10- La sesión

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Continuación...

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Ian movía el hombro que Zane aplastaba con la cabeza—. Zane, despierta —

Ian permaneció callado durante el viaje, bastante incómodo con el chico al lado.

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19 de septiembre.

—Habitación 66 —Repetía jadeando mientras subían las escaleras.

No quedó de otra que cargarlo con sus dos brazos.
El chico seguía durmiendo.

Ian casi sudando, llegó a la habitación y soltó cuidadosamente al muchacho.

Sentandolo en el suelo y revisandole los dos bolsillos por si había alguna llave.

Al sentir la llave respiró aliviado. Abrió la puerta cargandolo nuevamente al rubio.

Cerró la puerta de una patada, acercándose a la cama.
Dejó al muchacho allí apoyandole la cabeza en la almohada.
Le quitó sus zapatos sucios de tanto andar, precipitandolos al suelo.

El cuarto estaba caluroso, el calentador encendido y las ventanas cerradas, hacían acumular aún más el calor. Así que sintió la necesidad de quitarle la chaqueta de cuero a Zane, un brazo y luego otro, para por fin sacar la chaqueta marrón.

Tarareó una canción con los labios cerrados, mientras se acercaba donde se encontraba durmiendo Zane. Lo tapó con las sábanas y el acolchado cubrió las piernas y pies hasta el abdomen.

Se sentó en el borde de la cama, para no irrumpir el sueño del chico. Lo observó y luego desvió la mirada a su alrededor.

Ropa desparramada por todos lados, cargadores enchufados sin ningún aparato conectado, la lámpara prendida haciéndole luz a una maleta abierta.
Perfumes y desodorantes en la mesa de luz. Y la definición de felicidad de Zane, una cámara colocada en una estantería apuntando a los dos chicos.
Una sonrisa se creó en el rostro de Ian al verla, porque era como contemplar a Zane.

—Así que llevas tu cámara a todos lados... —dijo riéndose al aire sabiendo que no obtendría respuesta.

Suspiró y tragó saliva, con ojos cansados, sus manos tocaron la cama para ponerse de pie.
Sin embargo tan solo hizo un movimiento, Zane abrió los ojos de un quejido y lo detuvo tocando su muñeca.
Ian volteó su cabeza para observar su mano opacada por otra. Luego llevó con ligereza sus ojos hacia Zane, quedando en silencio e inmóvil.

—No —dijo con un tono adormilado y su rostro suplicando algo somnoliento.

El muchacho ya cansado, lameó sus labios—Tengo que irme, lo siento —dijo.

—Por favor, quédate —recién despierto, no se le ocurrían las palabras para convencer esa expresión de negación constante.

Ian apretó su mandíbula tensando el rostro. Su expresión se transformó a una incómoda.

Zane lo notó con la poca visión que tenía y rápido trató de arreglarlo.
—Por favor —repitió—, no quiero dormir solo, es-

—Está bien —chasqueó su lengua y suspiró poniéndose de pie.

El rubio entreabrió su boca lo observó impresionado del repentino asentimiento de Ian.

—Iré al baño —avisó Ian caminando hacia la dirección.

《¿Se habrá enfadado?》 Se preguntó él.

De a poco se sintió culpable.

《No debí haberle insistido demasiado 》sus pensamientos jugaban en su mente.

Te Vi En Mi CámaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora