42. narrado

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soph

Los últimos mensajes de Gabriel me habían dejado una incertidumbre horrenda. No dejaba de mirar por la ventana, tratando de descifrar su había música fuera de la fiesta, asomándome cada diez segundos a ver si Gabriel decidía si aparecer.

Hace días que Kenia había salido de la ciudad o algo así me habían dicho los chicos: me dolía sentirme una segunda opción, que justo cuando Kenia se fue, Gabriel vino a buscarme. ¿Era una segunda opción? ¿Tercera? ¿O ni siquiera era una opción?

Mis pensamientos fueron interrumpidos por Ruben:

— ¿Qué pasa sopita? – dijo tomándose de mis hombros, podía notar que ya estaba muy borracho – ¿Grabriel?, ¿t-te dijo algo? – finalizó con un pequeño hipo al final.

Me tome el tiempo de reír, era muy gracioso verlo en tal estado.

— Me dijo que vendría, que estaba borracho al parecer. Solo así tiene los huevos de venir – dije suspirando.

Termine tratando de ignorar aquella incertidumbre que tenía atorada, para dirigirme a la pista de baile, todos mis invitados bailaban banda y yo no, ¿que yo no era la cumpleañera?

Decidí poner mi celular en mi bolsa y no volver a mirarlo por un buen rato, tenía que disfrutar.

— Déjame bailar contigo, – dijo Hassan tomándome de la cintura, yo solo asentí – el año pasado el Marcos no te soltó por nada del mundo.

— De hecho fueron cuatro cumpleaños seguidos – dije riéndome.

— ¿Ya no haz sabido nada de él? – me preguntó al oído. Yo solo asentí. – ¡¿Siguen hablando?! ¿Después de todo?

— No me puedo separar de él, – se me quedo viendo confundido – no es porque no quiera alejarme de el, de alguna u otra forma siempre termina encontrando mis números o se hace mil cuentas para mandarme mensajes en ellas.

Hassan rio conmigo al momento de escuchar lo último.

Hassan y Ruben me acompañaron toda mi relación con Marcos, y ellos vieron todo lo que sufríamos en esa relación, en especial yo.

Marcos cada año en mi cumpleaños me hacía una fiesta donde invitaba casi a mil personas (yo sin conocer a la mayoría), hacía literalmente una fiesta para él. Y cuando llegaba la banda, nunca dejaba que yo bailara con otro hombre que no fuera él.

Era muy inseguro para haber terminado siendo un infiel.

Reí ante mis pensamientos, a lo cual Hassan solo me vio:

— Soph, sabes que yo te quiero mucho, ¿verdad? – me dijo mirándome a los ojos.

Sonreí para después contestar: — Lo sé, te quiero mucho más. – lo abrace para después escuchar como terminaba la canción.

Me dirigí a tomar un poco de la paloma que me había preparado, para mirar a Ruben que se encontraba platicando con una chica, "ya se había tardado", pensé.

Tome mi bolsa que estaba a unas sillas de mí para tomar mi celular, vi que tenía varias notificaciones.

Al ver de quienes eran empecé a toser, por el liquido que tenía en mi boca. Sentí como si hubiera visto al mismo demonio en carne propia, pero no, ¡solo eran unas notificaciones!

social media - gabito ballesterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora