C A P I T U L O D O S

240 51 3
                                    

• C A E S A R •


Disfrutar de un whisky mientras suena jazz a mis espaldas es, sin lugar a dudas, una de las mejores experiencias. Observé al barista, quien continuaba sirviendo bebidas a los clientes que llegaban, y el suave murmullo de sus conversaciones hacía más amena la noche. Este podría ser el ambiente ideal en el que desearía pasar la mayor parte del tiempo; sin embargo, es una pena que solo pueda disfrutarlo durante las noches, aunque no me quejo.

—¿Estás solo?—escuché a mi lado. Dirigí una mirada a la joven que se encontraba a mi izquierda. Era muy atractiva, con cabello negro y una figura voluptuosa, pero no era de mi agrado.

—Sí, lo estoy—respondí sinceramente, mientras daba un trago a la exquisita bebida que me quemaba levemente la garganta. Era delicioso.

La mujer soltó una risita y la miré de reojo.

—¿No quisieras venir a mi departamento a divertirnos esta noche?—inquirió con un tono coqueto y una sonrisa.

—No.

Ella abrió los ojos sorprendida, y al ver que no le seguí la mirada ni el hilo de la mediocre conversación que intentaba iniciar, me dirigió una expresión de molestia y se marchó.

—¿No era tu momento?—escuché una nueva voz a mi lado. Estábamos en la barra, de espaldas al público, pero en el mejor lugar del local para tener una vista perfecta de todo lo que sucedía.

—¿De qué hablas?—pregunté. Vladimir rodó los ojos, casi regañándome.

—Hombre, la chica era hermosa. Cualquiera le habría dado una oportunidad.

—Yo no soy cualquiera.

Pidió un gin-tonic.

—¿De verdad quieres esperar a la indicada?—preguntó con confusión—. Vas a dejar tu vida pasar esperando algo que deberías dejar para más tarde. Deberías concentrarte en el presente.

Dijo bebiendo de su trago.

No es que estuviera desperdiciando mi vida como él dice. Sí, estoy a la espera de la indicada, pero eso no significa que no haya tenido mis conquistas, por supuesto que sí. Sin embargo, es algo que no me gusta divulgar, ni siquiera a mis amigos, principalmente por sus actitudes y personalidades, ya que son molestos y no me dejarían en paz hasta saber cada detalle.

—Cada quien vive la vida como mejor le plazca—dije, también tomando de mi trago—. Y no creo estar desperdiciándola, Vladimir.

—¿No? ¿De verdad lo crees?

—El hecho de que no esté con una chica diferente cada semana no significa que esté echando a perder mi "juventud", como tanto insisten ustedes.

Me miró con seriedad.

—No es eso precisamente—elevé una ceja—. No te hemos conocido una novia en todos estos años, tal vez un par de chicas que no duraron ni dos días, Caesar.

Solté un bufido y di el último trago, haciendo una señal al barista para que me sirviera otro del mismo. La noche apenas comenzaba.

—No lo veo necesario.

Además, no me gusta ese estilo de vida que muchos tienen. No soy el tipo de hombre que juega con una y otra solo por satisfacción o para que todos me vean como un playboy. No, cuando algo o alguien no me interesa, simplemente lo dejo pasar. Claro, soy hombre y eso es evidente cuando en ocasiones me atrae una mujer, aunque eso sucede rara vez. Además, hay otros motivos para ser así y no querer a nadie a mi lado.

Muchos motivos, para ser sincero.

—Empiezo a creer que lo que dice Louise es verdad, Caesar.

—Ilumíname.

TWISTED FRIENDSHIP || CAESAR X ZHENYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora