₊˚ପ⊹ 𝗣𝗨𝗣𝗣𝗬 𝗟𝗨𝗩 ! 𖥻 𝘯𝘪𝘴𝘩𝘪𝘮𝘶𝘳𝘢 𝘳𝘪𝘬𝘪 ˖ ࣪☆

≡˖ ⊹ - 10

Riki se dirigía al su árbol especial mientras leía un tomo de Death Note.

Guardó el manga y lo intercambió por su teléfono, para escribirle un mensaje a Mei y decirle que estaría bajo el árbol, por si quería ir a hacerle compañía.

Entonces fue cuando se percató de la presencia de aquella figura femenina que estaba sentada bajo el árbol, y con grandes sospechas se acercó a descubrir quién era, esperando que fuera su amada chica.

Y, efectivamente, Mei era la persona misteriosa que yacía en aquel lugar, y dormía plácidamente con el gran manga de Tomie en sus piernas.

Riki le sonrió con ternura, con su corazón palpitando más que nunca al ver lo bonita que se veía la japonesa descansando en su lugar especial.

No quiso molestarla, así que solo se colocó a su lado y continuó leyendo junto a ella. Incluso tuvo el valor de recostar su cabeza sobre el hombro de Mei, sintiéndose reconfortado cuando la chica hizo lo mismo sobre su cabeza mientras aún dormía.

Mantuvieron la postura durante algunos minutos, hasta que Mei se movió un poco, acomodándose sobre la manta en el césped y abriendo ligeramente los ojos.

—¡DIOS! ¡PERDÓN! ¡Debería haber preguntado, lo siento mucho! ¡De verdad! —gritó Riki asustado, al ver como la chica de había despertado y lo miraba confundida.

—¿Qué...?

—¡PERDONA! ¡PERDONA! ¡PERDONA!

—Pero Riki... ¡Riki! ¡RIKI! —vociferó la contraria, cada vez más alto al ver como el nombrado no hacía más que disculparse por su imprudencia —No pasa nada, en serio, puedes apoyar la cabeza en mi hombro siempre que quieras, no me importa.

Eso se sintió como una nueva flecha clavada en el corazón del chico, que cada vez se sentía más y más cercano a Mei, lo que también hacía que le gustara aún más.

—Um... Está bien. Pero, ¿qué hacías aquí? —cuestionó algo más calmado.

—Estaba un algo estresada esta mañana, pensé que venir aquí me tranquilizaría un poco, pero me quedé dormida nada más abrir el manga —rio la chica al terminar, ganándose una sonrisa de su amigo.

—Me alegra que este lugar sea algo que podamos compartir ahora —le contestó Riki, sentándose de nuevo a su lado y mirándola con una sonrisa.

—A mí igual —corroboró Mei, descansando su cabeza sobre el hombro del japonés, haciendo que este hiciera lo mismo sobre la suya.

Acurrucados bajo el árbol, los jóvenes continuaron leyendo por separado, disfrutando del silencio y la comodidad que les brindaba su compañía.

Pasado un tiempo, Riki decidió volver a hablar.

—Oye... —la llamó, a lo que Mei respondió tarareando un suave 'Mmh?' —Gracias por hacer que me presentara a las pruebas, gracias a ti pude entrar al equipo —contó, haciendo que Mei sonriera negando con la cabeza.

—No, no, Riki. Eso lo has conseguido tú al ser un jugador tan bueno —le halagó con una sonrisa, mientras que el chico reía sonrojado con la cabeza hacia abajo.