Archivos
En este trabajo, la confidencialidad es lo primordial. Realmente pensé que sería un trabajo común y corriente, como el anterior: revisar archivos, mantenerlos en orden y hacerla de archivista .Eso me dijeron en el Ministerio de Trabajo cuando metí los papeles para un ascenso, que sería enviado al Archivo General de la FTAL, y que había sido elegido por mi gran grado de lealtad, capacidad y desempeño en mi anterior trabajo en el archivo de la Universidad de Unión Central. Estaba orgulloso de haber logrado ese nuevo trabajo, toda mi familia lo estaba. Incluso me hicieron una pequeña celebración ese mismo día.
Había logrado mi mayor sueño, el mejor trabajo al que aspiraba, pero no sabía lo que implicaba este trabajo. Ni siquiera me hice la idea cuando me hicieron firmar todo ese papeleo de confidencialidad y un investigador de la PACF me dio cátedra sobre el bien federal y la gloriosa federación. Solo llegué a pensar que podría ver cosas delicadas, pero no tan graves. Realmente no pensé que podría encontrar cosas peores de nuestro pasado.
Recuerdo que después de la cátedra del investigador bajamos por un ascensor hasta el nivel del archivo. Eran varias plantas llenas de estantes y papeleo, cajas llenas de archivos y personal acomodándolo. Llegamos a la zona de oficinas, ahí me enteré que esas plantas solo eran el archivo de nivel 1, el más básico al que se podía acceder. Eran archivos más bien de datos económicos, índices de criminalidad, censos de antes de la FTAL, archivos sobre el Ministerio de Investigaciones y demás. Eso sí, había otros 4 niveles más. En ese momento me pregunté por qué habría tantos niveles; solo pude suponer que se habían hecho cosas que se considerarían poco ortodoxas por el bien federal, pero no llegué a pensar más en eso. El trabajo era exigente y demandante. Aunque parecíamos ser muchos en el área, apenas nos dábamos abasto con la cantidad de información por ordenar y archivar. Llegaban cargamentos de archivos todos los días, y teníamos que imprimir todos los demás: archivos de todo tipo, desde proyectos nuevos en los sectores de asteroides y nuevas plantas energéticas, hasta expedientes médicos de cada ciudadano. Imprimíamos y archivábamos todo el día, solo con pequeños descansos para comer y descansar del arduo trabajo. Era una cantidad de información descomunal, igual que el área del archivo, que era de varias plantas y gigantesca.
A los pocos años me ascendieron de nuevo. Me llevaron al nivel 2, y después al 3. Al cabo de varios años, llegué al nivel 4. Era todo lo contrario al nivel 2 o 3, ni se diga del nivel 1. Tenía prohibido ver el contenido de los archivos y entrar a la zona de archivo sin permiso ni autorización. Éramos muy pocos trabajadores en el área, pero el trabajo tampoco era tanto, de hecho, era casi nulo. Mayormente, los archivos eran del Ministerio de Investigaciones y del Ministerio de Defensa. Tenían nombres ambiguos y hasta abstractos que no decían nada de su contenido. A veces llegaban altos cargos de ministerios a pedir archivos, otras veces agentes de la PACF venían por lo mismo.
Hasta que un día me dio curiosidad un archivo en específico. Era intrigante; se mencionaba mucho ese número, el 81. La línea de archivos 81 era inmensa, tenían fechas desde los tiempos de la CAPLA. Una noche, sin pensarlo, me ganó la curiosidad. No sé por qué nunca pensaba en lo que tenían los archivos ni nada de eso; por eso me contrataron, porque hacía el trabajo sin hacer preguntas. Pero ese día, simplemente me levanté de mi silla y fui al archivo sin pensarlo. Abrí la reja con mi tarjeta, que aún tenía la autorización, y me adentré entre los estantes. Caminé entre estantes llenos de cajas y papeles hasta que llegué al área del archivo 81. Me acerqué a la caja que sabía que era la más antigua.
Tomé el primer archivo que tenía la caja. Era un papel viejo y amarillento, tenía un sello de la CAPLA: "archivo apto para destrucción". Estaba ante archivos y expedientes originales de la época de la CAPLA. En ese momento fue cuando pensé si lo abriría o no pensé en regresar a mi oficina y dejar en paz esas cajas que tenia en frente mío, pero la curiosidad me ganó.
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LA FEDERACIÓN
Ciencia FicciónEstos son microcuentos de una nación , no sobre los buenos o malos , no sobre ohhhh la humanidad es un desastre o es lo mejor , solo son cuentos del universo de la FTAL , una línea alternativa donde la guerra fría nunca acabo pero haci como hubo mas...