Parte 4

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     El tren de los locos llega al estacionamiento del lugar de encuentro, al mismo tiempo llegaban María Corina y Edmundo. Diosdado Pelado no evitó cruzar miradas con María, embobado por su belleza; ella al contrario, parecía disgustada. Se bajan de la camioneta y se saludan cordialmente unos a otro y pronto se dirigen al gran salón. Diosdado sabía que era la única oportunidad para estar a solas con su Coronita. La agarra del antebrazo y le susurra al oído: "Quiero hablar contigo un momento", ella sin esperar mucho, acepta su petición.

     Los dos se encontraban detrás de la camioneta de Diosdado, María estaba impaciente por cualquier cosa que Diosdado le fuera a decir, se preocupaba más por si esas palabras significaban el fin de la disputa o era algo sin importancia. Él por el contrario buscaba la manera de confesar sus sentimientos.

—Hay algo que te he querido decir desde hace mucho tiempo, pero no te lo vayas a tomar a mal. — Se acerca seductoramente a su terroncito de azúcar.

     ¿Cómo esperaba que no se lo tomara a mal? Si esta lucha de poderes no puede trascender más allá de lo formal, claramente no deberían estar juntos. Sin embargo, María Corina veía esto como una oportunidad para manipular a Diosdado Pelado y demostrar que jamás estuvieron en posesión de las supuestas actas electorales a favor de su partido político, así que le siguió el juego.

—Te lo voy a decir con una canción... —Carraspea un poco y toma aire — CÓMO NO VOY A DECIIIR QUE ME GUUSTAS, CÓMO NO VOY A DECIR QUE ERES EL CENTRO DE ATRACCIÓN.

     María Corina le tapa la boca con la mano rápidamente.

—Dios, cada día más imbécil, gordo enano, ¿cómo vas a gritar eso en frente de todos? Se van a dar cuenta. — Corina destapa su boca y mira sus ojos fíjamente, entonces lo besa.

     Diosdado no puede creer lo que está pasando, entonces se aparta. Es imposible que alguien tan hermosa como ella se fijara en un gordo, enano y tetón como él, "Seguro lo hizo por pena" pensaba.

—No podemos estar juntos, tú eres tan bonita, delicada, no eres igual que las demás chicas, y yo soy feo, muy feo, nadie es capaz de enamorarse de mí porque soy horrible.

     María Corina hace caso omiso a los comentarios de Diosdado Pelado y lo vuelve a besar. Sus lenguas bailan al compás de la gaita, sus cuerpos se juntan más y más, sus almas se entrelazan para dar inicio a esta historia de amor digna de los mejores poetas, o eso es lo que pensaba él, porque María lo único que quería era obtener información confidencial del partido político rival. El beso se detiene y sus miradas llenas de amor, al menos por parte de Diosdado, se cruzan.

—Por fin vamos a poder estar juntos.

—Sabes que es imposible, al menos por ahora — dice María Corina— debemos esperar a que la situación se disipe para dar a conocer nuestro amor, es mejor mantenerlo en secreto por ahora.

—Todo lo que diga mi Coronita favorita.

     Coronita acaricia su barba de tres días y le devuelve el beso; es un beso tierno, cargado de sentimientos falsos, como las actas presidenciales de Maduro.

     Ambos sabían que era momento de volver ya que comenzarían a sospechar que se habían escapado; primero salió María Corina y luego de un rato, Diosdado, a la reunión antes pautada para hablar sobre los votos.

¿DÓNDE ESTÁN LAS ACTAS? - María Corina x Diosdado CabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora