Dilema

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Después de salir del despacho, Bill estalló en lágrimas. La sensibilidad lo estaba afectando y la decepción oprimía su pecho, haciéndole pasar un momento terrible. Al llegar a casa, se encerró en su habitación sin siquiera notar el cambio radical que había en su hogar. Simone se había esmerado por darle limpieza, ayudada por personas expertas en esa labor, y claramente la cuenta iría a parar a manos de Gus.

Cuando la noche llegó, recibió el mensaje de Tom, que ya se encontraba afuera de su casa. Tomó valor y bajó a recibirlo, solo vestido con una camisa demasiado ancha y calzando chanclas en forma de ratón. Se sentó en el sofá y esperó que Simone abriera la puerta.

Lo primero que vio Tom fue a todos allí, como en una reunión familiar. Caminó hasta acercarse a Bill, pero falló en el intento de sentarse junto a él, ya que Gustav y Warren ya ocupaban esos puestos. Gordon y Simone estaban sentados al frente, y Luke estaba de pie detrás del sofá.

-Podemos hablar, Bill -pidió Tom amablemente.

-¿De qué? Ya has dicho todo -respondió Bill.

-¿Oliver es tu novio? -preguntó Tom.

-Ya no habías sacado conclusiones con solo ver unas malditas fotos -replicó Bill.

-¿Eres tú no? ¿O es que tienes un doble? -insistió Tom.

-Piensa lo que quieras, me da igual -dijo Bill con indiferencia.

-A mí no me da igual, Bill... me engañaste -afirmó Tom.

-Vaya que eres cínico -intervino Gustav-. Tú fuiste el que se besó con esa mujer y vienes a decir que Bill te engañó.

-Esto no es contigo -

-¿Qué te dije que te haría si volvía a ver a Bill llorar? -preguntó Gustav.

-Déjame hablar con él -pidió Tom.

-No nos vamos a ir -dijo Gustav.

-Gustav... -intervino Tom-.

-¡Basta, Tom! esto no tiene sentido. No me voy a ir de Berlín, ya firmé ese estúpido documento. ¿Qué más quieres de mí?-

-No quiero estar sin Charlie -confesó Tom.

-Creo que mejor será que no veas a Bill al menos hasta que Charlie nazca -sugirió Simone.

-No pueden alejarme, tengo derechos -protestó Tom.

-Derechos que no te importaron cuando desapareciste con tu novia -espetó Bill con ira.

-Camila no es mi novia, es mi manager -aclaró Tom.

-No es mi asunto. No quiero estar cerca de ti. No puedes obligarme -dijo Bill.

-Bill... -rogó Tom.

-¡Vete! -gritó Bill.

-Bill, escucha -insistió Tom.

-Que te vayas. No escuchaste. No quiere estar cerca de ti -repitió Gustav, levantándose para estar a la altura de Tom.

-Gustav, apártate - Riñó Tom.

Pero el golpe en su rostro hizo tambalear a Tom, que escupió sangre y se abalanzó sobre Gustav para devolver el golpe. Los gritos de Warren los detuvieron.

Bill yacía en el suelo, tocando su panza y jadeando por el dolor.

-Bill...

- no te acerques -advirtió Gustav.

-Gusti, basta. Llévame arriba -suplicó Bill entre sollozos.

-Es mejor ir a una clínica -sugirió Warren, tomando la mano de Bill para levantarlo.

𝑫𝒆𝒓 𝑭𝒆𝒉𝒍𝒆𝒓  [TwcNr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora