DOS

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La madre de S/N, acomodando su antifaz de dormir sobre su frente, expresó con un toque de nostalgia: "Espero que lleguemos bien a nuestro destino. He extrañado el spa que estaba cerca de casa." A continuación, dirigió su mirada hacia su esposo, quien sostenía un libro en las manos. "¿Estás bien, amor?" preguntó con preocupación. El padre, sin apartar la vista del libro, emitió un gruñido afirmativo y asintió al sentir la mirada inquisitiva de su esposa. "Estoy bien. Me siento cómodo," respondió de manera lacónica.

"Si necesitas algo, avísame," replicó ella con una sonrisa optimista. Luego, se volvió hacia S/N y preguntó: "¿Y tú, cariño? ¿Estás cómoda?" S/N la miró y respondió: "Sí, todo está bien. ¿Probaste el postre?"

La madre, con entusiasmo, contestó: "Por supuesto, lo probé después de comer. Es una delicia, aunque es una pena que a tu padre no le haya gustado. Que lastima, es un aguafiestas" comentó en voz alta, haciendo que el padre, al escucharla, lanzara una mirada desde su asiento. "Las escucho," replicó él en un tono algo irritado, lo que provocó risas en la madre y en S/N.

La madre, volviéndose hacia S/N, continuó: "Cariño, ¿te gustaría ir de compras para reponer tu armario? Seungho-ah, avísale a Hyundai que prepare el uniforme de tu hija una vez que lleguemos." S/N asintió y respondió: "Por ahora, no he tocado mis materiales. Puede que necesite comprar algunos libros, pero como es mi primer día, intentaré hablar con los profesores para estar al tanto. No te preocupes."

"Quiero dejar claro que no acepto peleas ni rasguños," insistió la madre con firmeza, mirándola directamente. "No quiero ver tu uniforme manchado, ¿entendido?" S/N, con una sonrisa, respondió: "Sí, señora." La madre sonrió a su vez y, al ser cuestionada por S/N si la acompañaría, explicó: "Me gustaría hacerlo, pero probablemente esté poniéndome al día con viejas amigas cuando lleguemos. No quiero preocuparte, pero tu padre y tú me causan mucho estrés," comentó mientras masajeaba la sien.

El padre, interviniendo en la conversación, preguntó: "¿Necesitas que envíe algunos guardaespaldas?" Dirigiéndose a S/N, ella respondió: "Por el momento no. Siento que se vería raro." El padre asintió en señal de comprensión. "Cualquier cosa, si cambias de opinión, puedo enviarte al equipo completo," ofreció. S/N, poniendo los ojos en blanco, negó con la cabeza. "No quiero nada de eso, pero gracias."

[...]

Una vez descendidos del avión, fueron recibidos por varios automóviles. Se subieron y tomaron el rumbo hacia su hogar. Durante el trayecto, tuvieron tiempo suficiente para acomodarse. La madre de S/N expresó su intención de preparar una comida, aunque inicialmente tuvo que persuadir a su padre para que la dejara ir a comprar los ingredientes. A pesar de que no deseaba la compañía de guardaespaldas, S/N ofreció acompañarla para garantizar su seguridad, lo cual fue aceptado.

Como la tienda se encontraba a una corta distancia, caminaron hasta allí. Durante el trayecto, la madre de S/N comenzó a comentar acerca de su conocimiento detallado de las calles y los giros. Al llegar al establecimiento, instruyó a S/N para que tomara un carrito de compras y lo siguiera mientras ella se desplazaba por la tienda. En un momento dado, la madre le pidió que seleccionara las verduras siguiendo sus indicaciones precisas. S/N asumió la tarea con seriedad, tratándola como una misión importante, y se dirigió al área designada, recordando cada detalle proporcionado para no cometer errores.

De repente, S/N chocó accidentalmente con otra persona, provocando que los artículos en sus manos cayeran al suelo. "Mis disculpas," se apresuró a decir S/N mientras recogía los productos sin levantar la vista hacia la otra persona. "No te preocupes, estaba distraída," respondió la otra persona, ayudándole a recoger los artículos. Al recuperar los productos, sus miradas se encontraron. "Me presento, soy Dayeon Yu, un placer conocerte," dijo la otra persona con una ligera inclinación. "S/N Yoo, el placer es mío," respondió S/N, imitando el gesto de reverencia y sonriendo.

ADOLESCENTE MERCENARIO | IJIN YUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora