>La Chica<

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-La definición de la vida es tan hermosa, ¿por qué yo no lo siento así?, la verdad de las cosas es que soy feliz.-se volvió a mirarme.- pero siempre hay un vacio que no se va, ¿qué es?.-volvió a poner su vista al frente.- me siento frustrada.-dijo colocando sus manos en la cabeza.- y trato de ignorar eso, es tan fácil actuar feliz, pones una sonrisa en tu rostro.-me sonrió. - y dices que todo esta bien , pero nadie lo sabe en realidad.- bajó la comisura de sus labios deshaciendo su sonrisa.- y la verdad es que me dan ganas de decirlo pero no puedo, porque no debo hacer que otros se involucren en mis problemas, que los creo yo misma. tampoco quiero que sientan pena por mi, así que me guardo todo, es tan simple.- me volvió a mirar.- Nadie me conoce en realidad, me acomplejo sola, no me gusta que sepan mucho de mi, es tan importante para las personas la apariencia por sobre la personalidad, y me da miedo.
》Nunca hablo de mí, de lo que siento, para todos soy una chica feliz, pero a nadie le hablo de que me siento mal, tampoco sé el porque, así que le quito importancia.- terminó de decir y se puso de pie.

-Yo creo conocerte.- la miré a los ojos.

-Tú conoces a Samantha, la chica feliz de la escuela.- entonces sonrió con melancolía. - No a Samantha, la chica Negativa... acomplejada... infeliz.. ¿quizás?.

-Quizás aparentes ser alguien distinta,  pero en toda mentira hay algo de verdad, sam, ven.- dije abriendo mis brazos.

Se fue acercando poco a poco a mí,  siento que en cualquier comento caeremos los dos.

-quizás no la conozca.- continué. - pero la aceptaré,  te aceptaré tal y como seas.

-...-sam abria la boca pero nada salia de ella.- no la aceptarias.- se comenzó a alejar. - pero dejame decirte que siempre me has gustado.

Comenzó a caminar por el borde del puente.

¿como terminamos aqui?

hace tan poco que estabamos bien...

el lugar en el que estamos, el puente de la ciudad, casi a las afueras de esta, en un lugar muy apartado, este puente es uno de los mas peligrosos que conozco, es uno de los que ha sufrido gran cantidad de suicidios, y pese a eso aun no lo cierran.

consta de un lugar inclinado y resbaladizo, luego casi al final tiene una barandilla, por la cual es facil escabullirse para luego lanzarse contra los autos que pasan a toda velocidad por la carretera.

-si yo te gustaba, ¿por qué siempre me recalcabas la palabra amigo o amistad?.

sam caminaba sin cuidado de aqui hacia alla , mientras mi corazon latia a mil de preocupacion.

-no te queria involucrar.

susurró.

sus susurros no hacen mas que recordarme aquel tiempo en el cual ella no me dirijia la palabra, y si lo hacia eran pequeñas respuestas entre dientes con su cara roja como un tomate y esa mania de removerse el flequillo, por aquel entonces ella no queria ser mi amiga, o al menos eso pensaba, con el tiempo se fue rindiendo, y terminó por ser mi mejor amiga, aunque yo queria más que eso...

-¿en qué?

silencio

-¿en qué?.- volví a preguntar.- samantha, involucrame en lo que sea, si es por tí, no me importa que debo hacer, ¡te puedo ayudar!

se acerco al barandal y se sentó, comenzo a mover sus pies de adelante hacia atras cual infante y se recargo en la barandilla con expresion neutra.

una risa seca salio de sus labios, lentamente comenzo a sacarse la chaqueta que traia, mostrando así sus brazos descubiertos.

-no me puedes ayudar.

tiró la chaqueta en mi direccion, por acto de reflejo la tomé. Nunca había observado sus brazos, siempre andaba con poleras largas o blusas, siempre creí que las usaba porque así era su estilo, que ingenuo soy.

-yo... No sé que decirte.

-quizás creas que soy una estúpida.- soltó una carcajada sin un toque de gracia, nos quedamos en silencio.

Poco a poco me fui acercando hasta sentarme junto a ella. La observe, detenidamente, como si fuese la joya mas preciada... Como si... Fuera la última vez que la vería. Me fije en sus ojos cafés, estaban rojos, seguramente de tanto llorar, y aun contenían lágrimas que pedían a gritos salir. Miré sus brazos, llenos de cicatrices de hombro a muñecas, unas mas profundas que otras, unas recién sanando.

-no quiero involucrarte.-volvió a susurrar.

-Ya estoy involucrado.

Se levantó, luego me miró desafiante.

-Andate.- gritó, pareció que con todas sus fuerzas, pero como pasaban autos rápidamente, se escuchó apenas.

Me paré junto a ella.

-Vete.-dijo dando un paso hacia mi.- largo.- y otro.- andate.- otro. Quedó justo frente a mi, lo bastante cerca como para que sus lágrimas se deslizaran por mi pecho, su cara quedaba a la altura de mis costillas y ella debía mirar hacia arriba para observar mis ojos, furiosa.

-Sam, déjame.

-¿Que te deje qué?

-Déjame entrar completamente en tu vida, por favor, deja de ponerte un escudo, conmigo no lo necesitas.

-Eso dicen todas las personas.- rió.- Si fuese por solo decir esas palabras, mi alma estaría más dañada de lo que ya está. Lárgate, déjame aquí.

Estiré mis brazos y los puse fuertemente a su alrededor, las palabras no servían con ella, pero al menos podía intentar demostrarle todo con acciones. Por acto de reflejo me alejó inmediatamente, empujandome fuertemente, tambalee, choque con el barandal, y cuando pensé que todo iba a salir bien, que iba a poder dar vuelta la situación, que seria feliz con esta chica pese a lo complicada que es, mientras todo pasaba por mi mente, vi como poco a poco caía, como una pluma, escuché gritos "¡NO! AYUDA, POR FAVOR" eran desgarradores, de su ronca voz se lograba entender que lloraba a cántaros, luego choque contra el piso.

Minicuentos ^-^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora