Mis piernas dolían de tanto correr para cuando llegué a la tienda de la señora Tawinan. Sobre la puerta había un bello letrero casero y me sentí estúpido por nunca haber reparado en esa pequeña tienda. Entré dudoso y tratando de relajar mis nervios.
-Buenas tard... -La voz de una mujer mayor ahogada me dio la bienvenida, pero rápido su saludo quedó a medias al verme. Me emocioné por ello; ella sabía quien era.
-Buenas tardes, señora Tawinan. -Saludé haciendo una reverencia, tras ella una niña pequeña y un adolescente me miraban atónitos. -Hola. -Saludé, ellos hicieron ahora una reverencia. -Supongo por su actitud que no me he equivocado y Gemini está aquí. -Para mí fue innevitable sonreír ante la idea. -¿Dónde está?
-Muchacho, no sé si es buena idea. -Me respondió dudosa, yo me llené de nervios.
-Sé que él no querrá verme, pero se lo suplico. -La mujer estudió mi rostro demacrado y miró a sus nietos que tampoco sabían qué responderme. Pero antes de poder agregar nada más mi pecho se contrajo, mis ojos se inundaron de lágrimas, mi mundo tembló y mis oídos escucharon de nuevo la más bella y melodiosa de las voces jamás oída.
-Kira. Ohm. No quedan galletas. ¿Puedo más? -Mi vista fue directa a las escaleras que no había notado a mano derecha del mostrador. Arriba de ellas estaba el amor de mi vida, pero no podía verlo.
-¡Sí! Espera que yo se las subo, P'. -La niña, llamada Kira, cogió un paquete de galletas y quiso encaminarse hacia las escaleras. Pero yo fui más rápido al llegar a ellas, mas el adolescente Ohm se interpuso en mi camino.
-Déjame pasar, necesito verlo. -El chico de ojos felinos niega viendo a su abuela acercarse a nosotros, miro a la mujer. -Le prometo que si él me pide que me marche lo haré, pero no puedo permitir que avandone su sueño por mi culpa. -La mujer me comprendía. Ya no era mi egoísmo lo que me movía a ver a Gemini, sino su propia felicidad y que, ella sabía, compartía. Ella fue su maestra. -¡Por favor! -Grito cuando ella sigue sin responder y sintiendo que me vuelvo loco
-¿Qué pasa? -De nuevo su voz, al fin su adorado cuerpo visto por mis ojos después de días de anhelo, arriba al inicio de la escalera. -Fot. -No puedo ver su rostro reaccionando a mí, escuchar mi nombre viniendo de él me ha hecho perder del todo mis fuerzas y caigo automáticamente al suelo haciendo una reverencia completa con mi frente en el suelo y suplicando con mis manos fregándose una con la otra.
-Gem, por favor, escúchame. -Las palabra salen atropelladas entre mi llanto y mis nervios. -Perdóname, vuelve a Bangkok. Todos están preocupados por ti.
Sus pasos apresurados bajando las escaleras de madera es lo único que escucho para después sentir, igual que hizo Pond ayer por la mañana, como trata de levantarme. Me niego a hacerlo, suplicaré la vida entera su atención, pero Gemini no se regocija en mi dolor o miseria. Él no es así, él es un ser de luz y bondad tan roto como yo por nuestra historia, que se deja caer frente a mí y me abraza sollozando escondido en mi cuello.
-¿Tú también? -Pregunta, refiriéndose a si estoy preocupado por él, todavía aferrado a mí. Lo comprimo contra mí juntando más nuestros pechos.
-Demasiado. -Susurró con la voz quebrada. -Lo siento, Gem. No pienso ni creo lo que dije. No quise decir aquello. Amo tu voz, lo sabes.
-¿Y cuál es la verdad? -Susurra de vuelta, mi cuerpo se aleja del suyo para poder sujetar su rostro con mis ambas manos y verlo a los ojos. Su cabello azabache natural brilla, su piel ligeramente pálida enrojecida en su nariz y alrededor de los ojos.
-Que te amo, Gemini Norawit. -Sus ojos tiemblan por la ansiedad. -Una persona piensa de sí mismo lo que no quiere que los demás piensen de él. Cuando los demás concuerdan con estos pensamientos logramos comprender lo hirientes que son los mismos. -Aprieta sus labios tratando de detener sus sollozos. -Algunas veces esto sucede al revés, no sabíamos que pensábamos estas cosas de nosotros mismos hasta que alguien nos lo hizo pensar. Este es mi caso. -Odio verlo llorar. Está precioso, como siempre, pero es trágico verlo así. -Vivir es un asunto personal. Nadie es como tú y ese es tu poder sobre mí. -Sus manos se colocan sobre las mías, ambos seguimos de rodillas en el suelo. -Gem, soy muy cobarde. ¿Te amo? Sí. ¿Por qué? No lo sé.
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Mi Rosa Roja ⁓ GeminiFourth ⁓ PondPhuwin
FanfictionDonde Gemini es un gran bailarín "mudo", con el brazo completamente tatuado, pero una persona totalmente olvidada y ordinaria; y Fourth un conocido artista de la GMMTV. Sus caminos se cruzan a causa del destino en reiteradas ocasiones. La curiosidad...