enamorarse, pero no tiene el tiempo suficiente para empezar algo. en esta historia se...