.19. ¿Repetimos? .19.

91 11 4
                                    

CHECO

Al bajar, Max tenía una sonrisa imborrable de la cara, parecía feliz y orgulloso de sí mismo, y yo también lo estaba.

Decididos irnos, y pasar a comer en un restaurante de comida rápida, el que primero avistáramos según Max, como parte de la experiencia.

Y para nuestra sorpresa todo el menú se veía muy bien, y su sabor era agradable.

Nuestra plática continuó sin cesar, cada momento en donde nos contábamos anécdotas penosas o compartíamos una risa de complicidad nos unía más. Me sentía tan cómodo alrededor de él que ni siquiera había sentido el tiempo pasar, y claro, que ahora nos lleváramos bien hacia todo el trabajo nunca lo hubiera imaginado, ni siquiera en otra vida.

Al terminar nos dispusimos a irnos al hotel, la hora era lastimosamente tarde, y mañana después del desayuno tendríamos que partir hacia la próxima locación.

En varias ocasiones compartíamos los mismos horarios, vuelos etc. pero todo dependía de nuestros manager, pero aún así la posibilidad de poder pasar más tiempo con el mañana me emocionaba.

Dejamos el auto con el valet parking y nos encaminamos por las escaleras, cuatro recepcionistas al vernos pusieron cara de sorpresa, como si fuéramos todos unos fantasmas.

Fruncí el ceño y decidí pasar por alto aquella reacción mientras intentaba volver a centrar mi atención en lo que me estaba explicando Max, carajo, ahora no tengo ni idea de qué me está hablando.

Cuatro mujeres se nos acercaron a paso veloz, todas y cada una con sus respectivos uniformes perfectamente planchados, su cabello recogido el cual parecía estar relamido, como cuando una vaca te da un lengüetazo. Alcé una ceja con sospecha, eran todas unas fans, ruborizadas hasta las orejas y con unas risitas coquetas, las cuatro le estaban coqueteando a Max. Gruñí mientras ponía los ojos en blanco. No podía ser.

Ninguna de ellas pareció notar mi presencia, de hecho me habían dado la espalda mientras rodeaban a Max.

Con tranquilidad me acerqué y les pedí de favor que tomaran su distancia, no había necesidad de ser irrespetuoso todos somos humanos y nadie quisiera ser invadido de tal manera.

Pero aquellas mujeres enloquecidas se negaron, y ahora sujetaban a Max por ambos brazos, colgándose de él. Él les estaba pidiendo de favor que lo respetaran pero ellas hicieron caso omiso, una incluso le tomó por el cuello y se inclinó para besarlo.

Mala idea, por que como pilotos nuestro entrenamiento nos permite tener una fuerza impresionante.

Y ahí fue cuando explote.

- ¡Seguridad! - Grité lo más fuerte posible. Probablemente me escucharían todos los huéspedes, pero que más da, quiero a estas cuatro mujeres bajo control. O mejor, sin trabajo.

Ellas ni siquiera se inmutaron bajo mi grito, señoras descaradas. Se limitaron a colgarse aún más de mi compañero, una intentaba tomarse una foto con él, mientras otra le ofrecía un plumón y le pedía un autógrafo, claro estaba la del beso que aún intentaba atinarle a la mejilla y la otra simplemente le sostenía para que no se moviera.

Vaya descaro.

Cuatro guardaespaldas entraron corriendo, tomando con brusquedad a las señoras, sonreí con maldad. De esto me encargaba yo.

PD: CABRÓN // CHESTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora