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Riki se encontraba sentado en uno de los sofás de la casa, buscando a sus amigos -específicamente a Mei- con la mirada mientras sorbía de un vaso de refresco.

Volvió a desviar la mirada a su izquierda, encontrándose con Mei sonriendo y caminando hacia a él con pasos descoordinados.

—¡Riki! Por fin te encuentro —gritó ella sonriendo ampliamente, contagiándole el gesto al nombrado, pues estaba pensando lo mismo.

La chica se desplomó junto a él, casi derramando la bebida que traía en la mano.

Él la miró con cierta preocupación, pensando que se había emborrachado o le habían echado algo en la bebida. Hoa dijo que no habría nada de alcohol, por lo que el japonés se preocupó aún más al pensar que la segunda opción era lo que había pasado.

—¿Estás bien? —preguntó él en cuanto Mei recostó su cabeza sobre el respaldar cerrando los ojos lentamente.

—Sí, ¿por qué preguntas? —le contestó con normalidad, aún en la misma posición.

—¿Seguro que no has bebido nada por error o algo? —continuó el chico, y ella abrió los ojos y lo miró frunciendo el ceño, para después volver a levantar la cabeza.

—¡Claro que no! Esto es refresco, mira —dijo la rubia, acercándole el vaso a la cara para que pudiera oler su bebida.

—Vale, vale, te creo —apartó el vaso de su cara y Mei tomó un sorbo —. Es sólo que parece que estás un poco fuera de si.

La chica rio antes de responder —Quizás sea el ambiente por lo que me ves algo distinta, pero te juro que estoy totalmente sobria.

Riki sonrió más calmado tras la aclaración, fijándose ahora en el calzado que llevaba la fémina a su lado.

—¿Y esos tacones? —señaló a sus zapatos negros con una gran plataforma, riendo levemente al imaginar a Mei más alta de lo normal.

Ah, son de Hoa, no tengo ningún zapato así en mi armario, así que tuve que pedirle ayuda a las chicas para no venir en mis pantuflas de pingüino —le comentó ella, ambos riendo cuando mencionó su otra opción —. Son bastante cómodos igual, aunque no lo parezca.

El alto elevó su mirada hacia el vestido de Mei, negro también, corto y ajustado, sus hombros y clavículas estaban descubiertas, pero el resto de sus brazos estaban tapados por mangas que le llegaban hasta los nudillos.

—Me gusta tu vestido, ¿también es de Hoa? —volvió a cuestionar el japonés, pero esta vez Mei negó.

—Es mío, lo compré el año pasado para la cena de Navidad y solo lo he usado esa vez—la chica le sonrió mientras lo miraba, permitiéndole a Riki observar mejor su rostro.

Llevaba un maquillaje similar al de siempre, pero su pelo estaba diferente y se veía generalmente más atractiva de lo normal.

Riki le sonrió de nuevo antes de adularla por última vez —Estás muy guapa hoy, Mimi —ella sonrió tontamente, golpeando con poca fuerza el muslo del contrario.

—Gracias, tú también estás muy guapo —le devolvió el cumplido, mirándolo sonriente mientras le colocaba un mechón de pelo.

El par se sonrió y separaron sus miradas con timidez. Se quedaron en silencio unos segundos que parecieron eternos, evitando volverse a mirar de la vergüenza.

—Hoy he dejado a mi cabello respirar —comentó la pecosa, tratando de redirigir la conversación —. Este es mi pelo natural, siempre lo llevo planchado u ondulado con calor, así que hoy me apeteció dejarlo así —. Continuó al ver la cara de confusión de su amigo tras la primera oración.

—Creo que te he visto un par de veces con el pelo así el año pasado, pero no sabía que era así. La verdad me gusta mucho más, te favorece bastante —contestó el chico, haciendo que la chica sonriera tímidamente y agradecerle sin dirigirle la mirada.

—Bueno... ¿Te está gustando la fiesta? —preguntó ella, intentando cambiar de tema para dejar de recibir cumplidos que la hicieran sentirse como una gran bola de vergüenza.

—Sí... Está bien, aunque la música no es muy de mi agrado —explicó el chico.

