Desilusión

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Esos labios no tenían el mismo sabor que él amaba, esa cintura se sentía demasiado pequeña, y ese perfume era desagradable para su olfato. Así que cuando entendió la situación, Tom separó a la mujer de él por los hombros y vio su sonrisa en su rostro. La chica era atractiva, pero no tanto como el rastudo. Tom intentó hablar, pero las palabras se le murieron en la boca cuando la chica desvió la mirada sobre su hombro. Tom también miró cómo autómata en esa dirección y encontró a Bill allí, con una expresión inexplicable.

El rastudo solo dio media vuelta y corrió, alejándose del restaurante. Tom intentó seguirlo, pero la chica, cuyo nombre ni siquiera recordaba, lo agarró de la muñeca para detenerlo.

-Espera, ¿quieres un trago conmigo?- sugirió Camila invadiendo el espacio personal de Tom.

-No, gracias, debo irme- respondio Tom intentando zafarse.

-¿Quién era ese chico?- preguntó Camila curiosa.

-Mi novio- contestó con tu tono incómodo.

-¿Podría verte de nuevo en otro momento?- indagó la pelinegra, con interés.

-Tal vez, si nuestras caminos se cruzan de nuevo- respondió intentando zafarse por segunda vez.

-De acuerdo, que tengas una buena noche- susurró la chica soltando porfin su muñeca

Camila se despidió y se alejó, desapareciendo de su vista mientras Tom salía en la misma dirección, pero no lograba encontrar a Bill por ningún lado. Se sentía estúpido y culpable por lo que había pasado, y aunque pensó en seguir buscándolo, finalmente decidió ir directamente a casa, derrotado y confundido.

 Se sentía estúpido y culpable por lo que había pasado, y aunque pensó en seguir buscándolo, finalmente decidió ir directamente a casa, derrotado y confundido

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Bill corrió entre la multitud que aún esperaba para entrar a la fiesta, empujando a algunos para escapar lo más rápido posible. Tomó una dirección y siguió corriendo sin mirar atrás, hasta que su cuerpo exhausto lo obligó a detenerse en un banco, donde se sentó bruscamente para liberar el peso que llevaba en su pecho. Se sentía un tonto, ya que en lo profundo de su corazón siempre había presentido que algo como esto sucedería. Tom era una ex estrella de la música, acostumbrada a tener a muchas personas a su alrededor, y podía elegir a cualquiera.

Entonces, ¿por qué estaba con él? La respuesta era obvia: porque estaba embarazado. Pero, ¿y si Charlie no estuviera en su vientre? ¿Y si no se hubieran conocido en ese hotel? ¿Estarían juntos? Eran preguntas sin respuesta, pero lo que sabía era que Tom lo había engañado, y eso le dolía mucho. Las lágrimas seguían fluyendo de sus ojos, su sensibilidad lo tenía al borde del colapso y sus hormonas disparadas le impedían controlar el dolor que sentía.

No quería sentirse de esa manera, anhelaba recuperar su normalidad o al menos sentirse como antes de quedar embarazado de Charlie. Sin embargo, no podía odiar a su bebé, ya que era lo mejor que le había sucedido en la vida.

En ese momento, escuchó el claxon de un auto y por un instante pensó que podría ser Tom viniendo por él, pero al ver el auto que se detuvo frente a él, no lo reconoció. El chico se bajó y se acercó, y entonces lo reconoció como el amigo que solía hablar con Warren..

-Hola -dijo suavemente-. ¿Qué haces aquí?

-estaba descansando -respondió entre dientes-.

-Pero, ¿estás bien?

-Sí, estoy bien, gracias por detenerte y preguntar -contestó-. Pero estoy bien.

-¿Puedo llevarte a tu casa? -dudó.

-Mmm, yo...

-Me llamo Oliver Stan, soy modelo, al igual que Warren, por eso nos viste conversando.- se presentó.

-Ok, pero yo pediré un taxi, no te preocupes -dijo Bill.

-Pero es tarde, Bill puedo acercarte hasta donde quieras- insistió Oliver.

-¿Cómo sabes mi nombre?- preguntó el rastudo.

-Lo escuché de Warren- respondió Oliver.

-Oh, bueno, podrías acercarme un poco a mi casa, te lo agradecería, Oliver- aceptó finalmente.

-De acuerdo, vamos.

Bill se puso de pie y subió al auto, a pesar de sentir miedo del desconocido, su debilidad y sensibilidad en ese momento lo llevaron a tomar esa decisión, con la esperanza de llegar a su hogar y recibir las explicaciones que Tom le debía, ansioso por entender lo que había sucedido.

Durante todo el viaje, Oliver solo escuchó los sollozos contenidos de Bill, pero decidió no hacer preguntas para no empeorar su estado emocional. Cuando el auto se detuvo frente al apartamento, que aún estaba oscuro, Bill se sintió aún más abatido al darse cuenta de que Tom ni siquiera se había preocupado por su bienestar ni por el de Charlie. Secó sus lágrimas y se dispuso a bajar del auto para despedirse, pero Oliver también se bajó y lo rodeó, mostrando su apoyo y solidaridad.

-Bill, sé que no me conoces, pero espero que puedas ver en mí a un nuevo amigo-, dijo Oliver con sinceridad, entregándole una tarjeta de presentación. -Puedes llamarme en cualquier momento, ¿de acuerdo?- Bill respondió con una sonrisa forzada, pero para Oliver, esa sonrisa fue lo más hermoso que había visto.

El rastudo se despidió nuevamente y se dio la vuelta, pero de repente, Tom apareció de las sombras con los puños apretados y una mirada furiosa dirigida al joven asiático que estaba detrás, su presencia era sorprendente y amenazante.

El rastudo se despidió nuevamente y se dio la vuelta, pero de repente, Tom apareció de las sombras con los puños apretados y una mirada furiosa dirigida al joven asiático que estaba detrás, su presencia era sorprendente y amenazante

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No puedo con Inn Sarin Ronnakiat

🫦

𝑫𝒆𝒓 𝑭𝒆𝒉𝒍𝒆𝒓  [TwcNr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora