Sephiroth Potter y la Orden del Fénix

Capítulo 6

Nota

No sé de dónde saqué tiempo para hacer esto. Fue en algún momento entre la muerte del perro de mi madre, su ingreso en el hospital (creen que es cáncer, otra vez), la noticia de que necesitábamos 1500 dólares para arreglar el coche y mi enfermedad (aún no sé si es un resfriado o una gripe. Me siento muy mal y llevo así tres días). Me disculpo si esto no está a mi altura habitual, pero, como puedes ver, estoy un poco distraída.

Seis

Cuando Harry regresó a la Casa Black, hubo una pequeña fiesta para celebrar su victoria en el Ministerio. Estaba muy contento de explicar cómo había ganado su caso. Sirius prácticamente cacareaba de alegría por la derrota del Ministerio. Hubo muchas risas cuando describió la expresión en el rostro de Umbridge cuando hizo malabarismos con las bolas de fuego.

Harry disfrutó de la conversación y se divirtió mucho con las payasadas de los gemelos. Intentaron hacerle bromas a casi todo el mundo. Sus habilidades de aparición se pusieron a prueba cuando le hicieron una broma a Génesis. Él respondió enseñándoles su juego favorito: Dodge Fireball. Él, por supuesto, era el único que les lanzaba.

Entre risas, Harry pasó la mayor parte del tiempo disipando bolas de fuego antes de que pudieran alcanzar a alguno de los inocentes transeúntes o incendiar la casa.

Finalmente, la fiesta terminó y Génesis estaba descansando en un rincón con un poco de pastel. Los gemelos se habían derrumbado, jadeantes y exhaustos, en el rincón opuesto. Aceptaron con gratitud el jugo de calabaza que les trajo su hermana, solo para ser engañados con una de sus propias bromas. Estaban demasiado cansados ​​para hacer mucho más que prometer venganza cuando descubrieron su piel multicolor.

Un poco cansado por su largo día, Harry regresó a su habitación para relajarse y echarse una siesta. Sirius había ignorado las órdenes de Molly y les había dado a cada uno de los niños su propia habitación, ya que Dobby y Winky habían limpiado todos los dormitorios esa primera noche. Ella no estaba contenta, pero él insistió en que los niños en crecimiento necesitaban su privacidad para "aliviar sus tensiones". Harry gastó una cantidad significativa de energía mental en obligarse a pensar en algo más que lo que Sirius quería decir con eso. En su opinión, Molly Weasley y cualquier cosa sexual nunca deberían mencionarse en el mismo país, mucho menos en la misma oración.

Acababa de ponerse un par de pantalones de dormir de seda negra con ribetes plateados (un regalo de cumpleaños muy considerado de Genesis, que obviamente recordaba sus gustos) y retiró las sábanas. No importaba que el regalo se hubiera comprado con dinero que le había dado a su amigo. Estaba más que satisfecho con el simple sentimiento. Alguien llamó a la puerta, interrumpiendo su contemplación. Con un encogimiento de hombros mental, se dejó caer en la cama. "Pasa".

Génesis entró en la habitación. Su subvocalización no sería captada por nada que el mago tuviera, ni siquiera por los inventos del Gemelo. "La pequeña erudita está haciendo preguntas. Quiere saber cómo te conozco y quién eras antes".

Harry se recostó sobre su almohada, jugando distraídamente con un mechón de su propio cabello. Distraídamente, se preguntó por qué nunca parecía tener las puntas abiertas. Exteriormente, solo sonrió. "Deja que ella pregunte. Todavía no he visto nada en este mundo que indique que alguien nos conoce".

Génesis asintió. "Es cierto. Aun así, creo que deberíamos estar atentos. Si nos "descubren" como antiguos villanos, entonces quién sabe qué harán". Sacudió la cabeza. "Los humanos modernos se han vuelto aún más estrechos de miras que antes".

Harry asintió. "Lo sé. Muchos hechizos que podrían usarse para otras cosas están prohibidos simplemente por el uso que se les ha dado. Otros, son tratados como bromas. Podría cegar permanentemente a alguien con Lumos Maxima, Mobilicorpus arrojar a alguien por un acantilado o usar Diffendo para quitarle la cabeza. ¿Por qué no están restringidos? ¿Por qué no está restringida toda la magia?"