DIECISIETE

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"Disculpa Jiye, pero no es muy tarde para darme tus clases, sabes que no es necesario todo esto" dije me acercaba hacia ella colocando mis manos en mis caderas.

"El vestido te queda muy bien, te ves muy tierna" mencionó la pelinegra y yo me desvíe la mirada avergonzada. "No me respondiste..." susurre rascándome la nuca.

"Siempre hay trabajo que hacer... En mi caso, si me detengo por un segundo, los accionistas vendrán como hienas para echarme rmelo en cara..." dijo cruzandose de brazos mientras salíamos del edificio. Asentí soltando un leve suspiro. Después de todo, tenía sentido. Este ambiente laboral es muy tóxico, y más si se tratara de que tu competencia sea tu propia familia.

Una vez afuera, me quede quieta mientras Jiye entraba al auto. Frunci mis labios a esperar que me dieran ordenes. "¿y/n...?" preguntó la pelinegra y me sacó de mis pensamientos.

"Quiero ir al frente..." susurre indicando la puerta del copiloto. "No es un lugar en el que pueda estar, señorita..." mencionó el guardaespaldas de Jiyeh e hice un puchero.

"Dejala que se siente ahí..." dijo la mayor resignada, el cuál él dio un suspiro y se colocó a un lado del auto para poder subirme, me coloque el cinturón de seguridad y espere que subieran los demás . Mire por la ventana y vi que Ijin seguía afuera.

"Oye, súbete atrás..." mencione bajando el ventanal, Ijin volteo a verme y asintió. Mire hacia un lado, y luego atrás contando la cantidad de guardespaldas qué nos escoltaban, con un total de cinco de ellos, con Ijin, serían seis.

Me remuevo en el asiento mientras miraba las calles, luego la voz de Jiye me saca de mis pensamientos. "¿Alguna vez consideraste dedicarte a cantar o actuar? Una de las filiales de SW que administro es una agencia de entretenimiento. Es hacia donde estamos yendo"

"No estoy interesado" escuche susurrar a Ijin. "¿De verdad? Porque serias muy bueno... Entonces, ¿te interesa ser guardaespaldas?" preguntó Jiye, lo cual mire de reojo. "...Sí" respondió Ijin.

"Creo que te iría muy bien... A juzgar por lo bien que te fue en el entrenamiento con la niña de Yoo y por la facilidad con la que derrotaron a los del equipo dos" comentó la pelinegra y yo solte una leve risa, entendiendo el chiste, pero al sentir la mirada del conductor me ergui en el asiento para luego callarme.

"Eso fue solo porque los tres bajaron la guardia. Posiblemente también tuvieron que contenerse porque no tenemos experiencia y empezamos con más ventajas sobre ellos" explicó Ijin, lo cual hice una mueca a su explicación. "Supongo que si nos hubieran considerado unos oponentes reales y hubieran dado lo mejor de sí mismos, no les hubiéramos ganado" agregó y yo levantaba las cejas porque lo había entendido muy bien, había evaluado perfectamente la situación en que lo habían colocado. "¿En serio?" dijo Jiye con un tono sorprendido.

Sonreí en mis adentros, Ijin me sorprendía cada vez más.

[...]

"Tomalo como si lo entendiera, pero en realidad, no se nada..." comente mirando la pantalla del computador de Jiye con una mueca.

"Vamos, es sencillo. A tu edad tuve que aprenderlo a la fuerza para poder llegar a lo que soy ahora. Luego me lo agradecerás" me regañó y yo me incline en la silla hacia atrás pensando.

"Así que... ¿A una temprana edad tuviste que aprender esto?" pregunté mientras tecleaba las cosas según Jiye me iba explicando. "No se lo he mencionado antes a alguien que aun no haya estado en mi círculo interno. Había muchas disputas dentro de mi familia por el poder y el dinero... ¿Sabes como se siente que tu padre y hermano estén en tu contra siempre, denigrando tu esfuerzo y dedicación, tirandolo a la basura?" respondió y yo negué, a lo cual ella solo elevó sus hombros, como si era algo que debería darme cuenta.

ADOLESCENTE MERCENARIO | IJIN YUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora