Mi Destino

Capítulo 8.

Capítulo 8: Un Día en Beacon.

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El sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte, sus primeros rayos dorados filtrándose a través de las cortinas del camarote de Red en el Gokai Galleon, iluminando la habitación con un resplandor cálido. Con un suspiro profundo, el azabache abrió los ojos, sintiendo la calidez de la luz matutina acariciar su rostro, se levantó lentamente, estirando sus músculos adormecidos, y se dirigió al pequeño baño adjunto.

El sonido del agua corriendo llenaba el espacio mientras se cepillaba los dientes con movimientos meticulosos. El agua fría contra su piel lo ayudó a despejarse por completo, preparándolo para el día que tenía por delante. Después de lavarse la cara, se puso una ropa ligera de entrenamiento: una camiseta roja sin mangas, unos pantalones negros cortos y unas vendas que cubrían sus brazos hasta los codos, perfectos para su rutina matutina.

Al salir del baño, se encontró con Nick, quien ya estaba despierto y preparando la comida para el desayuno en la cocina del Galleon. El aroma del café recién hecho y el sonido de los utensilios chocando suavemente creaban una atmósfera acogedora.

-Buenos días, Nick.- saludó Red con voz calmada y reservada.

Nick levantó la vista y le devolvió el saludo -¡Buenos días, Red! Estoy preparando tu desayuno, sé que tendrás mucho apetito después de entrenar.- decía mientras agarraba una taza de café y se lo daba al chico, quien lo aceptó con gusto.

-Gracias.- agradeció, soplando levemente el café para después darle un sorbo.

Se dispuso a caminar por el pasillo, notando que tanto Gabutyra como Murphy aún estaban dormidos, sus respiraciones profundas y rítmicas llenaban el aire con una sensación de tranquilidad. Fire Heart también seguía en su profundo sueño, envuelto en su manta, Red sonrío levemente al verlos y salió hasta el estribor del barco.

Al llegar a esa parte del Galleon, pudo encontrase con Navi, quien lo vio llegar -¡Buenos días, Red! Ya hemos llegado a nuestro destino diario.- lo saludó e informó de forma animada gracias a su IA.

-Entendido, gracias, Navi- El azabache asintió, agradecido por la eficiencia del pajarraco y darle un último sorbo a su café para prepararse.

Antes de bajar del Galleon, Navi y Nick se despidieron de él por el momento -¡Buena suerte con tu entrenamiento!- dijo Nick, levantando una mano en señal de despedida.

-Nos vemos más tarde.- añadió Navi, agitando sus alas mecánicas.

El joven asintió y les devolvió la despedida con un movimiento de su mano, para después descender del Galleon por medio de una cuerda, hasta que aterrizó en el suelo y la cuerda subió de regreso al barco volador.

Estando en el suelo, pudo ver el lugar de su lugar de entrenamiento para este día, los senderos de un bosque cercano. Se estiró un poco las piernas para después comenzar a trotar por los senderos del bosque.

La brisa matutina acariciaba su rostro, y el sonido de las hojas crujientes bajo sus pies le proporcionaba una sensación de paz y serenidad. Mientras corría, sentía cómo sus músculos se despertaban y su mente se despejaba, preparándose para el día que tenía por delante.

La tranquilidad del bosque y la rutina familiar de su carrera matutina le recordaban por qué valoraba tanto estos momentos de soledad y reflexión. Era su tiempo para centrarse, para encontrar equilibrio antes de enfrentar los desafíos del día. Cada inhalación de aire fresco llenaba sus pulmones de vitalidad, y cada exhalación liberaba las tensiones acumuladas.

El sonido rítmico de sus pies golpeando el suelo le proporcionaba una sensación de estabilidad y propósito. En esos momentos de soledad, encontraba una claridad que le permitía reflexionar sobre su misión y su lugar en el mundo.