ONCE

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En el entorno en el que se encontraban, predominaba una atmósfera de competitividad lúdica, aunque con un matiz de relajación. La joven, cuyos ojos se entrecerraban en una expresión de ligera exasperación, miró directamente a Ijin antes de hablar. "Debo serte sincera," comenzó, su tono reflejando tanto franqueza como una sutil crítica. "Juegas fatal." Su queja fue acompañada por un estiramiento de brazos, un gesto que reflejaba tanto la tensión acumulada como la necesidad de liberarla.

Ijin, mostrando una mezcla de resignación y desinterés, suspiró mientras sacaba su teléfono del bolsillo. Su intención era clara: distraerse, tal vez para evadir la crítica, mientras navegaba por la pantalla de su dispositivo. En ese preciso instante, el teléfono de la joven comenzó a vibrar. Con pereza, lo sacó de la sudadera, observando con curiosidad la notificación en la pantalla que decía: "EL AUTOBÚS DEL LOL". La pantalla brillaba, invitándola a unirse a la conversación.

Dentro del grupo de chat, el ambiente era informal pero cargado de camaradería. Jaehyeong, uno de los miembros, adoptó un tono autoritario y a la vez amistoso al escribir:

- Bienvenidos a bordo, caballeros. Su conductor será el jugador legendario Yeongchan.

Las respuestas no tardaron en llegar, con un toque de humor y sorpresa:

- Gracias por el aventón. Es un honor, señor.

- Ja, ja...

- Jamás creí que Yeongchan fuera legendario...

-Nunca conocí a uno en persona.

-Yo tampoco. Creía que era un mito, jaja.

La joven hizo una mueca al leer los mensajes. La conversación revelaba la admiración de sus amigos por las habilidades de Yeongchan, una percepción que contrastaba con su propia autocrítica interna. 'Ah, fue un desastre,' pensó, esbozando una sonrisa que reflejaba tanto resignación como autoaceptación. Ella misma sabía que no era especialmente buena en los juegos.

"¡Mierda, Yeongchan hizo que ganáramos la partida! Y mató a todos los objetivos de Ijin," exclamó Hyeokjin, cuya expresión estaba pálida por la impresión. "Esta es tu cuenta secundaria, ¿verdad?" preguntó Jaehyeong, que parecía igualmente sorprendido. Yeongchan, nervioso por la atención que estaba recibiendo, respondió con cierta modestia: "Sí, tengo otra con mi personaje personal..."

Por su parte, la joven luchaba por contener su nerviosismo mientras defendía el carril superior del mapa. 'Este personaje sabía usarlo, pero... ¡Le cambiaron todo!' pensó, sintiendo la frustración crecer en su interior. Su enemigo se lanzó bajo la torre, logrando abatirla. "¡AH! NO PUEDO CREERLO," gritó, su frustración reflejada en el marcador que mostraba un desalentador "03/10/01". Sin embargo, la llegada oportuna de Yeongchan, que jugaba en la jungla, cambió el curso del enfrentamiento, eliminando al enemigo en cuestión de segundos. "¡Increíble, Yeongchan!" exclamó, casi gritando de nuevo, su voz llena de alivio y admiración.

Curiosa por el nivel de habilidad de Yeongchan, preguntó: "Si esta es tu cuenta secundaria, ¿qué rango tiene en la principal? ¿Diamante? ¿Maestro?" Su tono era de genuino interés, casi fascinación. Yeongchan, con una voz baja, respondió: "Legendario..." La revelación dejó a Jaehyeong, Hyeokjin y a la joven completamente sorprendidos. Ese rango era comparable al de su mentor, Dimitry, un jugador de renombre en la comunidad. "Tal vez debas traerle una bebida a nuestro legendario amigo," sugirió la joven, mientras le daba un codazo amistoso a Jaehyeong. "También puedo traer algo de comer si tienes hambre..." agregó Jaehyeong, dirigiéndose a Yeongchan con un tono de sincera admiración.

Mientras la caminata de ambos jóvenes continuaba, la joven cerró los ojos, recordando cuántas veces Yeongchan había tenido que acudir a su carril para asistirla. La frustración acumulada la hacía lanzar fuego por la boca, al menos en su mente, y se excusaba diciendo que siempre venían a por ella justo cuando Yeongchan se retiraba. Frunció el ceño mientras miraba su teléfono, recordando con desagrado su rendimiento durante la partida.

ADOLESCENTE MERCENARIO | IJIN YUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora