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— ¿Es por qué yo soy un hombre y no te pude dar hijos? —se repetía el castaño una y otra vez a sí mismo.

El recuerdo de ambos en el altar tomados de la mano iba acompañado de una foto de ese mismo día y una lata de cerveza que probablemente dañaría su riñón.

Sacó el anillo de su dedo anular y jugueteó con el entre sus manos.

— Debería buscar un trabajo o mamá me matará. —soltó una risilla,claramente afectado por el alcohol en sus venas.— Ahora estoy hablando como en una telenovela.

Movió la cabeza de un lado a otro.

— Un niño no tiene la culpa de la porquería de persona que eres,Minho. —colocó el anillo de compromiso en el buró y arrastró sus pasos fuera de la cama.

Su vestimenta constaba de una pijama y unas sandalias,tal cómo una persona vaga sin oficio.

Recogió el periódico de la mesa en la sala y observó la sección de trabajos.

Cada puesto que se ofrecía era inmediatamente descartado.

— No trabajaré,asunto resuelto.

Aunque no podía seguir así, habían pasado dos meses desde su separación y lo único que hacía era encerrarse en su antigua habitación a beber.

— Idiota mantenido. —saludó su hermana entrando a casa.

— No quiero escucharte,Yuna. —frotó su rostro con las manos,con una postura irritada.

La mirada de la joven viajó hasta el periódico al lado de Jisung.

— Si quieres conseguir un trabajo deberías probar en el bar de la esquina,sabes preparar buenas bebidas,¿No?

— ¿No tiene ninguna experiencia laboral? —cuestionó el hombre.

— No había tenido la necesidad de trabajar. —respondió apenado.

— Bueno,da igual,para preparar bebidas no necesitas haber trabajado.

— ¿Estoy contratado?

— Empiezas hoy en la noche.

En cuanto juntó el dinero suficiente se mudó a un pequeño departamento que tal vez no era lujoso pero si era justo lo que necesitaba en ese momento.Y al mismo tiempo ahorraba cada sueldo y propina para contratar a un abogado que llevara su divorcio.

La demanda llegó a manos de Minho.

— ¿Divorcio? —murmuró hacia el abogado de Jisung,el mismo que le entregaba el papel.

— Será mejor que firme ahora si no quiere que esto llegue a la corte. —insistió.

— Necesito hablar con Jisung.¿Dónde vive?

— No puedo decírselo.

— ¿En qué lugar trabaja? —golpeó la carpeta contra el escritorio al mismo tiempo que se levantaba.

— No me corresponde decirle. —el licenciado se mantuvo firme.

El pelinegro tomó sus cosas y salió dejando solo al abogado en su oficina.

Condujo por las calles en busca de Han y poco antes de llegar a casa de sus suegros notó aquella pequeña figura a través del cristal de las ventanas del bar.

Estacionó el auto y entró a la locación, llegó a la barra para poder sostener las regordetas mejillas entre sus manos y presionar sus labios con los suyos.






To be continued...

Una última noche [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora