✦ Gabriel Hernández, un joven oficinista con una vida aparentemente común, se ve envuelto en un giro inesperado del destino cuando salva a Sakura Izumori de ser atropellada por un camión. Para su sorpresa, descubre que Sakura no es una simple chica...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
👉 Antes De Leer 👈
¡Buenas tardes a todos! Antes de comenzar con el capítulo, quiero darles una advertencia importante: este capítulo puede contener escenas no aptas para menores de 18 años, por lo que se recomienda discreción. Además, me gustaría compartir con ustedes que no me considero especialmente hábil en la escritura de contenido explícito. Es un reto para mí darle sentido a estas escenas y asegurarme de que se entiendan correctamente, pero he puesto mi mayor esfuerzo en ello. Si disfrutan de este tipo de contenido, les agradecería mucho que lo mencionaran en la caja de comentarios o dieran una estrellita. ¡Sus opiniones y apoyo son muy importantes para mí!
Ahora, sin más preámbulos, comencemos.
Gabriel la miraba de una forma tal que hacia sus mejillas se tornaran rojas y al mismo tiempo temblorosa y con sus sentidos alterados. El no aparto su vista de ella mientras dirigía su mano al cierre de su vestido que llevaba, lo tomo y comenzaba a bajarlo hasta que pudo retirar en su totalidad dejando expuestos sus senos bajo el bra que llevaba. Esta se deshizo del bra, permitiendo que él le besara y tocara los senos, cuando sus dedos acariciaron sus botones endurecidos, ella suspiro, mordiéndole el hombro y el cuello ante la ardiente sensación que recorría en aquel momento. Sakura cerró los ojos entregándose aquel momento que él estaba despertando en ella, sus labios volvieron a reclamar los suyos mientras él la atormentaba con delicadeza sus senos dejando su cuerpo encendido de excitación. Cada beso y caricia que Gabriel le daba a Sakura provocaba que su pelaje albino se erizara y encrespara. La reacción de su piel era una guía involuntaria para Gabriel, indicándole dónde debía besar y acariciar. Cada vez que el pelaje de Sakura se erizaba, Gabriel sabía que había encontrado un punto sensible, y se concentraba en esos lugares, provocando suaves suspiros de su amada.
La habitación estaba en penumbra, apenas iluminada por la luz tenue que se filtraba desde la calle. Gabriel recorría con sus labios y manos el cuerpo de Sakura, descubriendo cada rincón y deleitándose en la suavidad de su pelaje. Sakura, a su vez, respondía a cada caricia con movimientos delicados y suspiros, su cuerpo temblando ligeramente con cada contacto. Sakura, con los ojos cerrados, se dejaba llevar por las sensaciones, su mente perdiéndose en la mezcla de placer y ternura que Gabriel le ofrecía. Sus manos, aunque temblorosas, buscaban a Gabriel, aferrándose a él y guiándolo en su exploración. Y apenas se dio cuenta cuando el lentamente bajaba la ropa interior que llevaba puesto, pero aun así sintió cuando la palma de su mano se desplazaba hacia arriba a través de su muslo y rozaba levemente la suave carne del vértice de sus piernas y persistía la caricia. Sintió los dedos de su amado delinear su zona más íntima con suave caricia. Sakura suspiro de nuevo, mordiéndolo el hombro y cuello, mordiendo mucho más fuerte cuando sentía los dedos de él y rozar su zona intima. Pronto busco quitarle el pantalón al hombre, acariciando así su pene erecto por sobre sus pantalones. Por lo que levantándose un poco de la cama dirigió sus manos al borde de su saco y se lo retiro y este levanto los brazos para dejarla más fácil el trabajo, cuando finalmente esta fue a caer a algún lugar del suelo en compañía de su ropa se dirigió a la cintura del pantalón del chico y empezó a retirar de forma pausado el botón y cinturón al mismo tiempo que el la ayudaba con el trabajo de bajarlo al mismo tiempo que su ropa interior.
