Little Nightmares School AU // Akari_Soldier

Cap 015; ¿Hola?

Al poco tiempo, se lograron escuchar los golpes en la puerta de la habitación junto con las llamadas de Seven.

— ¡Mono! — exclamaba el pelinegro — ¿Estas despierto?

Al no tener respuesta, los golpes en la puerta se hicieron más fuertes y constantes, Seven no quería empezar a gritar o de seguro iba a decir algo que no debía y los descubrirían. Aún así, el ruido era insoportable, así que no era sorpresa para nadie que Mono saliera de su habitación molesto.

— Ahí estas — dijo Seven tratando de que su amigo se relajara, pero al ver que no funcionaba y que el seguía con esa mirada de enfado; el pelinegro suspiró y miró a su alrededor para asegurarse de que nadie los escuchaba. Al estar seguro, el chico se acercó más a su amigo y le susurró —. Ya hay que ir...

Mono se le quedó mirando a Seven por unos segundos, él era consiente del tiempo y todo eso, pero su mente estaba tan distraída por los acontecimientos anteriores que apenas le importaba lo que estaba sucediendo.

— ¿Mono? — preguntó Seven al darse cuenta de que su amigo no le había respondido.

— ¿Qué? Ah, sí.. — respondió Mono saliendo de el tornado dentro de su mente — Vamos...

Después de decir esas palabras, los chicos se quitaron los zapatos y caminaron por el pasillo. En su estancia viviendo allí, sabían que los zapatos que les daba la Dueña y los demás empleados estaban diseñados para que hagan ruido y que las tablas de madera del suelo no estaban bien ajustadas, haciendo que un movimiento pequeño causara un fuerte crujido. Así que la forma más conveniente de pasar por el edificio sin alertar a alguien, era caminar descalzos por el lugar hasta llegar a la salida. El único problema eran varios clavos que estaban regados en los lugares menos convenientes.

Todo sucedió como los niños pensaban: No ocasionaron ningún ruido y evitaron los filos de los clavos, aunque les tomó alrededor de 10 minutos llegar a la puerta principal, pero eso era mejor que ser descubiertos y someterlos a torturas psicológicas para que delataran lo que estaba planeado esa noche. Al salir, los chicos se pusieron sus zapatos rápidamente y corrieron hacia la entrada de la escuela.

Cuando llegaron, el lugar estaba desierto; no había nadie. Todo se encontraba igual que cuando los encargados de la limpieza terminaban su trabajo y cerraban con llave cada una de las puertas y ventanas. 

— Oye... — murmuró Seven mientras examinaba el lugar a más detalle — Parece que las chicas todavía no han llegado...

"En realidad, sí..." pensó Mono para sus adentros; él claramente no iba a decir eso o el pelinegro iba a malinterpretar la situación o haría que se sintieran incómodos.

— Pero dijeron que a esta hora iban a estar aquí... — murmuró Mono, fingiendo tener los mismos pensamientos de Seven — Tal vez estén a los alrededores... — al decir eso, era como si le estuviera dando la orden al pelinegro de rodear el edificio; algo que el chico entendió al instante.

— Bueno, yo voy por la derecha y tú por la izquierda — dijo Seven mientras señalaba el lado derecho. 

— De acuerdo. 

Después de decir esas palabras, cada uno se fue por el camino que han elegido.

Mono caminaba con paso lento por dos razones; uno, porque quería ver cada parte del edificio sin que se le saltara un solo detalle, quería ver hasta la más pequeña mancha; y dos, para que no se dieran cuenta que estaba ahí. El lugar ya era oscuro, pero por las historias que comentaban sus compañeros; la dueña y algunos empleados han "podido ver en la oscuridad" y así atraparon a varios niños que se habían escapado en la noche. Al principio, esos cuentos parecen solo mitos para asustar a todos, pero con las situaciones actuales, podría ser verdadero, así que tendría que tener demasiado cuidado. Al pensarlo con detenimiento, un escalofrío recorrió la espalda del chico, haciendo que desconfiara un poco de todo lo que veía, hasta de si mismo...