Mmh... ¿Y qué te gustaría que pongan entonces?

—No sé, soy bastante fan de Michael Jackson, pero no creo que esta gente tenga muchas ganas de bailar una de sus canciones —rio Riki, resaltando el carácter tan distinto a él que llenaba la sala.

—¿TE GUSTA MICHAEL? ¡A MÍ ME ENCANTA MICHAEL JACKSON! —gritó estruendosamente la rubia, casi sobrepasando el volumen de la música.

—¿En serio? Él es la razón por la que empecé a bailar desde pequeño —comentó él, feliz de que tuvieran algo más en común.

Su sonrisa se amplió aún más cuando los ojos de Mei hicieron lo mismo, señalando que probablemente coincidían en eso también.

—¡Yo también bailo desde que tengo memoria! Solía aprenderme coreografías con mi papá y luego hacerles shows a mi familia —sonrió la pecosa, desbloqueando aquellas preciadas memorias.

Entonces ambos adolescentes abrieron una conversación sobre gustos musicales y el baile, dándose cuenta de que tal vez no eran tan distintos como parecían en ese tema.

—Eres literalmente yo pero en hombre, qué maravilla —expresó Mei, dejando la boca ligeramente abierta al terminar de hablar para resaltar su emoción.

—Sería divertido bailar algún día contigo, Mei —dijo él, dando suaves palmaditas el el muslo de al contraria.

—¡Podemos bailar juntos ahora! ¿Debo recordarte que estamos en una fiesta? —exclamó, enarcando ambas cejas —Conozco al chico que está poniendo la música, podemos pedirle alguna canción.

Bastó un asentimiento de Riki para que Mei lo arrastrara de la mano hacia la mesa del DJ, quién se hacía llamar DJay.

—¡Jay! —gritó Mei al chico.

—¡Hola, rubita! ¿Qué pasa? —contestó el chico, bailando al ritmo de la música que pinchaba.

—Mi amigo y yo queremos bailar algo de MJ, ¿puedes poner algo de él? —preguntó, señalando a Riki detrás de ella.

—¡Vale! Deja que termine está canción y os pondré algo —dijo después de pensar unos segundos.

—¡GRACIAAAAS! —le agradeció mientras se dirigían a la pista de baile.

Los chicos esperaron entre el barullo a la siguiente canción, y cuando Pretty Young Thing comenzó a sonar, ambos se miraron con emoción, ella saltando de felicidad al escuchar su canción favorita del cantante.

Riki y Mei comenzaron a bailar juntos como si fuera la última noche, él la hacía dar vueltas y se reían juntos, cantándose la letra el uno al otro.

—¡I want to love you! ¡Pretty young thing! —le cantó el chico, señalándola mientras sonreía.

—¡You need some loving, tender love and care! —continuó la rubia, sin darse cuenta de que Riki había cantado esa línea como una forma de indirecta.

Él rio frente a su inconsciencia y siguieron disfrutando el resto de la canción.

Al acabar comenzó otra canción totalmente diferente a lo que ellos disfrutaban bailar, por lo que se apartaron hacía una esquina para recuperar algo de aire.

—Hemos estado genial —dijo él en un tono algo burlesco.

—Eres tan cursi —contestó la chica, soltando una pequeña carcajada.

El pelinegro se fijó en el movimiento de piernas de la chica, que caminaba en el sitio como si le dolieran terriblemente los pies.

—¿Estás bien con esos tacones? ¿Necesitas sentarte o algo? —preguntó con algo de preocupación.

—No, no, no te preocupes. Puedo aguantarlos un rato más —habló con una pequeña sonrisa para tranquilizarlo.

—¡MEI! ¡MEI! —apareció Jisue gritando en la sala, escandalizado a la pareja —¡Won está en el jardín con un ataque! ¡Necesita que vayas rápido, ahora!

₊˚ପ⊹ 𝗣𝗨𝗣𝗣𝗬 𝗟𝗨𝗩 ! 𖥻 𝘯𝘪𝘴𝘩𝘪𝘮𝘶𝘳𝘢 𝘳𝘪𝘬𝘪 ˖ ࣪☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora