LOS JOHNSON

CÓMO EN CASA

Xavier, Arone y yo salimos de las mazmorras en las cuales acabábamos de estar.

El sol me da en la cara y sonrió.

Xavier carraspea y me giro hacia él.

-Me gustaría hablar con Arone un rato a solas- dice mirándonos a ambos.

-¿Por qué no puede venir Eli?- pregunta Arone poniéndose más cerca de mí.

-Porque va a ser una conversación aburrida y creo que a ella le gustará más ver la aldea- Abro los ojos. Claro que me gusta muchísimo más ver la aldea.

-¡Liam!- Xavier grita y uno de los caballeros se acerca a mí.

-El te llevará a dar una vuelta por el pueblo- El chico llamado Liam asiente.

-Bueno, si no os importa, vamos a charlar Arone- dice Xavier poniéndole una mano en el hombro.

-¿Segura que no te importa que me vaya?-

-Podré sobrevivir- digo sonriendo con malicia.

Arone se ríe y sigue a Xavier que ya había empezado a andar.

-Ven- dice el chico amablemente.

Empezamos a caminar y se quita el yelmo.

Del yelmo sale un chico que parece de mi edad con el pelo rizado marrón claro, ojos marrones, fracciones marcadas y a mi parecer en muy buena forma física.

-Me llamo Liam Jackson- dice sonriéndome.

-Yo Elisabeth Johnson- Liam se ríe suavemente.

-Como para no saberlo...La chica que me ha hecho correr por toda la aldea con este trasto encima- dice señalándose la armadura. Me empiezo a reír por el comentario.

-Tengo muchísimas ganas de quitarme esto de encima...- dice estirándose un poco.

-Por cierto, tu también deberías cambiarte- dice mirándome.

Tiene razón, todos en la aldea van vestidos diferentes que en mi... ¿mundo?

-No tengo ropa- digo encogiéndome de hombros.

-En mi casa hay ropa, es la del final de la calle, si quieres vamos, te cambias y yo me quito este trasto de encima- me vuelvo a reír.

-Gracias Liam-

-No hay de qué- dice amablemente.

Liam se para enfrente de una casa un poco más grande que las otras pero muy similares.

Llegamos a la puerta y la abre sin utilizar una llave ni nada.

-¿Siempre está abierta?- pregunto sorprendida.

-Sí, aquí nunca nadie roba así que no hay problema- dice mientras deja el yelmo en una mesita de la entrada.

-Eso en mi ciudad sería impensable...- Me paro a observar el comedor el cual es bastante amplio.

Tiene una mesa de madera junto con sus sillas y en el centro unas flores que nunca había visto.

Una alfombra marrón, velas, una chimenea en la cual encima hay retratos, plantitas...

En si la casa tiene una esencia muy hogareña, rustica y tranquila.

-Es preciosa-

-La verdad es que sí- dice Liam mientras me mira.

Me fijo en que me está mirando y aparta la mirada rápidamente.

-Em... ¿Subimos?- dice señalando las escaleras. Yo asiento entusiasmada.