se apaga la luz y ya no estás tu

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Las semanas transcurrieron sin que Chiara y Violeta se volvieran a comunicar. La relación, que había empezado con tanta promesa, se había enfriado debido a sus miedos y reservas. Se cruzaban por los pasillos de la universidad o en el café, intercambiando miradas fugaces y evitando conversaciones. El distanciamiento era palpable y doloroso.

Una noche, mientras Chiara estaba en su apartamento, Ruslana apareció con una energía contagiosa. "¡Vamos, Chiara! Necesitas despejarte. Martin y yo hemos decidido ir a una fiesta y necesitas acompañarnos."

Chiara miró a Ruslana con un suspiro. "No estoy segura, Ruslana. No tengo ganas de socializar."

Ruslana se acercó y le dio un suave empujón. "Vamos, solo por esta vez. Te vendría bien un cambio de aires. Y si no te gusta, siempre puedes irte temprano."

Chiara, aunque aún indecisa, finalmente cedió. "Está bien, iré. Pero solo para probar."











La noche de la fiesta llegó y Chiara, acompañada por Ruslana y Martin, se encontró en un animado club de la ciudad. La música era alta y las luces parpadeaban con ritmo, creando una atmósfera vibrante. Chiara intentó relajarse, buscando distracciones en la pista de baile y en la compañía de sus amigos.

Mientras tanto, Violeta y Denna también habían decidido asistir a la misma fiesta. Denna estaba emocionada por la oportunidad de divertirse, y Violeta, aunque aún sintiéndose un poco triste, decidió acompañarla para distraerse.

Chiara se encontraba en la pista de baile, tratando de dejar atrás sus preocupaciones y disfrutando del momento. Ruslana y Martin estaban con ella, animándola y presentándole a nuevas personas. En un momento, Chiara se encontró hablando con una chica llamada Carla. La conversación fluía con facilidad y, eventualmente, comenzaron a bailar cada vez más cerca

La noche avanzaba cuando Violeta y Denna llegaron al club. La música alta y la energía del lugar eran intensas, pero Violeta estaba decidida a disfrutar. Se dirigieron a la pista de baile, y Violeta trató de distraerse y pasar un buen rato.

En un momento, mientras Violeta observaba el entorno, sus ojos se posaron en Chiara. Al principio, no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, pero luego, su corazón se detuvo al ver a Chiara y Carla besándose apasionadamente. El dolor y la ansiedad la invadieron de inmediato.

Violeta sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. El golpe emocional fue tan fuerte que su mente comenzó a dar vueltas. La visión de Chiara con otra persona, tan cerca y tan íntima, fue demasiado para ella. Sin poder soportar la angustia que sentía, Violeta sintió un nudo en el estómago y sus lágrimas comenzaron a asomarse.

Denna, que estaba cerca, notó el cambio en la expresión de Violeta y se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Violeta, con lágrimas en los ojos, se giró hacia Denna, tratando de contener el dolor.

Sin pensarlo dos veces, Violeta agarró a Denna del brazo. "Lo siento, Denna, pero necesito irme. No puedo estar aquí.

Sin esperar una respuesta de Denna, Violeta se abrió paso entre la multitud y salió del club a toda prisa. El aire frío de la noche la golpeó con fuerza, pero no la calmó. La ansiedad la estaba ahogando, y se alejó rápidamente del club, sin un destino claro en mente.

Denna, preocupada, miró hacia donde Violeta había estado mirando y comprendió lo que había pasado. Se acercó a Chiara con una expresión seria.

Denna se plantó frente a Chiara, con el rostro enrojecido por la frustración. "Chiara, ¿qué has hecho? Violeta te vio y se ha ido corriendo. ¿No te das cuenta de lo que esto significa para ella?"

Chiara se quedó paralizada, sorprendida por la intervención. "¿Violeta estaba aquí? No tenía idea de que la vería."

Denna, con la voz cargada de enfado, continuó. "Sí, y la vista de ti besándote con otra persona fue demasiado para ella. Ella está devastada. ¿No entiendes que esto la ha herido profundamente?"

Chiara sintió un torbellino de culpa y preocupación. "Lo siento, no sabía que Violeta estaba aquí. No era mi intención herirla. Solo estaba intentando distraerme."

Denna la miró con un brillo de tristeza en los ojos. "Ella está muy afectada por esto. Necesitas ser consciente de cómo tus acciones pueden impactar a los demás."

Chiara, abrumada por la culpa, se disculpó rápidamente con Carla y salió del club. Sabía que tenía que encontrar a Violeta y tratar de solucionar la situación. Caminó por las calles cercanas al club, buscando desesperadamente una forma de enmendar lo que había pasado.

Finalmente, encontró a Violeta en una calle solitaria, sentada en un banco, con el rostro hundido entre las manos. Chiara se acercó con cautela.

"Violeta, lo siento mucho. No sabía que estabas aquí. Por favor, escúchame," dijo Chiara con voz temblorosa.

Violeta levantó la vista, sus ojos llenos de lágrimas. "¿Por qué? ¿Por qué tienes que hacerme esto? ¿Por qué ella y no yo?."

Chiara, con el corazón apesadumbrado, se arrodilló frente a ella. "No era mi intención herirte. Estaba intentando distraerme, y no sabía que esto te afectaría tanto."

Violeta, ahogada en su propio llanto miro a Chiara a los ojos "Solo necesitaba saber si realmente te importaba o si esto era solo un juego para ti."

Chiara tomó una respiración profunda. "Me importa mucho, Violeta. Pero mi pasado me ha dejado con miedo. No estoy segura de estar lista para una relación, pero eso no significa que no me importes."

"Sinceramente, no lo parece" dijo esto, cogió su bolso y salió de ahí, dejando a una visible Chiara confusa y dañada en el banco.













Sombras de tinta - kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora